La imagen de la torre de concreto sobre una gran escalinata, que pertenece al Museo Chikatsu Asuka (1990-94), es una de las más conocidas entre la obra de Tadao Ando, correspondiente a su etapa proyectual intermedia. Menos conocido es el tema y la razón de ser del museo: el estudio de las tumbas Kofun y Asuka, a las que dedicaré el próximo post. De esta forma el lector podrá tener una idea más completa del museo, no solamente de sus componentes volumétricos y espaciales (materia de esta entrada) sino de su trasfondo paisajístico, histórico y cultural, aspectos que la literatura dedicada a este edificio muchas veces ha dejado de lado.
“Se trata de que el edificio sea el centro para la exhibición y el estudio de la Época de los Túmulos (Kofun), y mi propuesta fue crear un museo ambiental que incorporara no sólo las tumbas diseminadas por el lugar, sino también el entorno natural de los montículos funerarios”.Tadao Ando
EMPLAZAMIENTO
El museo se ubica en el parque arqueológico de Fusoki-no-Oka, en Chikatsu-Asuka, al sur de la prefectura de Osaka, en un territorio salpicado de cientos tumbas en forma de túmulo o kofun. Entre estas tumbas se encuentra la del príncipe Shotoku (574-622), quien estableció los principios del gobierno civil en Japón. Tal vez la razón de la localización de estas tumbas en la zona se deba a las características de este paisaje: una fértil planicie rodeada de suaves colinas, que le otorgan un clima templado y hermosas vistas. Además de las tumbas, aparecen por entre las colinas pobladas de árboles de cerezo y ciruelo, algunos campos agrícolas.
Precisamente la aproximación al edificio (es una caminata de alrededor de 1 km) permite entrar en contacto con el paisaje a través de una serie de senderos y jardines, que son especialmente agradables durante la época de primavera, cuando los árboles están en flor.
En el trayecto encontramos algunos elementos de diseño paisajista, como este cilindro que recuerda al Espacio para la Meditación en la UNESCO, París.
Frente al museo se ubica un estanque, que es también un elemento natural aprovechado en el diseño de Ando. Un pequeño sendero acompaña el borde de esta laguna hasta presentarnos de golpe, casi como una sorpresa, la imponente figura del museo.
CONCEPTO
Ando concibe su museo como una gran plataforma escalonada empotrada en la ladera de una colina.
Este es un tema que el arquitecto ya había explorado, aunque más dramáticamente, en las viviendas de Rokko. Pero en el caso del museo Chikatsu-Asuka, la edificación se convierte en la topografía visible de la colina.
Se trata de una extensa plataforma escalonada de 60 m x 12 m, cubierta con adoquines de granito Mikage, típico de la región de Kansai. La asociación de esta plataforma con un monumento funerario es tangible, aunque a decir verdad recuerda más a un templo centroamericano que a uno japonés.
Recalco la idea que las escalinatas son una interpretación de la topografía, ya que en realidad no conducen a nada. Ciertamente pueden ser usadas como un auditorio al aire libre, o simplemente como un sitio donde sentarse para contemplar el paisaje, dominado por el estanque en primer plano.
Dos volúmenes equivalentes pero opuestos intersecan con esta superficie inclinada. El primero de ellos es una torre que permite observar los túmulos desde lo alto de su tope. La textura lisa y modulada del concreto de este monolito contrasta con la imperfecta rugosidad de los adoquines de granito.
El segundo elemento es un pozo de luz, de las mismas dimensiones de la torre pero en negativo, es decir, una caja llena de vacío. El equilibrio de estos dos elementos compositivos, tan simples pero tan contundentes, va más allá de lo meramente formal y establece un contraste entre el carácter fúnebre, subterráneo y profundo de un sepulcro y el deseo de resaltar y conmemorar al fallecido con un hito monumental.
Además de estos volúmenes, un canal peatonal cruza la plataforma como una llaga que la hiere diagonalmente. Este callejón con paredes de concreto liso, que desemboca en la entrada principal del museo, enmarca una parte del paisaje estableciendo una conexión visual y simbólica con el entorno que lo rodea. Es como un cuadro vivo, un recurso a menudo utilizado en la arquitectura japonesa.
