La arquitectura arequipeña, tanto colonial como republicana, además de ser un patrimonio latinoamericano reconocido por UNESCO, también se constituye en un referente para arquitectos locales que han venido proyectando en esta ciudad durante las últimas décadas. En ese contexto, Marcello Berolatti es uno de los arquitectos arequipeños actuales cuyo ejercicio profesional ha mantenido solvencia a través del tiempo, y ha practicado a la vez una continua búsqueda por plasmar en sus propuestas los valores del lugar donde proyecta.
A lo largo de su trayectoria la producción de Berolatti ha experimentado un cambio estilístico, pero en su esencia ha mantenido una especial sensibilidad por el entorno, la historia, el usuario y la sinceridad de los materiales y elementos constructivos utilizados.
Durante mi última visita a Arequipa, Berolatti (quien además de arquitecto y constructor es docente en el Programa de Arquitectura de la Universidad Católica Santa María) tuvo la gentileza de hacerme un recorrido por varias de sus obras y, además de contarme detalles sobre éstas, conversamos sobre muchos temas de la teoría y el ejercicio arquitectónicos. El presente resumen antológico de su obra se complementará con fragmentos de esa conversación y será presentado en tres partes: la primera dedicada a la arquitectura vernacular y las dos siguientes enfocadas a su producción más contemporánea.
Aulas de educación inicial, Colegio San José,Arequipa. Fueron concebidas como un "campamento" en torno a una placita.
RESTAURANTE LA CHOCITA (1989)Marcello, ¿Cómo concibes la arquitectura, en relación a la materialidad de los elementos constructivos que la componen?
Creo que efectivamente la arquitectura pasa de ser un proyecto a ser un espacio habitable cuando colocas un ladrillo sobre otro, son los materiales los que conforman la realización física de la arquitectura. Por otro lado está la historia personal y la cultura nuestra: mi padre tenía una fábrica de materiales de construcción en Puno, producía cal, yeso, ladrillos, tubos de concreto, tejas, losetas, etc., entonces mi relación con los materiales viene desde la cuna; venimos de una cultura milenaria que ha manejado muy bien los materiales, el manejo de la piedra, desde Tiahuanaco hasta la época Inca, es insuperable, ni que decir del uso del adobe, la quincha y los tapiales, en Caral han encontrado vestigios de muros de quincha, de hace cinco mil años. Una cultura que se ha expresado arquitectónicamente por medio de sus materiales, la diferencia entre la casa “noble” y la casa “popular” no se daba por la cantidad de ornamentación que pudiese tener la primera, la diferencia la notas en la sofisticación del trabajo de la piedra.
Este restaurante se ubica en una locación privilegiada en el valle de Chilina, apostado sobre el río Chili. El concepto era hacer un proyecto que se integrara a la topografía propuesta por los andenes o terrazas que existen en esta zona desde épocas pre-incas, sin interferir agresivamente con el paisaje.
A fin de minimizar ese impacto formal y como homenaje a las tecnologías constructivas locales se planteó utilizar elementos como la madera y la paja, cobinados con otros más contemporáneos como el vidrio y el concreto.
La cobertura, sin embargo utiliza una geometría estilizada en forma de estrella, que confiere al interior una elaborada espacialidad.
Lo insólito es que muy pocos edificadores profesionales conocían el proceso constructivo con materiales tradicionales, por lo que el propio Berolatti tuvo que invertir un buen tiempo en la investigación para el mejor uso de éstos y a la vez garantizar la seguridad antisísmica y el confort al interior del local.
