09 septiembre, 2008

KUROKAWA: CENTRO NACIONAL DE ARTE

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En el anterior post hemos comentado la contemporánea intervención de Daniel Libeskind en un edificio histórico, al incrustar dinámicos volúmenes a la antigua estación. Un gesto más radical lo asumió Kisho Kurokawa en su última gran obra, el Centro Nacional de Arte (Nacional Art Center) (2007) en Tokio, el museo de arte más grande del Japón. Situado en las inmediaciones de Tokyo Midtown, este centro artístico es un esfuerzo por dar mayor carácter cultural al distrito de Roppongi, cuyo carácter comercial ha sido presidido por el conjunto Roppongi Hills.

El museo se ubica en un extremo de un parque, hacia el cual se enfrentan las vistas de su fachada vidriada.
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Kurokawa, quien adquiriera reconocimiento por sus teorías sobre metabolismo y simbiosis en arquitectura, plantea la remodelación de un antiguo edificio militar cubriendo enteramente su frentera con una ondulante y moderna fachada de metal y vidrio que oculta totalmente cualquier rasgo externo de la antigua estructura.


Las formas curvas de la fachada vidriada, protegida por parasoles metálicos horizontales que le dan continuidad a la superficie, evocan al Salón de Conciertos de Kioto, por Arata Isozaki, uno de los primeros edificios reseñados en este moleskine. Sin embargo la complejidad de la fachada de Kurowaka vá mas que la de su compatriota Isozaki, ya que define una superficie continua de paraboloides hiperbólicos que se adentran y sobresalen estableciendo un melódico juego espacial que coquetea con la amplia explanada en frente al edificio.

Primer nivel

Segundo nivel

Tercer nivel

En realidad esta fachada actúa como una gigantesca cortina que envuelve tres volúmenes cónicos: un cono de entrada externo y dos conos invertidos interiores que definen los cafés.


En efecto, el cono de ingreso tiene un efecto de escala interesante, dada su altura y forma lleva inevitablemente a alzar la vista y encontrar una arandela de luz suspendida que recibe al visitante.


Una vez adentro, es evidente la intención de Kurokawa de incorporar el espacio externo al interior del edificio, al crear una especie de plaza interior, cuyas imponentes proporciones de 6 niveles y sus variantes perspectivas pueden ser percibidas a través de una serie de puentes y balcones a diferentes alturas.


Los singulares restaurantes convierten a la plaza en un espacio vivo y dinámico, y la gente se congrega en aquellos para tomar un café o simplemente en una de las bancas para tomar un descanso mientras reciben el tibio calor solar, que es muy bien venido especialmente en las tardes de invierno.


En contraste con esta ondulante pared vidriada, se encuentra la sólida, maciza y ortogonal pared del edificio original, a la que se ha recubierto con una elegante trama de listones de madera, un gesto que recuerda la arquitectura tradicional japonesa, y que le añade calidez al espacio.


Una de las características del museo es que no cuenta con una colección permanente (tal como vimos en el caso del Museo Judío en San Francisco), lo cual le da libertad y versatilidad para albergar diversos estilos y tendencias.
Dice Kurokawa:

“Yo veo en este una nueva clase de museo… sin colección [permanente], como un aeropuerto artístico, donde la gente se reune a ver imágenes de todo el mundo, el real y el virtual. Para eso necesitamos un gran espacio y más equipamientos avanzados para colgar una gran cantidad de arte que pasará por el museo. Por esta razón, he creado un sistema de almacenamiento compacto y mecanizado detrás del museo”.


En efecto, esta masiva forma alberga casi 13000 m2 de galerías de exhibición sin columnas, dispuestas en 6 niveles y un sótano. Las galerías pueden ser subdivididas por una serie de paneles móviles. También se ha planteado un sencillo jardín terraza, que es básicamente un arreglo de plantas de bambú, y que además otorga luz al interior.


“Una de mis intenciones en el diseño ha sido ser ambiguo. El gran arte y la arquitectura deberían ser ambiguos. Si es fácil de entender, se vuelve funcional como una fábrica. La gente puede decir ‘esta es la entrada y esta es la salida’. Pero aquello no es arte. Yo quería crear ambigüedad y un poco de confusion. Eso es lo que hace a la gente pensar o los conduce dentro del laberinto”


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- OTRAS OBRAS DE KUROKAWA

- MUSEOS


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos!
Hace un tiempo que me he puesto a conocer un poco mas el tema de la arquitectura, y con blogs como este hace que todo sea un poquito mas facil, por ello muchas gracias. Como digo he conseguido sacar tiempo ami vida para poder dedicarme a aprender lo que un dia no tuve valor de estudiar, y decubro que debi hacerlo. Me apasiona el tema. La otra noche encontre una web con un amplio catalogo de libros de arquitectura asi como de mas temticas como arte, cine o hasta temas militares, y creo que puede ser de interes para el blog. Espero volvernos a leer muy pronto, un saludo y hasta entonces, que os vaya todo muy bien!

Carlos Zeballos dijo...

Pues felicitaciones y enhorabuena, y me alegra mucho que este espacio le haya resultado relevante para su meta. Mucha suerte y gracias por el catálogo que nos proporciona.
Un abrazo

Inversiones en oro dijo...

La arquitectura es sin duda un arte que no muchas personas pueden tener, me gustan mucho tus blogs porque presentan verdaderas artes de arquitectura.