El ingreso es definido por un corte curvo, un sesgo cilíndrico que se sustrae del volumen de la plataforma. El arquitecto utiliza esta geometría diferente para jerarquizar el ingreso al edificio, el cual no es muy aparente desde su aproximación desde el parqueo. Nótese la fuerza de los planos que definen el canal de acceso y que cortan a su vez el muro curvo de acceso.
INTERIOR
Al ingresar, el espacio es luminoso; nos recibe un pozo de luz que corresponde a la caja vacía y que acoge una enorme stupa de piedra, la cual es visible en su integridad gracias a unos puentes que el arquitecto a dispuesto en niveles superiores.
De allí, se nos ofrece una panorámica del museo, visto desde un balcón. Poco a poco se realiza un tránsito desde la luz a la penumbra, replicando la experiencia de ingresar a una de las tumbas Asuka y tal vez, en un sentido más metafísico, ofreciendo una metáfora del tránsito entre la vida y la muerte.
El centro de la composición reproduce también la forma de ojo de cerradura, típica de las tumbas Kofun. Una rampa desciende circularmente para enmarcar un gran modelo a escala de la tumba del emperador Nintoku.
Creo que la idea de colocar una maqueta de la tumba en el centro de la rampa circular, que además cuenta con iluminación especial, es una forma interesante de jerarquizar el tema al que el museo está dedicado.
Sin embargo, me decepcionó un poco que justo debajo de la torre de concreto, la cual al interior acoge una cavidad oscura y sobrecogedora, debajo de este espacio que debería tener un rol más importante, se encuentran únicamente dos esqueletos de caballo. No es que estas reliquias no sean interesantes, pero podrían haber sido ubicadas en otra parte, para dar al visitante la experiencia del gran vacío negro sobre su cabeza. En todo caso, intuyo que este es un error más del curador que del arquitecto.
CONSTRUCCIÓN
LA MUESTRA
Salvo aquél detalle menor, el museo cuenta con una ilustrativa muestra sobre la cultura y arquitectura funeraria y religiosa de las épocas Kofun y Asuka, que reseñaré en un contexto más amplio en el siguiente post. Hasta entonces.
Precisamente la aproximación al edificio (es una caminata de alrededor de 1 km) permite entrar en contacto con el paisaje a través de una serie de senderos y jardines, que son especialmente agradables durante la época de primavera, cuando los árboles están en flor.
En el trayecto encontramos algunos elementos de diseño paisajista, como este cilindro que recuerda al Espacio para la Meditación en la UNESCO, París.
Frente al museo se ubica un estanque, que es también un elemento natural aprovechado en el diseño de Ando. Un pequeño sendero acompaña el borde de esta laguna hasta presentarnos de golpe, casi como una sorpresa, la imponente figura del museo.
CONCEPTO
Ando concibe su museo como una gran plataforma escalonada empotrada en la ladera de una colina.
Este es un tema que el arquitecto ya había explorado, aunque más dramáticamente, en las viviendas de Rokko. Pero en el caso del museo Chikatsu-Asuka, la edificación se convierte en la topografía visible de la colina.
Se trata de una extensa plataforma escalonada de 60 m x 12 m, cubierta con adoquines de granito Mikage, típico de la región de Kansai. La asociación de esta plataforma con un monumento funerario es tangible, aunque a decir verdad recuerda más a un templo centroamericano que a uno japonés.
Recalco la idea que las escalinatas son una interpretación de la topografía, ya que en realidad no conducen a nada. Ciertamente pueden ser usadas como un auditorio al aire libre, o simplemente como un sitio donde sentarse para contemplar el paisaje, dominado por el estanque en primer plano.
Dos volúmenes equivalentes pero opuestos intersecan con esta superficie inclinada. El primero de ellos es una torre que permite observar los túmulos desde lo alto de su tope. La textura lisa y modulada del concreto de este monolito contrasta con la imperfecta rugosidad de los adoquines de granito.