Fotos de "La Chocita" cortesía de Berolatti Arquitectos
En el taller tratamos de enfocarnos y buscar nuestra pertinencia en el bienestar de nuestros usuarios, lo local no viene por una búsqueda figurativa que trate de repetir formas de nuestra historia, más bien lo que hacemos es aprender respetuosamente, y sí, hay muchas cosas en que la modernidad no ha superado aún a lo tradicional (especialmente en el aspecto ambiental) y si ese es el caso, nos quedamos con lo tradicional. Esto no quiere decir que nuestros espacios no tengan una expresión contemporánea, no podrían no tenerla, porque los usos a los que están dirigidos son contemporáneos. Al mismo tiempo no es que no utilicemos las nuevas tecnologías, esto tiene que ver con cada caso en particular y aquí te comento por ejemplo la intervención que se hiso en la ex cervecería, la que ahora es el “Instituto del Sur”, era una intervención en un edificio industrial, nosotros leímos (aunque no está calificado así por el Min. de Cultura) que más que solamente un edificio industrial era un patrimonio industrial y para poder intervenirlo usamos tecnologías muy nuevas en nuestro medio, como son las losas colaborantes (veremos este proyecto en el próximo post).Tú has sido pionero en la construcción de arquitectura contemporánea con materiales tradicionales en lugares como el Colca o Puno. ¿Cómo se conjuga la tecnología vernácula con el espacio contemporáneo? ¿Cómo se logra el equilibrio entre pertinencia y pertenencia?Si, en nuestro taller trabajamos mucho con materiales tradicionales, no por un cliché sino porquecreemos que son en muchos casos los que más se adaptan al medio. El adobe se adapta mucho a climas fríos como el de los andes nuestros, algunas veces proponemos techos de paja porque climáticamente son una maravilla, muy frescos en el día y muy cálidos en la noche. Creo que la tecnología tradicional (me gusta más que vernácula, porque se ha enriquecido con otras culturas de las que también formamos parte), puede adaptarse muy bien a muchos requerimientos contemporáneos. Hemos hecho hoteles en adobe, piedra y paja, en el valle Sagrado hicimos hoteles con adobe, piedra y tejas; en Chilina construimos unas cabañas en Quincha; y en Piura propusimos la cobertura de una capilla con Bambú (Guadua), porque era un material que se puede encontrar en la zona, por lo tanto la gente se va a apropiar con mayor facilidad de algo que le es familiar.
¿Qué retos implicó para ti la construcción del hotel Colca Lodge, proyecto de Álvaro Pastor, utilizando tecnología del lugar y a la vez creando espacios que ofrecieran confort a los huéspedes?
Primero se tuvo que adaptar todo el proyecto a la normatividad Nacional (Norma E.080) de construcciones con adobe y en esos años Alvaro Pastor vivía en Paris, lo que me impidió tener un dialogo con él para poder adaptar su proyecto con la mayor rigurosidad al proyecto original. Estamos hablando de la primera etapa, más o menos el año 1989. Esto nos implicó tener que descubrir en los planos y maqueta, el fondo del proyecto, de cómo se adaptaba al terreno, a la topografía, de cómo tomaba algunas proporciones locales en cuanto a medidas internas, de cómo su proyecto estaba pensado en una armonía con el paisaje del lugar. Fue una experiencia gratificante porque de allí aprendí mucho. En etapas posteriores ya estaba Alvaro en nuestro medio y la coordinación fue mucho más fluida.
Ya el año de 1986 había trabajado con adobe en Puno, en la construcción de postas médicas en el ámbito rural, apenas a un año de haber terminado mis estudios de Arquitectura. La tecnología no me era extraña además que como te comenté, viví mi infancia y adolescencia en la ciudad de Puno y en ese entonces como ahora está técnica constructiva es muy difundida. Lo que sí fue nuevo para mí, es la construcción de coberturas de paja, la técnica del colca es muy diferente a la utilizada en Puno, donde se usa una cama de totora (Junco lacustre) y en el Colca se usa una cama de cigarrones de paja de trigo, después ambas son protegidas con una gruesa capa de paja de puna, que es muy resistente a los drásticos efectos del clima serrano.
Hotel Colca Lodge, cerca a Chivay, Perú, proyecto de Álvaro Pastor y construido por Berolatti Arquitectos, es un importante ejemplo de utilización de tecnología tradicional para la creación de espacios contemporáneos.
