Resulta interesante comprobar cómo mientras Frank L. Wright ponía en práctica los principios de su arquitectura orgánica (basada en la integración del desarrollo humano con la naturaleza) en sus llamadas casas pradera en Chicago, al mismo tiempo, en Barcelona, Antoni Gaudí partía de conceptos similares para llegar a resultados completamente diferentes.
En efecto, a fines del siglo XIX y comienzos del XX, Europa veía el auge del movimiento conocido como Art Nouveau (tal como se le denominó en Francia y Bélgica. En Alemania se le llamó Jugendstil, Florale en Italia, Modern Style en Inglaterra (por cuyo exponente máximo, Charles Mackintosh, se denomina también Glasgow Style), Sezession en Austria, y en España se le conoció como Modernismo). Este estilo fue una respuesta a la producción en serie de la revolución insdustrial y se caracterizó por la aplicación de líneas curvas y formas naturales.
Antoni (o su castellanización Antonio) Gaudí, fue el máximo exponente del Modernismo en España y en general de la arquitectura modernista en Europa. La obra de Gaudí integra arquitectura, estructura y mobiliario con escultura, y hace a la vez un alarde de ingeniería e innovación estructural dado que el arquitecto estudiaba cuidadosamente las relaciones de las cargas y la geometría de sus edificios.
Otros mencionan que Gaudí se habría inspirado en las formaciones rocosas de Cappadocia, Turquía, para la concepción de la casa Milà .
Foto cortesía de David Quarrion
Foto cortesía de David Quarrion
MILÀ Y GAUDÍ.
Pere Milà había visto la impresionante remodelación de la casa Batlló (1904-06) y en tal sentido encomendó a Gaudí, quien gozaba de buena reputación entre la élite barcelonesa, el diseño de un edificio que incluya su propia residencia y de otros 20 departamentos para arrendar. El proyecto debería contemplar además áticos, cocheras, cuadras para caballos y un estacionamiento para automóbiles (uno de los primeros en construirse en Europa).
Para la excepcional construcción de la casa, que se realizó entre 1906 y 1910, Gaudí contó con la posterior participación de varios profesionales, como el arquitecto Josep Maria Jujol (quien sería su más cercano colaborador hasta su muerte) y el constructor Josep Bayo. Así mismo, el exquisito estucado de los techos estuvo en manos de Joan Beltrán y el trabajo en la rejas de metal en los balcones a cargo de maestros los hermanos forjadores Badia.
Sin embargo, la obra de Gaudí no fue exenta de polémica. La casa que diseñó en 1905 para la familia Milà fue comúnmente conocida como "la Pedrera", en relación a su apariencia de cantera de piedra. Hoy en día "La Pedrera" no es más un nombre peyorativo, sino un apelativo con el que los barceloneses designan orgullosos a este monumento. La propia dueña, doña Rosario Segismón, quien nunca había estado muy de acuerdo con la arquitectura de su casa ni el diseño de su mobiliario, transformó el interior de la primera planta en un estilo Luis XVII en 1926, a la muerte del arquitecto.
Para la excepcional construcción de la casa, que se realizó entre 1906 y 1910, Gaudí contó con la posterior participación de varios profesionales, como el arquitecto Josep Maria Jujol (quien sería su más cercano colaborador hasta su muerte) y el constructor Josep Bayo. Así mismo, el exquisito estucado de los techos estuvo en manos de Joan Beltrán y el trabajo en la rejas de metal en los balcones a cargo de maestros los hermanos forjadores Badia.
Sin embargo, la obra de Gaudí no fue exenta de polémica. La casa que diseñó en 1905 para la familia Milà fue comúnmente conocida como "la Pedrera", en relación a su apariencia de cantera de piedra. Hoy en día "La Pedrera" no es más un nombre peyorativo, sino un apelativo con el que los barceloneses designan orgullosos a este monumento. La propia dueña, doña Rosario Segismón, quien nunca había estado muy de acuerdo con la arquitectura de su casa ni el diseño de su mobiliario, transformó el interior de la primera planta en un estilo Luis XVII en 1926, a la muerte del arquitecto.
"El verdadero destino de la casa Mila. Caricatura de Joan Junceda, 1925, cortesía de La Pedrera educació"
Concepción
Se trata en realidad de un edifico dual, es decir dos edificios unidos en los que los elementos arquitectónicos se relacionan entre sí. Además de la residencia de los Milà que ocupaba todo el segundo nivel, cada piso estaba compuesto por 4 departamentos.
Las habitaciones se organizan al rededor de dos patios que las dotan de iluminación y ventilación. Por tanto, cada departamento gozaba de vista tanto a la calle como hacia el patio interior. Se accede a las viviendas a través de un corredor que sigue el contorno de los patios.
La Fachada
La Fachada
La casa Milà se emplaza en un terreno de 1000 ubicado una esquina, enfrentando al Paseo de la Gracia, una concurrida y amplia vía en una zona de elevado status social (anteriormente este moleskine se ha referido al urbanismo en Barcelona). Gaudí aprovechó esta ubicación en esquina para plantear una impresionante fachada ondulante recubierta en piedra, en las que su ubican con libertad grandes ventanas.
La libertad con la que se desenvuelve la fachada con respecto a la estructura es una referencia de Gaudí de la piel cubriendo el esqueleto.
La composición de la fachada plantea tres zonas diferenciadas:
- Una base conformada por una galería de gruesas columnas sobre las que se asienta el edificio.
