En colaboración con el Arq. José Alonso Oviedo Lira*
En el corazón de Barra de Tijuca, un suburbio en las afueras de Río de Janeiro, se encuentra una de las obras más vanguardistas y polémicas de Christian de Portzamparc, la Ciudad de la Música o Cidade da Musica (para diferenciarla de la premiada Citè de la Musique que el mismo autor produjera en París).
Si bien la versión carioca comparte elementos comunes en su lenguaje como el manejo de elementos escultóricos y paredes curvas, la incorporación de espacios urbanos interiores y su integración simbólica con el entorno, que es básicamente un parque (La Villette de Bernard Tschumi en París y un jardín de Fernando Chancel en Río), hay diferencias conceptuales y formales importantes, y la versión carioca se diferencia de la parisina en que la primera se halla sobre una gran plataforma que se encuentra "levitando" 10 metros sobre el área verde.
Efectivamente, la composición está basada en dos grandes plataformas horizontales que "atrapan" los volúmenes curvos y son perforadas por espacios vacíos que permiten un interesante juego espacial. Al respecto, menciona Portzamparc:
El programa de este complejo musical de 95000 m2, el más grande de América Latina cuando se concluya, incluye una Sala de Conciertos Filarmónicos para 1800 espectadores (convertible en una Sala de Ópera para 1300), una Sala para Música de Cámara (500 espectadores), una sala electroacústica con 180 asientos, 2 salas de cine de 150 asientos cada uno y otro cine más de 300 asientos, cuartos de ensayo, restaurante, biblioteca, tiendas, estacionamientos y la sede de la Orquesta Sinfónica de Brasil.
El proyecto, iniciado el 2002, e inaugurado el 2008 pero el nuevo alcaldo ha detenido las obras restantes por investigación en una presunta malversación de fondos.
Hasta allí llegó mi amigo, el arquitecto José Alonso Oviedo, gentil colaborador de este blog, quien nos comparte sus impresiones:
Añadiría al comentario del arquitecto Oviedo que parecen haber diferencias conceptuales importantes entre ambos proyectos. La Citè de la Musique en París es por concepto un proyecto popular, la idea de atraer la música a las masas, un lugar donde estudiantes de música, músicos y público en general comparten distintos niveles de aproximación al cuarto arte. Es muy diferente a la Ópera de París, diseñada por Charles Garnier, obra maestra del neobarroco.
Creo que es positivo que las ciudades apuesten por la difusión de música selecta, pero creo que es importante que la hagan accesible al público. Sídney, Pekín y Singapur han apostado a sus respectivas óperas como símbolos de la ciudad (y de modernidad nacional) pero se han preocupado de colocarlas en lugares prominentes y fácilmente accesibles por la población, en hacerlos parte importante del paisaje urbano y de insertarlos en la memoria colectiva de la gente. Aún así, espero que los cariocas resuelvan sus problemas, que inauguren su ciudad de la música y que la hagan asequible a toda la gente y a todos los ritmos, y que pronto pueda escucharse ahí a Caetano Veloso cantando Fina Estampa.
Presionar aquí para ver un detallado video de la concepción arquitectónica del edificio, realizado por el Atelier Portzamparc…
Si bien la versión carioca comparte elementos comunes en su lenguaje como el manejo de elementos escultóricos y paredes curvas, la incorporación de espacios urbanos interiores y su integración simbólica con el entorno, que es básicamente un parque (La Villette de Bernard Tschumi en París y un jardín de Fernando Chancel en Río), hay diferencias conceptuales y formales importantes, y la versión carioca se diferencia de la parisina en que la primera se halla sobre una gran plataforma que se encuentra "levitando" 10 metros sobre el área verde.
Efectivamente, la composición está basada en dos grandes plataformas horizontales que "atrapan" los volúmenes curvos y son perforadas por espacios vacíos que permiten un interesante juego espacial. Al respecto, menciona Portzamparc:
"Entre el mar y la montaña este proyecto constituye un gran hito en el centro de la planicie de Barra da Tijuca. Una terraza pública elevada 10 metros y colgando de un jardín tropical, permite a los visitantes a aprehender el magnífico paisaje antes de llegar a los varios salones. El principal salón de conciertos expresa el mismo espíritu que aquellos en Paris y Luxemburgo. El diseño escénico redescubre los elementos del teatro Isabelino, los músicos rodeados por la audiencia."
