22 junio, 2009

RICHARD MEIER: MUSEO HIGH, ATLANTA


El Museo High, diseñado por Richard Meier en 1984, es una de sus más aclamadas obras. No se trataba de un museo grande como el Centro Getty, pero a pesar de su tamaño Meier (quien también en 1984 recibiera el primo Pritzker ), consiguió un resultado magistral, componiendo sus impecables volúmenes blancos bajo el juego de luz orquestados en un riguroso pero no rígido sistema geométrico que los ordena.

Rampa de acceso para minusválidos, con la típica baranda meieriana que recuerda la arquitectura de los botes.

ANTECEDENTES

La Asociación de Arte de Atlanta fue fundada en 1905, pero en 1926 la familia High donó su casa familiar en la calle Peachtree para albergar una serie colecciones de arte. Posteriormente, el museo sería ampliado llevando el nombre de la familia.

Un escritorio diseñado por Frank L. Wright, parte de la colección del Museo High.
Una escultura de Rodin

EL PROYECTO DE MEIER.

Exhibiendo las ideas desarrolladas por el “Grupo de los 5”, el edificio de 4 niveles se asienta en medio de una suave colina, frente a un campo de césped.

Vista posterior. Escultura de Roy Lichtenstein, "House III."

En la fachada se expresa el típico lenguaje meieriano: volúmenes blancos cuyo juego se apoya en una modulación geométrica claramente dibujada en paneles cerámicos y cuya rigurosidad se alterna con elementos curvos casi lúdicos.


La composición geométrica del museo se inicia en un partido en forma de cuadrado, uno de cuyos cuadrantes ha sido reemplazado por un cuarto de círculo. Posteriormente las esquinas serían trabajadas también como cuadrados, articuladas por galerías intermedias.

Definido por un marco ortogonal, una explosión de volúmenes se desparrama centrífugamente de uno de sus cuadrantes.Fotografía del Museo High en el 2002 y modelo 3D según Google Earth.

De este cuadrante se desprende una forma semi-orgánica, un detalle irreverente en medio de la solemnidad geométrica del edificio, la que contiene la cafetería y una galería de arte chino.


El ingreso fue definido por una rampa que, enmarcada por un pequeño pórtico, ataca el cuadrante de círculo a 45 grados, cuyo volumen se asoma entre las masas del auditorio y la cafetería.


Este juego de volúmenes constituye una de las fachadas más célebres de la arquitectura de Meier y tal vez de la arquitectura contemporánea.


Precisamente el semicírculo contiene el aspecto más atractivo del edificio, un atrio luminoso por el que ascienden unas rampas que distribuyen la circulación a las galerías. Una iluminación que, por otro lado, dada la fuerte radiación solar en Atlanta, resulta a veces demasiado intensa y perturba la contemplación de obras de arte.


El manejo espacial interior es trabajado también sobre la base de la trama geométrica, y un juego de planos superpuestos bajo un amplio influjo de luz. Tanto el concepto de la circulación en rampa como la propia cobertura de este espacio han sido francamente inspirados en el célebre Museo Guggenheim de Nueva York de Frank L. Wright.

Blanco y negro. Este amable agente de seguridad resutó ser un contrapunto ideal a la arquitectura glauca de Meier.

Este patrón de organización favorece, en palabras de Peponis,
“el movimiento procesional, marcado por los ejes de columnas y percibido a través de las ventanas interiores y las ventanas internas. El movimiento se desvía en espacio de menor escala, la creación de múltiples vistas cruzadas permite a los objetos ser vistos a una variedad de distancias y ángulos, vistas más allá del espacio actualmente ocupado y que induce al visitante a establecer patrones de exploración.



En todos los puntos los visitantes son expuestos a diferentes escalas de organización , desde el atrio de múltiple altura hasta el íntimo cuarto de exhibición. El arreglo espacial sugiere agrupamientos alternativos de objetos e invita a diversas perspectivas comparativas, variando entre lo formal y lo procesional (en la rampa), la reunión casual (en las galerías de exhibición) y en la momentánea intersección de miradas (en las galerías de periféricas principales).”