El concepto de este hotel es el distribuir las habitaciones a manera de un pequeño poblado, a través de una secuencia de plazas y espacios abiertos. Tanto la organización espacial como la re-semantización de algunos iconos de la arquitectura arequipeña colonial -como bóvedas y contrafuertes- evocan la composición del Monasterio de Santa Catalina, el monumento colonial más importante de la ciudad. La experiencia fenomenológica que conlleva el recorrido de este acogedor hotel fue también una respuesta a la coyuntura de que el propietario fue adquiriendo este terreno irregular por partes.
Más allá de una emulación historicista , el uso de la bóveda implica una unión entre el techo y las paredes a la vez que confiere una marcada direccionalidad a los ambientes.
A lo largo de tu obra has buscado referentes en la arquitectura tradicional arequipeña ¿Cuáles son las características que más valoras en esta arquitectura?Permíteme hablar en plural cuando me refiera a la reflexión y producción en nuestro taller, es que si bien siempre es necesario un liderazgo, el trabajo es en equipo y sería ingrato e irreal de mi parte atribuirme los aciertos que podamos haber tenido, más bien como líder del equipo, me declaro único responsable de las deficiencias y desaciertos del Taller.
Ahora con respecto a tu pregunta: En nuestro taller intentamos ser muy respetuosos de la cultura del lugar, creemos que la arquitectura siempre ha sido una respuesta natural a una cultura y que una cultura siempre es el resultado de su gente y de su adaptación al medio que escogió para vivir, Al geólogo Rualdo Menegat (de quien hablas en tu blog) le escuché una frase que se me quedó grabada en la memoria, decía que una cultura no es más que la adecuada lectura del paisaje donde se asienta. Por esto donde sea que nos toque ir, tratamos de conocer a la gente, conocer su historia, su manera de construir, así no solo respetamos al lugar sino que aprendemos, ellos ya resolvieron muchos temas que nos encargan resolver, como los condicionamientos climáticos, el manejo de los materiales de la zona, la relación con el relieve y el suelo y la relación de las personas con su arquitectura, el cómo intiman con su medio construido.
Por otro lado, yo nací en Arequipa en una casona arequipeña de la calle “La Merced”, si bien de niño viví en Puno, me formé arquitecto en Arequipa y vivo en Arequipa, la arquitectura arequipeña forma parte de mi formación de cuna.
A través de los años algunos elementos estilísticos en tu diseño han ido cambiando ¿Qué es lo que ha cambiado en tu práctica profesional? ¿Qué es lo que has mantenido?
No sé, hay cosas que antes se hacía y que ahora se extraña, antes la arquitectura local era más artesanal, uno experimentaba más con los materiales, con sus características térmicas, con sus posibilidades estructurales y sobre todo con el objetivo de hacer arquitectura de calidad pero con costos muy bajos; por otro lado debo reconocer que la propuesta arquitectónica de nuestro taller todavía no era propia, había todavía mucha influencia de otras arquitecturas, lo puedes ver en el pequeño patio receptor del “Sol de Mayo”, donde colocamos un muro que fue expresamente un humilde homenaje a Barragán, lo dibujamos como un muro perforado con un arco y una vez dibujado nos dimos cuenta que ese muro era más de Barragán que nuestro, por eso decidimos trasformar el arco en una perforación ortogonal. Había también un poco de inseguridad por eso caía algunas veces en la redundancia de lo evidente, de subrayar lo evidente.
Hoy en día, el proceso constructivo es más automático, más rápido, nuestro país se mueve más rápido, algunas veces comento (con cierta tristeza) con mis estudiantes que la arquitectura ahora ya no se construye, se ensambla.
Pero nuestra reflexión sigue afianzada en el respeto a la cultura, en la sinceridad de los materiales, que pueden ser tremendamente potentes a la hora de expresar la arquitectura. Intentamos ser menos redundantes, tratamos de ser muy sutiles en la composición de nuestra arquitectura, nos dejamos llevar por el lugar, el barrio, el paisaje, creemos que la arquitectura no debe ser grandilocuente ni objetual, más bien creemos que es mejor acomodar nuestra arquitectura a un contexto determinado para intentar mejorarlo a irrumpir prepotentemente.