El programa de este complejo musical de 95000 m2, el más grande de América Latina cuando se concluya, incluye una Sala de Conciertos Filarmónicos para 1800 espectadores (convertible en una Sala de Ópera para 1300), una Sala para Música de Cámara (500 espectadores), una sala electroacústica con 180 asientos, 2 salas de cine de 150 asientos cada uno y otro cine más de 300 asientos, cuartos de ensayo, restaurante, biblioteca, tiendas, estacionamientos y la sede de la Orquesta Sinfónica de Brasil.
El proyecto, iniciado el 2002, e inaugurado el 2008 pero el nuevo alcaldo ha detenido las obras restantes por investigación en una presunta malversación de fondos.
Hasta allí llegó mi amigo, el arquitecto José Alonso Oviedo, gentil colaborador de este blog, quien nos comparte sus impresiones:
Hace poco tuve la suerte de visitar Río de Janeiro, -una de las ciudades más bellas del mundo a criterio de muchos-, entiendo al recorrerla, que debe ser por el contraste de un escenario natural impresionante y el esfuerzo del hombre por habitarlo organizadamente lo que ha generado sitios y escenarios urbanos y naturales memorables.
En mi rápida exploración, que fue además urbana y vial, recorriendo la ruta de la autopista Linha Amarela que fue concebida por el urbanista griego Doxiadis en 1965 como parte del plan vial de RJ (cada vía troncal tenía un color), inicialmente muy criticado por ser "un extranjero" pero luego apreciado por su visión, recién pudo ser construida hace no más de 12 años por concesión de una iniciativa de inversión privada.
Fue para mí una sorpresa al recorrer la vía de norte a sur y luego de atravesar varios túneles hacia el mar encontrar un edificio como remate visual de baja escala (no mas de 25m de altura) adentro de un gran intercambio vial de alta velocidad con una forma de cuadrado de 500 x 500m girado a 45º en su intersección con la Av. Das Américas que comunica el histórico litoral central de RJ con la zona de Barra Tijuca (nuevo enclave de clase media alta en el litoral oeste de RJ).
A pesar del contraste que ofrecen varios edificios alineados al mar de 20 a 40 pisos, el edificio es notorio por la amplitud de su espacio de emplazamiento en la mitad de ese intercambio, la otra parte es ocupada por un terminal de transporte terrestre. A comparación con el amigable contacto de los edificios, las vías y la naturaleza en esta ciudad, este desarrollo urbano es más próximo a la escala del clásico urbanismo moderno de otras ciudades recientes de Brasil.
En la volumetría del edificio que se aprende con rapidez por la velocidad de no menos de 50kmh del recorrido perimetral, se destaca como una constante su plano horizontal elevado, y los segmentos de muros curvos ofrecen rápidos contrastes transversales.Al enterarme gracias a mis amigos ingenieros de que se trata de una "Ciudad de la Música" rápidamente evocó la de París y descubro que en efecto es una obra del arquitecto Portzamparc, y la comparación se hace inevitable.
Este edificio ha recibido por los locales más críticas que admiración: por su alto presupuesto público de más de US$ 200 mill, es inaccesible peatonalmente, no será fácilmente utilizado por la mayoría de los cariocas de clase media y baja (que aman el Bossa Nova y la Samba) pues la zona es un lugar exclusivo accesible solo en auto (media hora con la nueva autopista, y hora y media en transporte público que solo llega por el litoral); además el programa solo comprende escenarios para música de cámara y sede para la Sinfónica de Río de Janeiro.
Paradójicamente, me comentaron que hace poco cerca de los depósitos del puerto de la bahía de Guanábara, una de las zonas populosas y deprimidas de la ciudad se había organizado un agrupamiento de grandes galpones para albergar el trabajo de meses de las Escuelas de Samba en sus carros alegóricos, disfraces y coreografías para evitar conflictos en los barrios y favelas por la tradicional rivalidad y espionajes, sitio que se ha denominado popularmente...."la ciudad de la música".