Efectivamente, las vistas no se limitan a la habitación en sí, sino que a través de marcos, perforaciones y aberturas, se vinculan a otros espacios fomentando la dinámica relación espacial y visual entre las galerías.


El edificio original albergaba además de las galerías, un auditorio, un café, una tienda de museo, áreas para miembros y para personal.

“La estructura consiste en columnas de acero y vigas y losas de concreto. El pedestal de granito actúa como una referencia horizontal par a las rampas y, en elevación, como un ancla para el revestimiento de paneles de acero revestidos de esmalte de porcelana que cubren las galerías debajo.


La luz, ya sea directa o filtrada, admitida a través de claraboyas, tiras de vidrio clerestorios o perforaciones mínimas en el los paneles, es una preocupación constante en todo el edificio: además de su aspecto funcional, es un símbolo del rol del museo como un lugar de iluminación estética y valores culturales ilustrados. La intención primaria de la arquitectura es fomentar el descubrimiento de estos valores y promover una apreciación contemplative de la colección del museo a través de su propia experiencia espacial”.



Pero en su historia el museo ha sufrido renovaciones, que si bien han tratado de mantener los principios de su creador, han llevado a modificar la forma cómo Meier concibió el espacio interior de las galerías. En 1997 se llevó a cabo una reorganización del área de exhibición por Scolgin y Elam, compartimentarizando las galerías, a la vez que algunas de las claraboyas y ventanas fueron parcialmente cubiertas para evitar la radiación ultravioleta, nociva para las obras de arte.


Sin embargo, en el 2005, una nueva modificación diseñada por Lord Aeck y Sargent, intentó devolver al museo a los principios originales de su creador, reabriendo el espacio y utilizando filtros transparentes que permitían el paso de luz pero no de radiación.


Pegah Zamani y John Peponis, de la escuela de arquitectura del Instituto Tecnológico de Georgia GIT, llevaron a cabo un estudio computarizado de los cambios del museo en tres periodos, analizando el segundo nivel con el programa Space Syntax. El análisis se enfocó en patrones de circulación, integración espacial y visual, enfatizando la discontinuidad que significó la alteración de 1997, tanto en la sintaxis del espacio visble y accesible, un cambio en los principios utilizados por el curador y los principios de composición de las superficies.

Análisis en Space Syntax del segundo nivel del museo y sus variaciones en el tiempo. Cortesía de Pegah Zamani y John Peponis: "¿Discontinuidad Radical o Variaciones en un Tema? La Historia reciente del Museo de Arte High", Estambul, 2007.

Entre el 2002 y el 2005, el Museo High llevó a cabo una extensiva ampliación a cargo de otro maestro de la arquitectura contemporánea, Renzo Piano. Ésta será materia del próximo post. Hasta entonces.

Un puente vidriado conecta a esta zona con la expansión diseñada por Renzo Piano.

VER TAMBIÉN
- OTRAS OBRAS DE RICHARD MEIER
- MUSEOS DE ARTE

8 comentarios:

  1. Es un edificio muy bonito pero, a casi 40º en Madrid, su sobreexposición al sol da miedo. En ese sentido me encanta la arquitectura tradicional árabe (que en España hemos heredado) que busca ante todo el frescor y la sombra. ¿Qúe te parece, Carlos? ¿Tienes algún post relacionado con este tema? Mil gracias, un besito

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  2. Me has leido la mente, querida amiga... en un par de semanas pienso tratar algo al respecto.
    Mientras tanto, esto es lo que he publicado sobre arte del Islam hasta ahora
    http://moleskinearquitectonico.blogspot.com/search/label/islam

    Besos

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  3. Mi querido doctor, veo que sigue recorriendo con agudeza nuestro mundo. Meier es a mi juicio una de los más grandes estafadores de nuestra época. Se puso el cartel de "nuevo moderno" y pretendió vendernos una actualización de la arquitectura de Le Corbusier, ridiculizada en copias literales de sus formas. Buscó con el blanco neutralizar sus falencias proyectuales, que sumándole la potencia de la luz solar da un aspecto de maqueta a sus edificios. Son eso: maquetas, proyectos de arquitectura.

