"Soy un arquitecto a la antigua, que siempre está soñando en la arquitectura como un monumento, o como algo con presencia simbólica. Una obra de arquitectura para mí, deja de ser simplemente un edificio y se convierte en monumento cuando conversa con su entorno y toma la apariencia de algo vivo, respirando, funcionando como parte vital de la ciudad."Shin Takamatsu
La arquitectura de Shin Takamatsu refleja su personalidad: polémico, provocador, irreverente, insatisfecho con lo común, amante de la tecnología, obsesivamente detallista y con mucho sentido del humor. Takamatsu nos recuerda que Japón no sólo es el país de las geishas y las machiya, sino es también, en muchos aspectos, el país tecnológicamente más avanzado del mundo, y que ambas realidades conviven en la sociedad japonesa de hoy, muchas veces superponiéndose.
Si bien Takamatsu se ha destacado en años recientes por grandes proyectos como su Tianjin Great Museum en China o el Teatro Nacional de Okinawa, este post está más enfocado a la arquitectura comercial que desarrolló en sus inicios como proyectista.
ANTECEDENTES
La reconstrucción de Japón tras la ruina de la segunda mundial, abrazó como en muchas partes del mundo, el lenguaje de la arquitectura moderna. El Parque y Museo de la Paz en Hiroshima, por Kenzo Tange, utilizan un lenguaje corbuseriano. Sin embargo, en los 60s, el propio Tange se separaría de la fuente europea para mostrar un modernismo con características japonesas, en sus trabajos para las olimpiadas de 1962.
En los 70s, discípulos de Tange como Arata Isozaki, Fumihiko Maki y Kisho Kurokawa buscaron otras formas de interpretación de la arquitectura en oposición a las ideas occidentales. Mientras Le Corbusier hablaba de "la máquina para vivir", estos jóvenes nipones entendían la arquitectura como parte de un organismo viviente, cuyas células (partes) nacían y morían y podían ser reemplazables. Así nació el metabolismo japonés.
En los 80s el boom económico japonés estaba en su apogeo. La economía de burbuja inflaba los costos de los terrenos a precios tan exorbitantes que el costo de la arquitectura era relativamente barato, por lo que los arquitectos se dedicaron a experimentar libremente, en una especie de "paraíso del diseño", en el que todo valía, sin límites presupuestales ni creativos.
En ese contexto surgen propuestas como las de Toyo Ito, Hiroshi Hara, y Shin Takamatsu, todas cargadas de mucho simbolismo y de un lenguaje contemporáneo, reflejando expresamente en sus propuestas la sensación de caos que percibían en su sociedad (una excepción fue Ando, quien apareció en esta época con un lenguaje sobrio, parco, geométricamente ordenado y muy ligado a la tradición y el paisaje). Muchas de estas propuestas, en un principio, fueron demasiado chocantes para ojos occidentales, quienes en esa época se hallaban inmersos en el eclecticismo posmodernista, pero en décadas subsiguientes estos arquitectos han ido madurando hasta dar más solidez a sus conceptos, mientras que el occidente ha tenido una mentalidad más abierta para entender e incluso acoger estas ideas con entusiasmo.
Ining ´23 (1987). Subir la escalera es una experiencia no apta para acrofóbicos.
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SHIN TAKAMATSU
Shin Takamatsu, es llamado por algunos "el poeta del high tech". Para otros, es uno de los causantes del daño irremisible al perfil tradicional de Kioto (al que él se refiere como "dulzura impasiva"). Con respecto a la relación de sus edificios con el entorno, Félix Guattari comenta las dos corrientes que han venido enfrentándose en la discusión arquitectónica moderna:
"Hay quienes, a la manera de Le Corbusier, consideran el contexto para que la disposición de la forma emplace al objeto arquitectónico en una relación continua con la fábrica urbana. Y hay aquellos que, a la manera de Mies van der Rohe, separan el objeto del entorno de forma que hacen que la organización de la forma dependa solamente de las cualidades de un objeto estructural. Pero tal vez la arquitectura de Shin Takamatsu nos lleva a una tercera posición posible, aquella en la que el trabajo se perfecciona tanto como un objeto estético como completamente abierto a su contexto".
