Mario Vargas Llosa y el Colegio Militar Leoncio Prado han conformado una simbiosis que pasó del odio al amor y que finalmente ha trascendido hasta hacerse universal. El escritor arequipeño, hoy laureado con el Premio Nobel entre muchos otros, fue forzado a enrolarse en este colegio en su niñez por un padre a quien acababa de conocer, y quien quería proveer a su hijo de una rigurosa y disciplinada educación. El contraste de esta nueva forma de vida con los mimos de la familia materna a la que estaba acostumbrado, debió haber sido muy duro para el joven Mario, quien se refugió en la literatura para escapar de ese mundo severo y áspero que encontraba en el colegio. Sin embargo, posteriormente el escritor reconocería que fue precisamente esa férrea disciplina la que le ha permitido organizarse, trabajar y triunfar en el mundo literario, y que fueron esas experiencias de juventud las que nutrieron su primera novela, “La Ciudad y los Perros”.
Similar situación experimentó el colegio con Mario, ya que muchas de sus autoridades no estuvieron nada felices con la forma cómo esta institución fue retratada en la novela y posteriormente el cine. Hoy sin embargo, una gigantografía de Vargas Llosa nos recibe al ingresar al colegio, el cual se siente orgulloso de haber contado con el escritor entre muchos otros notables ex-alumnos. Después de todo, no cualquier colegio es el escenario de una obra de literatura universal.
Así como por Vargas Llosa, el Leoncio Prado ha sido reconocido por la excelencia de muchos de sus ex-alumnos y por los aportes de sus profesores a la educación peruana (en los 70’s aquí se preparaban e imprimían los textos que eran distribuidos en todo el Perú), pero, por otro lado, casi no se ha mencionado en los medios la importancia de su arquitectura, fraguada un estilo Art Decó que fue replicado en otros edificios del país y que se convirtió en sinónimo de institucionalidad en esa época.
HISTORIA
El Colegio inició su vida como un cuartel, la llamada Guardia Chalaca, construida en 1932. Los planes de este complejo incluían dos zonas: la de oficiales, incluyendo oficinas, residencia y casinos, y la de la tropa propiamente dicha. A pesar de los planes, fue en sus inicios una instalación modesta, que fue posteriormente abandonada.
Fue en 1943 cuando se decidió por orden presidencial la instalación de un colegio militar, al que posteriormente de le dio el nombre de Leoncio Prado, en honor al héroe de la Guerra contra España (1866), la independencia de Cuba (1876) y la Guerra del Pacífico (1879-83).
EMPLAZAMIENTO
El Leoncio Prado se encuentra en el distrito de La Perla, en el Callao, apostado sobre un acantilado que goza de soberbias vistas al océano. El lote rectangular en que se asienta se ubica paralelo al litoral, aunque al estar cercado no hay integración visual con el mismo, a excepción de las oficinas localizadas en los niveles superiores.
DISTRIBUCIÓN
Es notorio el planteamiento simétrico de la organización espacial del conjunto. Al centro, se ubica la dirección y oficinas administrativas, y los pabellones que albergan las aulas y las cuadras que alojan a los estudiantes. Al frente, en el extremo norte, se ubican equipamientos comunes, principalmente el salón comedor. Hacia el este se ubica la cancha de atletismo y el polideportivo y al oeste se emplaza el casino de oficiales, conocido como "la Siberia", la capilla y el Auditorio.
Cabe recalcar que, no obstante la holgura espacial que se percibe en su interior, el uso del espacio público está condicionado a los rangos que ocupan los alumnos según el nivel de educación que cursan. Ningún alumno de tercer año osaría pasar por el área que tradicionalmente, corresponde a los de quinto.
Edificios severos, simétricos adustos, contrastaban con el estilo neocolonial de décadas precedentes y guardaban relación con la función que las acogía.
Auditorio del colegio. Un prisma ortogonal decorado con motivos de diamante que enmarca el ingreso principal.
No obstante esa austeridad, es posible encontrar elementos decorativos en los frisos que evocan ciertos rasgos del arte y la cultura prehispánicos.
Asimismo, se observa una marcado ritmo y repetición en los vanos y elementos estructurales, que aportan a la composición simétrica y predominantemente horizontal de los edificios.
El edificio principal alberga la dirección, secretaría, oficinas de administración y un pequeño museo dedicado al héroe. Su composición parte de una torre central de cinco niveles, desde la cual se va retranqueando el volumen a partir del tercer y segundo piso. De esta manera el edificio logra un porte imponente a pesar de que su área construida no es tan vasta.
Al interior, los largos pasillos se intercalan con pozos de luz y las habitaciones presentan elementos decorativos de la época, particularmente en lámparas, frisos y escaleras.
El tratamiento de la madera en pisos y paredes otorga elegancia y calidez a los ambientes ocupados por los oficiales.