- El cuerpo de 6 niveles, que mantiene la misma altura que edificios vecinos y en cuyos pliegues de áspera piel se disponen las ventanas asemejando cuevas en una montaña. En estas grandes ventanas, se disponen balcones de fierro que simbolizan elementos vegetales.
- La cobertura, compuesta por el ático y la terraza, recubierta de mosaicos blancos y que sobresale distintivamente del perfil de la cuadra (esto le acarreó grandes problemas a Gaudí, ya que el Concejo quiso multar a Milà por contruir más allá de la altura permitida).
Detalles de los balcones de fierro forjado cuyas formas contrastan armónicamente con la contundencia de la fachada de piedra.
Fotos C. Zeballos
InteriorFotos C. Zeballos
La relación entre el interior y el exterior del edificio es muy franca, un aspecto que es enfatizado por la transparecia de las puertas de vidrio y por la presencia generosa de los patios.
El primero de ellos es circular y es muy interesante la sensación de escala al ingresar a este gran tubo y ver hacia arriba, observando el meticuloso trabajo de la fachada interior.
Al ingresar, una escalera monumental conduce al departamento de los Milà, el cual ocupa todo el segundo nivel.
El segundo patio es un poco más grande y de forma ovalada. Entre ambos patios se encuentra un pozo de ventilación, donde se colocaron los ductos de descarga pluvial. Un gesto similar ocurre en el segundo patio, donde una escalera de servicio parece flotar en medio del ambiente.
Fotos C. Zeballos
Además, Gaudí introdujo el innovador uso de un ascensor exclusivo para los inquilinos de la casa. Las escaleras de servicio se encuentran ocultas en la parte posterior.
Estructura
Para la concepción estructural de la casa, Gaudí se basó en la observación del comportamiento de elementos de la naturaleza, que estudió cuidadosamente a través de modelos. Algunos de esos principios son ilustrados en una exposición montada en el ático de la casa.
Gaudí experimentaba con complejos sistemas de pesas unidas por piolas de cuerda para estudiar el comportamiento de las cargas.
Foto C. Zeballos
El edificio se sostiene sobre vigas de hierro y columnas de piedra y ladrillo, " inclinados en función de las líneas de carga para conseguir que trabajen a la compresión pura". Las paredes, se organizan libremente ya que no tienen función estructural.Foto C. Zeballos
Al sostener al edificio en columnas, las paredes podían disponerse libremente. Ninguna planta es igual.
Foto de maqueta, C. Zeballos
Foto de maqueta, C. Zeballos
La fachada es un muro cortina de piedra de montjuïc, que envuelve la estructura principal, "colgado de unos perfiles IPN sujetos a los cantos del forjado, y liberado completamente de cualquier función estrucutral. Se apoya en algunos puntos en el mismo suelo (como en la famosa columna que queda en medio de la calle), pero es un sistema estructural completamente independiente."
El techo de la cochera se sostiene gracias a una estructura metálica en forma de sombrilla, ubicada bajo el patio circular.
Techo
"Un inmueble debe tener dos techumbres, de la misma manera que una persona tiene cabello y sombrero".
Antoni Gaudi
La casa Milà tiene dos techumbres, el ático y la terraza. La estructura del ático se basa en una sucesión de arcos de ladrillo formando una catenaria, que ayudan a distribuir el peso de la terraza. Esta singular bóveda está compuesta por 270 arcos de ladrillo.
Maqueta de secuencia de arcos en el techo. Los elementos circulares son escaleras, que a su vez almacentaban tanques de agua para abastecimiento.
Este bello espacio, que recuerda a la arquitectura religiosa europea (me evoca poderosamente las criptas de la abadía en Mont-Saint Michel) fue destinado por Gaudí para el lavado y secado de ropa.La secuencia de arcos de distinta altura condiciona la ondulante topografía de la azotea, la que se recorre a través de una secuencia de escalinatas. Este detalle es un ardid para evitar el resquebrajamiento de las grandes superficies plantas típicas de las terrazas, un espacio normalmente relegado por los arquitectos en aquella época..
El trabajo de la terraza es impresionante, realmente cautivador, que estimula a recorrerlo y a la vez a observarlo con detalle. Llama la atención tratamiento escultórico los tanques de agua y de las chimeneas, a veces solas o agrupadas, cuyas formas asemejan cascos de guerreros medievales (Me pregunto si George Lucas no se habrá inspirado aquí para la creación del casco de Darth Vader... la referencia es inevitable).
Algunas de las formas escultóricas son cubiertas de estuque, otras de pedazos de cerámica y hasta de botellas.
Originales texturas hecha con restos de botellas y cerámica. Gaudí usaba objetos de desecho para organizarlos como elementos decorativos.
Fotos C. Zeballos
La casa Milà fue la última obra civil ejecutada por Gaudí, antes de centrarse de lleno en el desarrollo de la iglesia de la Sagrada Familia. Fue declarada patrimonio de la humanidad por UNESCO en 1984 y pertenece actualmente a la Caixa Catalunya. En palabras de Michel Tapié, se desprende de La Pedrera un lirismo profundo, tan complejo como sólido, tan misteriosamente poético como formalmente estructurado, tan libremente lírico como pragmáticamente resuelto.
Presionar aquí para ver un video de la visita a La Pedrera con la música del álbum Gaudí (1987) de Alan Parsons Project.
Presionar aquí para ver un video de la visita a La Pedrera con la música del álbum Gaudí (1987) de Alan Parsons Project.
Esta nota ha sido aumentada y corregida gracias a la colaboración de Jaume Prat. Para ver más información, revisar los comentarios.
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