Por ello al margen del interesante ejercicio arquitectónico, de tratar de crear un nuevo icono que semeja más una gran escultura de bajo perfil adentro de un intercambio vial de escala metropolitana que busca destacar en medio de grandes edificios, y del ambicioso programa encomendado por el anterior alcalde de generar un sitio al servicio de la música clásica internacional (válido para otras grandes ciudades occidentales recientes); considero que el reto de Portzamparc será grande en tratar de convencer al nuevo alcalde opositor de continuar la obra tal como se concibió inicialmente (la cual ha sido paralizada), pues Río de Janeiro no es una cuidad cualquiera, es conocida y visitada por todo el mundo además de sus valores urbanos y naturales por la fuerte tradición de su carnaval, máxima expresión de la música popular de Brasil "la Samba" lo que sí ameritaría mayor homenaje; entonces además de sus merecimientos arquitectónicos las dificultades del proyecto no solo son su "ubicación urbana", sino su "ubicación cultural"; sin embargo como en toda gran obra, la perspectiva del tiempo nos dará la justa medida de su trascendencia.
Añadiría al comentario del arquitecto Oviedo que parecen haber diferencias conceptuales importantes entre ambos proyectos. La Citè de la Musique en París es por concepto un proyecto popular, la idea de atraer la música a las masas, un lugar donde estudiantes de música, músicos y público en general comparten distintos niveles de aproximación al cuarto arte. Es muy diferente a la Ópera de París, diseñada por Charles Garnier, obra maestra del neobarroco.
Creo que es positivo que las ciudades apuesten por la difusión de música selecta, pero creo que es importante que la hagan accesible al público. Sídney, Pekín y Singapur han apostado a sus respectivas óperas como símbolos de la ciudad (y de modernidad nacional) pero se han preocupado de colocarlas en lugares prominentes y fácilmente accesibles por la población, en hacerlos parte importante del paisaje urbano y de insertarlos en la memoria colectiva de la gente. Aún así, espero que los cariocas resuelvan sus problemas, que inauguren su ciudad de la música y que la hagan asequible a toda la gente y a todos los ritmos, y que pronto pueda escucharse ahí a Caetano Veloso cantando Fina Estampa.
Presionar aquí para ver un detallado video de la concepción arquitectónica del edificio, realizado por el Atelier Portzamparc…
… y este otro que explica sus cualidades estructurales
VER TAMBIÉN
- OTRAS OBRAS DE CHRISTIAN DE PORTZAMPARC
- ÓPERA, SALAS DE CONCIERTOS, TEATRO
- Casa de la Música, Oporto, Portugal. Rem Koolhaas
- Esplanade, Teatros en Singapur
- Kyoto Concert Hall, Japón (Arata Isozaki)
- Ópera de Sídney, Australia (Jorn Urtzon)
- Saitama Super Arena, Saitama, Japón.
- Teatro Colón, Buenos Aires Argentina.
- Teatro Nacional de China, Pekín, China (Paul Andreu)
* El Arquitecto José Alonso Oviedo Lira es urbanista, egresado de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, Perú y ha cursado estudios de maestría en Dirección y Gerencia de Empresas Constructoras e Inmobiliarias, en la Pontificia Universidad Católica del Perú en convenio con la Politécnica de Madrid. Actualmente viene desarrollando proyectos en la Gerencia de Promoción de la Inversión Privada de la Municipalidad de Lima.
Felicidades por el blog, que acabo de descubrir y me parece uno de los más interesantes que conozco en el campo de la arquitectura.
ResponderBorrarSobre este artículo, comentar algo que no apareció en el texto: la tendencia actual de algunos arquitectos a convertirse en vestidores de programas férreamente definidos anteriormente, en gestores de enormes presupuestos, tan hinchados que abandonan cualquier posibilidad de experimentación. Me explico: Portzamparc hace un edificio cuando quizá no sea eso lo que se necesita. La factura es sobervia, pero sigue enclavado en medio de un nudo viario, en un parque que se podría vallar fácilmente, y sólo accesible para una élite muy minoritaria. Cuando, años antes, Niemeyer se enfrenta a un programa parecido, propone el Sambodromo: en esencia, una calle, una calle donde la gente puede disfrutar, pasarla bien, escuchar música, sentirse libre. Echo en falta aquí una reflexión más profunda sobre los usuarios, sobre la manera de conectar el edificio con la cuidad, sobre su humanización y socialización. No tiene posibilidades de ser mimado, aceptado, por la población. No se va a converntir en un hito.