Sus edificios son únicos e irrepetibles, tanto en su composición formal, color y relación con el entorno. Aún así es posible caminar por la calle, y aún sin saberlo, mirar a una de sus obras y decir "¡este es un edificio de Takamatsu!". Esto tal vez se deba a algunos detalles comunes, trabajados con minuciosidad, como broches semiesféricos, adornos metálicos, óculos de vidrio, superficies vidriadas curvas, y que en general dan la impresión de que sus edificios soñaron con ser máquinas.
"Shin Takamatsu demuestra una profunda desconfianza ante todo el orden establecido, rehusa el calor y la bondad humanísticas que las modernas democracias deseaban ver expresadas en su arquitectura. En lugar de ello, su arquitectura muestra muerte, ritual y erotismo".Masato Kawamukai, 1988, en Contemporary Japanese Architects por Philip Jodidio.
Shin Takamatsu es profesor de la Universidad de Kioto. Pero no es un personaje oscuro, tétrico. Todo lo contrario, presenta la exposición de sus trabajos con un fondo musical salido de la película Matrix, y a menudo incluye temas punk o hard rock. Conquista al público con numerosas bromas (la mayoría de ellas no las entiendo pero el entusiasmo de la sala es contagiante). Tal vez no sea una exageración llamar a la primera etapa de su trabajo como "arquitectura punk" o, como él la denomina, "hard-boiled architecture" (arquitectura dura).
Allí nos confiesa un aspecto muy curioso: produce alrededor de 10,000 bocetos en promedio por cada proyecto. Al principio me pareció una exageración, pero luego, en una interesante muestra que llevó a cabo el arquitecto en el Templo de Toji en el 2005, los visitantes caminaban por una pasarela transparente bajo la cual se encontraban miles de sus bocetos, iluminados por debajo (caminaban es un decir... yo recuerdo haberla recorrido gateando para ver más de cerca los increíbles bocetos).
El detalle que pone en sus trabajos es muy minucioso y es, junto con los materiales como metal y vidrio curvo, lo que le da una apariencia industrial de alta tecnología. Hay quienes han comparado su trabajo con el edificio Lloyd´s de Richard Rogers, aunque a mí me parecen dos conceptos diferentes. La idea del Lord inglés era exteriorizar los componentes sistémicos de su arquitectura, mientras que el maestro japonés presenta fachadas acabadas, con componentes similares al diseño industrial. Para hacer un paralelo, Rogers nos presenta un auto de lujo sin carrocería, Takamatsu nos presenta un auto con una carrocería similar a la del Batimóvil.
Lamentablemente, algunos de sus más famosos trabajos, como Syntax Building (1987) y Kirin Plaza (1990), ya no existen más. Sobre éste último, ofrecemos una reseña a continuación.
KIRIN PLAZA
Ubicado al frente del famoso canal Dotombori en Osaka, Kirin Plaza era un edificio de la compañía cervecera Kirin, concebido como un lugar donde la diversión y la cultura encontraban un punto de encuentro.
Se trataba de un cubo de granito negro adornado con incrustraciones metálicas, al que se engastaban 4 prismas luminosos de 50 metros, como cuatro linternas que asemejaban un faro urbano al lado del canal. Eran protagonistas del paisaje nocturno urbano, una reinterpretación de los avisos luminosos que caracterizan Dotombori.
Por eso Takamatsu lo llamaba "un monumento sin forma", un hito regonocible en medio de un maremagnum de luces y reflejos. Aquí se "denunciaba la ambivalencia de la sociedad que, por un lado, se da desenfrenadamente al lujo y al consumo y que, por otro lado, tiembla víctima de misteriosas pesadillas".
Como en muchos de sus edificios, Takamatsu opta por una composición simétrica, en la que enfatiza, mediante la inclusión de su parafernalia habitual, la verticalidad del edificio. Pero dentro de esa verticalidad, es común encontrar elementos horizontales de menor jerarquía.
Constaba de seis niveles. En los dos primeros ellos se encontraba un ameno bar donde se podían de gustar variedades de cerveza Kirin, así como áreas donde se explicaba la creación de la cerveza.
En el tercero se hallaba un restaurante internacional. En los tres pisos superiores, sin embargo, se hallaban salas de exposiciones de arte, video y eventos.
Fue demolido en el 2008. Desde este sencillo blog, le rendimos un homenaje póstumo. Salud por él.
VER TAMBIÉN
- OTRAS OBRAS DE SHIN TAKAMATSU
- COMERCIO.