El segundo elemento es un pozo de luz, de las mismas dimensiones de la torre pero en negativo, es decir, una caja llena de vacío. El equilibrio de estos dos elementos compositivos, tan simples pero tan contundentes, va más allá de lo meramente formal y establece un contraste entre el carácter fúnebre, subterráneo y profundo de un sepulcro y el deseo de resaltar y conmemorar al fallecido con un hito monumental.
Además de estos volúmenes, un canal peatonal cruza la plataforma como una llaga que la hiere diagonalmente. Este callejón con paredes de concreto liso, que desemboca en la entrada principal del museo, enmarca una parte del paisaje estableciendo una conexión visual y simbólica con el entorno que lo rodea. Es como un cuadro vivo, un recurso a menudo utilizado en la arquitectura japonesa.
El ingreso es definido por un corte curvo, un sesgo cilíndrico que se sustrae del volumen de la plataforma. El arquitecto utiliza esta geometría diferente para jerarquizar el ingreso al edificio, el cual no es muy aparente desde su aproximación desde el parqueo. Nótese la fuerza de los planos que definen el canal de acceso y que cortan a su vez el muro curvo de acceso.
Foto cortesía de Dani Rubio.
INTERIOR
Al ingresar, el espacio es luminoso; nos recibe un pozo de luz que corresponde a la caja vacía y que acoge una enorme stupa de piedra, la cual es visible en su integridad gracias a unos puentes que el arquitecto a dispuesto en niveles superiores.
De allí, se nos ofrece una panorámica del museo, visto desde un balcón. Poco a poco se realiza un tránsito desde la luz a la penumbra, replicando la experiencia de ingresar a una de las tumbas Asuka y tal vez, en un sentido más metafísico, ofreciendo una metáfora del tránsito entre la vida y la muerte.
El centro de la composición reproduce también la forma de ojo de cerradura, típica de las tumbas Kofun. Una rampa desciende circularmente para enmarcar un gran modelo a escala de la tumba del emperador Nintoku.
Creo que la idea de colocar una maqueta de la tumba en el centro de la rampa circular, que además cuenta con iluminación especial, es una forma interesante de jerarquizar el tema al que el museo está dedicado.
Sin embargo, me decepcionó un poco que justo debajo de la torre de concreto, la cual al interior acoge una cavidad oscura y sobrecogedora, debajo de este espacio que debería tener un rol más importante, se encuentran únicamente dos esqueletos de caballo. No es que estas reliquias no sean interesantes, pero podrían haber sido ubicadas en otra parte, para dar al visitante la experiencia del gran vacío negro sobre su cabeza. En todo caso, intuyo que este es un error más del curador que del arquitecto.
CONSTRUCCIÓN
LA MUESTRA
Salvo aquél detalle menor, el museo cuenta con una ilustrativa muestra sobre la cultura y arquitectura funeraria y religiosa de las épocas Kofun y Asuka, que reseñaré en un contexto más amplio en el siguiente post. Hasta entonces.
VER TAMBIÉN:
- OTRAS OBRAS DE TADAO ANDO
- 21_21 DESIGN SIGHT, Tokio (2004).
- Benesse House Museum, Naoshima (1990-92)
- Biblioteca Nacional de Literatura Infantil (2002)
- Capilla en Rokko (1985-86)
- Casa Azuma, Osaka (1975-76)
- Chichu Art Museum, Naoshima (2002-04)
- HHSTYLE.COM/ CASA / LIMITED, Tokio (2005).
- Iglesia de la Luz (1988-89)
- Iglesia sobre el Agua (1988)
- Jardín de las Bellas Artes (1990)
- Minamidera, Naoshima (1999)
- Museo Asahi - Oyamazaki (1991)
- Museo de la Madera (1994)
- Museo Histórico de Sayamaike, Osaka (1998-2001).
- Museo Marítimo, Abu Dhabi, EAU. (2007-)
- Museo Prefectural de Arte en Hyogo (2002)
- Museo Suntory (1994)
- Omotesando Hills. Tokio (1996-2006).
- Oval, Beach y Galería en la Playa, Naoshima (1994-95)
- Rokko Housing, Kobe (1978-1999)
- Time's I & II, Kyoto, Japón (1983-84).