El colegio contaba también aulas, auditorios, talleres, comedor, cocina y área de Casino de Oficiales. También cabe mencionar el centro polideportivo, donde hicieron sus pininos grandes atletas nacionales y sudamericanos.
El otrora elegante Casino de oficiales, presentaba una fachada rítmicamente adornada con columnas, y en la parte posterior presentaba un prominente volumen semicircular que albergaba las escaleras. Sin embargo al encontrarse en la esquina sudoeste del terreno y recibir directamente la incidencia de vientos marinos devenía en un edificio bastante frío, particularmente en los severos inviernos limeños (la temperatura nunca baja de los 10°C, pero la humedad y el viento lo hacen especialmente frío). Por esta razón se denominó al edificio “La Siberia”.
Además de sus rasgos arquitectónicos, este edificio me sobrecogió por su estado de deterioro, como si hubiera sido objeto de un incendio o un bombardeo. Por supuesto, me cuenta mi anfitrión, que ha habido aquí prácticas militares y hasta filmación de películas, lo cual ha contribuido a su deterioro. Hoy sólo habitan aquí plácidas palomas, que sin duda lo extrañarán cuando la "Siberia" sea demolida.
EL NUEVO COLEGIO
Lamentablemente, este emblemático colegio peruano entró durante los últimos años en un notable proceso de deterioro, al punto de que casi el 80% de su infraestructura está dañada o inhabitable. Esto se debió a la falta de recursos, la acción de la corrosiva de la brisa marina, el insuficiente mantenimiento y la pacificación del Perú, país donde desde hace algunos años el servicio militar no es obligatorio como antaño.
Por este motivo y como parte de un programa estatal de rehabilitación de colegios peruanos emblemáticos, el Leoncio Prado será demolido este enero para dar lugar a una infraestructura contemporánea y funcional.
La nueva propuesta, desarrollada por el grupo español-peruano SanJosé Perú buscará modernizar el colegio dotándolo de aulas, infraestructura y servicios, pero a la vez incorporará rasgos del antiguo y emblemático edificio, presentes en la memoria colectiva de sus autoridades y alumnos. Espero poder reseñar el nuevo colegio cuando esté culminado.
Animación 3D de la propuesta
Ad postas de su reemplazo, este post es un homenaje a un edificio histórico y simbólico, que fuera un ejemplo importante de arquitectura Art Decó peruana y que marcó una época en la antesala de la introducción al país del movimiento moderno.
Agradezco especialmente al Dr. Aleksandar Petrovich, amigo de Mi Moleskine Arquitectónico, por establecer los contactos a distancia; al Crnl. EP Óscar Marimón, por su gentil compañía y dirección durante la visita, y al director del colegio, Crnl. EP José Manuel Qwistgaard y su secretaria Sra. Pilar Gómez, por facilitarme información bibliográfica y documental.
ojala que logren renovarlo a este emblematico colegio .. como lo ha hecho ya el presidencia de la republica coomo el alfonso ugarte.. espero que no este con trabas como el colegio guadalupe ...que no ha sido renovado por ser patrimonio..que en lo personal considero una tonteria ...ya que todo cambia y lo viejo se derrumba para dar paso a lo nuevo y a la modernizacion ...
ResponderBorrarDéjame decirte que has escrito un gran artículo y que de aquí en más usaré tu sitio como fuente de consulta. Desde que pasé mi año en el kibutz que he querido regresar para ver la fortaleza. Continúa por favor con esta calidad de información. Saludos.
ResponderBorrar@Jorge: lo ideal sería que el Guadalupe se restaure, modernizándolo sin perder su valor patrimonial.
ResponderBorrar@Julia: muchas gracias por tu comentario, realmente me cayó muy bien porque andaba un poco desanimado últimamente(entiendo que tu comentario es sobre la fortaleza de Masada).
Muchas gracias por su lectoría amigos
como ex alumno leonciopradino creo que esos viejos muros tienen parte de mi vida. ahora a través de este informe me doy cuenta de este gran aporte que la modernidad hará a mi querido colegio.
ResponderBorrargracias a ti por traerme a memoria cuan buenos años y creo firmemente que será demolido para su bien trayendo mejores promociones con todas las comodidades que quizás nosotros no las gozamos.
quiero despedirme y a la vez saludarte con un fuerte abrazo leonciopradino . gracias.
Gracias por brindarnos este hermoso articulo, has hecho que mi mente retroceda a mi epoca de cadete, estoy seguro que el nuevo colegio quedara hermoso y que los futuros cadetes lo gozaran. Saludos a todos los leonciopradinos detodas las promociones. XLVIII Superior
ResponderBorrarGracias a Uds. amigos, y a la gente leonciopradina que tan gentilmente me mostró las instalaciones de este colegio que es parte de la historia urbano-arquitectónica del Perú.