- ACROS Fukuoka, Emilio Ambasz
- Larcomar, Lima
- Maremagnum, Barcelona
- Namba Parks, Osaka
- Roppongi Hills. Tokio
- Selfridges, Birmingham
- Times I & II
"Sr. Karusosu Zebayosu.
La belleza es un cuento.
Takamatsu Shin."
La belleza es un cuento.
Takamatsu Shin."
Un artista encerrado en el cuerpo de un arquitecto.....todo parece tan fantasioso e irreal, simplemente un deleite para los sentidos... =)
ResponderBorrarsaludos
Gracias Alejandro.
ResponderBorrarYo lo imagino de joven como un muchachito rebelde y metalero.
La idea de hacer de cada edificio una escultura, un monumento, concuerda mucho con la vena artística a la que te refieres.
Un saludo
Hi, Hi!!!
ResponderBorrarGRACIAS, PERO MUCHAS GRACIAS!!!!
AMO JAPON Y ME GUSTARIA VIVIR EN ESTE PAIS ALGUN DIA,PERO POR EL MOMENTO TU YA ME LO ESTAS MOSTRANDO Y EXPLICANDO...
POR ESO:
MIL GRACIAS!!!
Ciertamente Japón es un país único, lleno de contrastes.
ResponderBorrarMuchas gracias, saludos
Hola Carlos,
ResponderBorrarBonita arquitectura, con lo que veo podríamos hablar de una arquitectura japonesa, claramente definida por algo de lo que no estamos acostumbrados a ver, mayores líneas, mayores elementos decorativos, muy similares a los vistos en restaurantes orientales, tal vez sea una interpretación consciente o inconsciente del mundo tradicional japones o simplemente inspiración del autor, pero hay algo que creo existe; que cada cultura ve las cosas desde su mundo, cada uno organiza sus costumbres y tradiciones desde su formación ancestral y esto es lo que percibo en la obra Takamatsu.
Muchos saludos
Hola Doctor! sabes que no comparto esa arquitectura, pero escribo para felicitarte por las fotos. Saludo el ojo fino acompañado del correcto uso del medio.
ResponderBorrar¡Felicitaciones!!! espero pronto te cruces con un edificio Moderno, ¿algún otro de Kenzo Tange quizás?
SALUDOS!!!
Aldo
Saludos Giorgio.
ResponderBorrarIncluso dentro de la arquitectura japonesa tradicional (a la que me he referido siempre destacando sus líneas sobrias y minimalistas), encontramos casos de exhuberante rebeldía, lo que demuestra que este no es un aspecto nuevo en su cultura.
Un ejemplo de ello es Nikko, que espero desarrollar en el futuro en este blog.
Un abrazo
Doctore! Qué gusto leerte por aquí.
ResponderBorrarTe cuento que he decidido enfrentar a mis demonios (sesión de psicoanalista incluída), por lo que presumo que tanto éste como el siguiente post no sean mucho de tu agrado.
Espero que te guste el subsiguiente, creo que el trabajo de SANAA está más cerca de tu línea de investigación.
Gracias por el comentario.
Un abrazo
Hola amigo, he leido tu blog y me parece muy bueno, todas estas arquitecturas son geniales y profesionales, gracias por el aporte.
ResponderBorrarInversiones en petroleo
tengo una duda shing takamatsu sus obras son del tecnicismo pero utiliza la tecnologia osea el high tech para construirlas. entonces. ¿Que diferencia tiene el tecnicismo con la alta tecnologia?
ResponderBorrarNo estoy del todo segura de lo que pretende este señor. Es decir, no creo que se pueda relacionar la arquitectura unica y exclusivamente con una garganta tragando, y por si fuera poco ponerle una atracción que sube y baja para dar más "énfasis". No dudo que no pueda tener proyectos algo interesantes, pero creo que no se toma en serio nada de lo que hace.
ResponderBorrarQue Japón sea la capital tecnológica del mundo , no creo que sea motivo para dejar de lado la larga y preciosa trayectoria, casi ancestral, de la arquitectura japonesa. Sinceramente sus edificios parecen más sacados de series anime que de un moleskine.
De acuerdo Martita, tal vez por eso incluí algunas de sus obras en un post llamado "Bromas Arquitectónicas". Lo que sí no se puede negar es que tanto él como sus clientes tienen mucho sentido del humor.
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