Escribo esto des de Barcelona, miles de kilómetros alejado de la realidad de Río, ciudad que, además, sólo conozco por persona interpuesta, pero creo no ser demasiado osado con estos comentarios.
En resumen, no se trata tanto de definir un buen edificio (lo es, realmente, la crítica me parece ajustada, y formalmente me interesa mucho) como de pensar en para qué es necesario.
Muchas gracias Jaume por tus palabras y coincido plenamente con tu comentario.
ResponderBorrarSi bien la música selecta no es una inversión popular y a veces rentable, las ciudades han apostado a la construcción de óperas a fin de difundir la música con la sofisticación que su audición perfecta requiere.
El problema es cuando se exceden presupuestos en un país que afronta un índice elevado de pobreza. Aún así habría valido la pena si la obra tuviera un carácter inclusivo y promotor de la cultura. En Pekín, por ejemplo, los pekineses pagan una fracción de lo que los extranjeros pagamos por ver un espectáculo en el Teatro Nacional, y de esta manera se promueve la difusión de la música selcta a niveles populares. Para la Ópera de Sydney, fue la propia población la que contribuyó a su construcción mediante la compra de loterías (y eso que el presupuesto también se multiplicó varias veces) porque así lo creyó importante para el desarrollo de la cultura.
En el caso de Río de Janeiro, tal vez lo peor de todo sea su aislamiento físico, su ubicación en medio de un intercambio vial. El gran Teatro de Pekín está a dos cuadras del Tiannamen, que es el centro de Pekín, China y el Mundo. La Ópera es la vedette de la Bahía de Sydney, a la vez que Esplanade lo es del Singapur, ambos gozando de grandes facilidades para su uso y acceso público.
Una ubicación tan desligada de la ciudad va a condenar a esta obra (que como dices tiene destrezas arquitectónicas notables) a convertirse en un elefante blanco.
Un abrazo!
Otro dato anecdótico... esa nueva autopista que le ha resuelto tantos problemas a la ciudad con un gran atajo que corta las montañas, ha costado sólo US$150 millones... mucho menos que el edificio en cuestión, ha integrado una docena de favelas que estaban condenadas bajando su peligrosidad, y esa inversión se autofinancia en 15 años... con un tráfico de más de 100,000 autos mensuales... ¿el enorme presupuesto de la Cidade... se pagará con cuantos conciertos? Además Río tiene muchas zonas extremadamente pobres, excluidas y peligrosas....
ResponderBorrarQuerido Carlos(espero impaciente el post sobre la Opera Garnier jaja), el proyecto presentado en el primer vídeo es sencillamente maravilloso, pero como todos decís el emplazamiento no parece correcto, pues está aislado de su público potencial. Me ha emocionado el juego de curvas y de lineas como de cuerdas o pentagramas, así como la increíble transfomación de la sala principal:IM-presionante...si algún día se llega a terminar.
ResponderBorrarEl primer minuto y medio largo del video, si desconoces el edificio y sus dimensiones bien podría ser el proyecto de una lujosísima mansión privada en la costa oeste de USA "alejada del mundanal ruido", está claro el fallo de localización.¡Compruébalo!
Abrazos madrileños (Animo a todos a ver la exposición de Bacon, tan bella y dolorosa a la vez)
Jajaja, tienes razón, parece que fuera la casa de Prince o algún millonario holliwoodense... les faltó poner otros elementos que den idea de la escala...
ResponderBorrar... por otro lado, hemos de admitir que algunas casas de millonarios hollywoodienses están muy bien. Hay gente de esta que tiene dinero y gusto para gastarlo, y, cuando se aúnan las dos cosas, se producen grandes resultados. Hollywood tiene un impresionante historial arquitectónico, des de la casa propia de Schindler hasta las de Neutra, Irving Gill o, más modernamente, incluso Gehry. Tampoco estoy seguro que no sea un elogio que esa ópera se parezca a una casa de estas, excepto por la descontextualización en la que todos estamos de acuerdo.
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