    El montaje teatral no tiene reparos, conformando supuestos elementos estructurales con paneles de yeso (drywall) para terminar de engañar al visitante (MACBA). Ni se esfuerza en controlar el espacio público: lo niega, o peor, no comprende su dimensión.

    Se dice “moderno” para mi es uno de los peores post-modernos.
    El gran problema es que gran parte de los arquitectos jóvenes (y no tanto también), lejos de denunciar su estafa han seguido su proceso de deformación de la forma: reproducen lo que él reproduce y lo sacan aun más de contexto.

    Pensando un poco, sucede como en la música con las famosas “canciones del verano”: necesitas un producto básico, sin contenido, de fácil lectura y repetición para triunfar a corto plazo en nuestro medio consumista. La GRAN diferencia es que las canciones como mucho desperdician discos, esta arquitectura arruina ciudades y desfalca a los ciudadanos.

    Saludos y gracias como siempre por compartir tus recorridos.
    Con el afecto de siempre,
    Aldo

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  4. Pues a mi Meier me parece un maestro, y la entrada sobre el museo High, de las mas completas que he visto.
    Realmente inspiracional.
    Felicitaciones.
    Pablo

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  5. Mi estimado doctore
    Gracias por tu comentario, disculpa la demora en responderte, he estado ausente y el blog ha estado en modo "auto".
    Debo, sin embargo, cordialmente discrepar. Creo que Meier es solvente en su discurso teórico y en su práctica arquitectónica, riguroso en el ordenamiento de su geometría y diestro en el manejo espacial.
    Nunca ha negado su influencia corbuseriana, arquitecto al que le rogó ser su aprendiz, aunque sea gratis, pero quien se negara únicamente por el hecho de que Meier era norteamericano.
    Reconozco que en este caso específico el desarrollo de Piano está mejor logrado que el de Meier; a pesar de ello, y considerando la época en que fue diseñado, el museo High fue un aporte notable, en una época en que los edificios se cubrían de columnas dóricas.
    Y el hecho de que sea posmoderno no tiene que ser peyorativo, han habido maestros en todas las corrientes. En lo personal, preferiría mil veces vivir en el conjunto posmoderno de Nexus World, antes que una de las unidades habitacionales modernas de las repúblicas soviéticas.
    Por supuesto, agradezco tu comentario, al que considero valioso precisamente por ser diferente.
    Un abrazo.

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  6. Mi querido amigo, me vuelvo a leer y noto que ataqué con toda la artillería a Meier. Sabes que no suelo andar con matices en mis comentarios y me ratifico en lo escrito.
    No es que sea un “mal” arquitecto, es que me parece que teniendo la posición que tiene y con la magnitud de obras que realiza se comporta de modo irresponsable al querer justificar mediante un discurso supuestamente moderno (corbusiano) obras que están en la acera opuesta de la arquitectura.

    “Estafa” a sus comitentes pues considero que sus obras están lejos del nivel de los encargos, “engaña” a sus seguidores pues les cuenta un cuento que no tiene coherencia.
    De acuerdo que no todo lo “post-moderno está mal”, seguro hay muchos proyectos desarrollados dentro de esa búsqueda que llegaron a resultados interesantes. Mi reclamo va por el tema de decirse “nuevo moderno” cuando hace arquitectura post-moderna: donde la Forma no se verifica mediante el rigor constructivo y funcional (digo verifica, no quiero decir que la forma es “consecuencia de” sino que tiene “estrecha vinculación con”), sino adopta formas aleatorias, generadas mediante supuestos dotes escultóricos o justificaciones teóricas, y luego es “rellenada” y “estructurada”.
    Para mi Meier va en el segundo grupo, al menos lo que he podido ver de él.

    Sobre tu segundo comentario, si debo elegir entre los edificios del Nexus World y las unidades de habitación soviéticas, claro que me quedo con lo primero. Ahora, no considero que lo segundo sea Moderno. Un edificio Moderno debe siempre tener el equilibrio entre la construcción (estructura), función y resultante formal, todo esto revisado por un agudo sentido de la Forma. Como verás, dentro de esa concepción de lo Moderno, las unidades de habitación soviéticas no caben, como tampoco miles de obras que son usadas para desacreditar el sentido de lo Moderno y justificar diversos desvaríos.