ResponderBorrarhubiese sido ideal que todo el colegio sea modernizado, incluso el pabellon central....pero bueno, las nuevas generaciones escribirán en esas nuevas paredes su historia, creo que los que dirigen el colegio, debieron guardar trozos de cemento y ofertarlos a los ex cadetes, seguro que muchos hubiesemos adquirido un trozo de cualquier pared o cualquier pista, para tenerlo en un lugar especial de nuestra casa.....
ResponderBorrarExcelente aporte! La restauracion de maravillas del pasado como esta no se pueden pasar por alto.
ResponderBorrarCuando oí sobre la demolición del CMLP sentí una pena enorme, a pesar de no haber estudiado ahí. Pero al cual conocí a través de la novela "La ciudad y los perros" con la gocé, sufrí y me sentí completamente identificado. Es una pena que en otros países más avanzados existan normativas para la protección del patrimonio modernoo postmoderno e incluso sobre aquellas edificaciones que guardan relación con piezas artísticas y literarias de valor universal, como es este caso. A estas alturas, calculo, que el mítico CMLP habrá desaparecido.
ResponderBorrarDeberían cerrarlo! sinceramente odio a los militares!
ResponderBorrarY yo a los corchos como tú....
Borrar..comprenderás.
Como leonciopradino es muy nostálgico el aceptar la demolucion de mi alma mater, pero era necesario tal cambio para las nuevas generaciones venideras, finalmente los recuerdos vividos allí serán guardados en mi mente hasta el últimos dia de mi vida, gracias cmlp por hacerme parte de tu historia .
ResponderBorrarLeonciopradinamente
Roberto Aranda
Gracias por traerme gratos recuerdos de mi juventud leonciopradina, me hubiese gustado que estuvieras un poco más documentado, pero vale tu esfuerzo. viva la promociòn xxv. Saludos leonciopradinos.
ResponderBorrarcolegio leoncio prado es mejor para el pais
ResponderBorrarmuchos de nosotros llora en silencio pero bien por las nuevas generaciones soy una de las promociones de los 80 que bellos recuerdos suerte
ResponderBorrarEL no es CMLP pero es un gran profesional.
ResponderBorrarhttp://es.groups.yahoo.com/group/ALCMLP/
ResponderBorrarExcelente articulo .. !!! me ayudo mucho en mi investigación arquitectónica del colegio . Gracias ..!!!
ResponderBorrarEl Pabellón Comando, debería ser demolido por seguridad y en el pabellón moderno según lo diseñado, debería contar con una galería de fotos del CMLP desde sus orígenes. Quiero muchísimo a mi colegio son las mejores épocas de mi vida, pero considero que es necesario velar por las vidas de quienes laboren en un local antiguo y deteriorado por los efectos de la naturaleza (nuestros hijos o nietos por cosas del destino podrían estar como oficiales, cadetes o visita, dentro o a inmediaciones en el momentos que podría colapsar ante un sismo). Se que tiene un valor sentimental muy profundo nuestro Pabellón Central, pero también no podemos dar la espalda a la modernidad y pensar en las nuevas generaciones.
ResponderBorrarAquiles Pedro Bernal Mejía
XXXV
GRAN ORGULLO VOLVER A VER MI GRAN INSTITUCION COLEGIO MILITAR LEONCIO PRADO PROMO -LV- 55 LA MEJOR QUE NO SE PIERDA, PARA ALGUN DIA MIS HIJOS PUEDAN TENER LA GRAN EXPERIENCIA DE PERTENECER Y VIVIR EN SUS ESTABLECIMIENTOS Y COMPRENDER EL GRAN AMOR QUE TENGO POR MI GLORIOSO COLEGIO MILITAR
ResponderBorrarse puede visitar el colegio Leoncio Prado???
ResponderBorrarComo excadete de la promoción XXX (1973 - 1975) agradezco la reseña hecha sobre la arquitectura de mi alma mater, de la que guardo los mejores recuerdos. Sólo tendría que objetarle que la pacificación del país, en la que podría enmarcarse el final del Servicio Militar Obligatorio, no tiene que ver con la pérdida de popularidad y primacía del colegio; ahí ingresábamos -luego de rigurosas pruebas- a fin de estudiar únicamente los tres últimos años de secundaria, y aunque a algunos compañeros esta educación los preparaba para la carrera militar, muchos postulábamos especialmente para hacernos de la excelente calidad educativa que lo caracterizaba entonces merced a su notable plana docente, y hacernos del temple que la disciplina y demás exigencias de la vida militar pueden dejar en un adolescente.
ResponderBorrarAgradecen las fotos antiguas a un Sr. Alessandro Petrovic, sin verificar que algunas de las fotos mostradas son mias , es más en algunas de estas dice mi nombre Luis Garrido Schaeffer XXXI promocion
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