RESTAURANTE SOL DE MAYO (1996-97)
La renovación del restaurante Sol de Mayo, recoge el estilo aplicado en la Maison D'Elise, hotel que además pertenece a los mismos dueños. Sin bien existen algunos elementos recurrentes como el uso de muros macizos y bóvedas, éstos evidencian una mayor estilización, dando lugar a algunos artificios más contemporáneos.
Por ejemplo, la separación de la bóveda del muro, ya que esta descansa sobre pilares cilíndricos, permite el uso de luz vertical rasante, que evidencia el dramatismo de las imperfecciones en la textura de la pared. Estas imperfecciones, estudiadas y hechas adrede, por cierto, coadyuvan a establecer un vínculo con la arquitectura tradicional arequipeña, si ie el espacio es meramente contemporáneo.
En este local Berolatti muestra su admiración por la obra del arquitecto mexicano Luis Barragán, de quien se presta el uso de las fuentes trabajadas sobre planos perpendiculares.
¿Cuáles son tus referentes de arquitectura internacional?
Siempre he admirado a Louis Kahn, creo que le debemos mucho a Le Corbusier, la contundencia de la arquitectura de Mies siempre me ha cautivado. De los arquitectos latinoamericanos, en primer lugar a Barragán, de cómo integra en su arquitectura elementos tradicionales y vernáculos sin dejar de ser fuertemente moderno, su sensibilidad para con la luz y el color me enseñan mucho; el uso casi artesanal de los materiales de Rogelio Salmona y nunca dejaré de admirar a Oscar Niemeyer y la gran plasticidad de su arquitectura.
Y de los arquitectos locales, debo referirme a Alvaro Pastor. No tuve la suerte de tenerlo como profesor en la universidad, pero si he tenido la suerte de construir alguno de sus proyectos, esto me dio la oportunidad de interactuar con él, creo que sin pensarlo me ha enseñado mucho.
- ¿Cuál es tu experiencia en el proyecto de vivienda para pastores alto andinos que has planteado en Puno?
Es un proyecto muy interesante, en él propone una alternativa de vivienda saludable a las familias de pastores de camélidos sudamericanos especialmente alpacas que viven por encima de los 4000 m.s.n.m. Primero en esos lugares el clima es muy frío ventoso y seco; esto obliga a que la familia se desintegre, viviendo el padre en las zonas de pastoreo y la madre con los hijos en los pueblos más bajos donde el clima es más benigno y los niños tienen acceso a las escuelas y servicios. Algunas veces cuando el trabajo lo requiere, la madre ayuda al esposo en las labores de pastoreo, dejando solos a los hijos, con el consecuente desarraigo familiar que esto implica.
El proyecto es promovido y financiado por una empresa textil muy conocida en el medio, la idea es contar con una vivienda más digna en términos de espacio y salubridad, de manera que la familia no se desintegre, que los niños puedan regresar a la casa paterna semanalmente o todos los días dependiendo de la distancia.
Lo primero que pensamos fue en dotar a estas familias de una tipología de vivienda que responda a los patrones de asentamiento propios en el lugar, por eso es que propusimos como unidad de vivienda una “cancha andina”, que consiste en un patio central de 7 x 7 metros flanqueado por tres habitaciones que abrigan el patio y cuarto lado orientado hacia los corrales que hay que vigilar. Este es una tipología ancestral que data de épocas pre incaicas. Se propuso también la implementación de muros trombe para calentar las habitaciones, un paso abrigado entre la cocina y el dormitorio, cocinas mejoradas y un invernadero donde se puedan cultivar hortalizas y criar cuyes (principal fuente de proteína en la sierra peruana).
Planta
Elevaciones
Cortes
Continuará en el siguiente post.
VER TAMBIÉN
- ARQUITECTURA AREQUIPEÑA CONTEMPORÁNEA
2 comentarios:
Muchas Gracias por esto.
Muy bueno, gracias!
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