    No podemos decir que todo lo construido en los años y contexto del Renacimiento es arquitectura Renacentista, entonces no podemos decir que todo lo construido en los años y contexto del Movimiento Moderno es arquitectura Moderna.

    Ni hablar del abismo entre la obra de Piano y Meier, estoy totalmente de acuerdo contigo. Reviso con frecuencia la obra del primero, considero que cada proyecto tiene importantes aportes constructivos, tecnológicos y formales. En Piano si veo esa coherencia entre estructura, función y Forma, mas allá de algunos proyectos en exceso esteticistas, tiene una línea de trabajo muy interesante a la que me adscribo y me gustaría llegar. Veo en su obra que no hay una pauta estética a-priori a la que fuerza el proyecto, sino que la resultante formal se va modelando a la medida que se resuelven el conjunto de temas. A partir de lo que compartes en imágenes, veo como generosamente busca acompañar el edificio de Meier y resuelve con impecable calidad las condicionantes específicas del encargo. El control de la luz, la proporción de los espacios y el sistema del recorrido se ven mucho más claros y naturales.
    Hablando desde la ignorancia, quizás los promotores del encargo se dieron cuenta del abismo de calidad entre los arquitectos, sino ¿por qué no volvieron a llamar a Meier? Me adscribo a tu hipótesis.

    Como siempre, un placer dialogar con usted mi estimadísimo Doctor. Me ayudas a repensar conceptos y afinar ideas.

    Un fuerte abrazo desde La Plata,

    Aldo

    p.d. Voy a publicar este diálogo en mi blog, con los vínculos correspondientes a las obras que comentamos.

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  7. Estimado doctore

    Agradezco tu respuesta y felicito la iniciativa del diálogo. Te confieso que a menudo me imagino conversando contigo sobre estos temas, y por supuesto aprendiendo en el proceso.

    En primer lugar, sí me parece que las obras en el bloque soviético fueron modernas, así como las de Londres y otras ciudades europeas y japonesas. De hecho, los congresos del CIAM en Bridgwater (1947) y Bérgamo (1949) abordaron el tema de la vivienda en la postguerra, y más específicamente la de Dubrovnik (1956), que asumió el tema del Hábitat. Entonces, las unidades habitacionales en Rusia y China fueron una interpretación política pero literal de algunos principios del CIAM. Por supuesto, estos conjuntos habitacionales en Varsovia o Bucarest, o las terribles agresiones contra el patrimonio que ví en ciudades históricas como Vladivostok o XiAn no se pueden equiparar a la calidad de Le Corbusier en Chandigarh, o la del propio Ciriani en Lima, en el interesante proyecto de San Felipe que reseñaste en tu blog recientemente.

    Tal vez lo que tendríamos que hacer en principio es definir qué fue la arquitectura moderna. El asunto es que los tres más grandes maestros modernos, Wright, Mies y Le Corbusier, tuvieron aproximaciones totalmente opuestas de la modernidad. Cada uno de ellos tuvo obras geniales y desaciertos, lo que hace más difícil reducir la modernidad a un solo estilo. Tal vez haya que comenzar aceptando que el movimiento moderno albergó una serie de corrientes, cada una con su interpretación de la realidad y el uso de una determinada tecnología, y no sólo la variante neoplasticista. En la modernidad entran posturas opuestas, como Kanh, Saarinen, Aalto, Barragán, Urtzon y un largo y variopinto etcétera.

    Así pues, Tel Aviv es una ciudad moderna, diseñada en los años 20 y 30 por arquitectos judíos de la Bauhaus. Brasilia es también una ciudad moderna, creada por Costa y Niemeyer con criterios completamente diferentes. Y si Niemeyer fuerza la función de sus edificios para acomodarlos en formas monumentales, ¿porqué no puede hacerlo Meier, quien utiliza en todo caso un léxico más racional? Pues te diré que la Iglesia del Jubileo es uno de los edificios que más me haya conmovido.

    Que siga el diálogo.

    Un abrazo

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  8. Mi respuesta en:
    http://laformamodernaenlatinoamerica.blogspot.com/2009/07/dialogos-en-torno-meier.html
    Saludos!
    Aldo

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