28 junio, 2013

IGLESIA DEL SALVADOR DE LA SANGRE DERRAMADA, RUSIA.


La Iglesia de Nuestro Salvador de la Sangre Derramada es el hito más significativo en el centro histórico de San Petersburgo. Su icónica figura destaca en el perfil urbano y su interior encierra la colección de mosaicos más extensa del mundo, superando incluso a San Marcos de Venecia. Este sitio de Patrimonio mundial, sin embargo, ha tenido una historia de violencia que varias veces ha amenazado su propia existencia.



Foto cortesía de Dmitri

ANTECEDENTES
Comenzando por su nombre, esta iglesia ortodoxa rinde homenaje al sitio donde fuera asesinado el zar Alejandro II a manos de extremistas (ver más detalles en Anécdotas de Moleskine) y conmemora el lugar exacto del atentado, junto al canal Gribaedova y junto al jardín Mikhailkovski, hoy parte del Museo Ruso.
Tras la muerte del monarca, su hijo Alejandro III erigió aquí una pequeña hermita y organizó un concurso para desarrollar un monumento en honor a su padre. El ganador, Alfred Parland presentó una propuesta historicista inspirada en la arquitectura medieval rusa del siglo XVII, parecida a la catedral de San Basilio en Moscú y muy diferente a los estilos barroco y neoclásico que dominaban el paisaje urbano petersburgués. Su construcción comenzó en 1883 y debido a su gran costo no fue culminada hasta 1907, cuando fue inaugurada por Nicolás II, nieto de la víctima.


CONCEPTO
 El desarrollo de la obra, si bien tuvo un estilo historicista, utilizó técnicas innovadoras para su construcción, como un aislamiento hidráulico y cimentación de concreto. La iglesia, construida en ladrillo rojo, tiene una altura de 81 metros y ocupa un área de 1,642.35 metros cuadrados.




Presenta 5 cúpulas: una mayor, localizada exactamente sobre el sitio de la muerte del zar, y cuatro menores en su alrededor, con su característica forma de cebolla. Rompe la simetría una enorme torre ubicada en el extremo oeste, próximo al canal, y hacia el este su ubican tres ábsides semicirculares, frente al jardín Mikhailkovski.


 
El diseño de cada una de estas cúpulas es singular, y se encuentran profusamente decoradas con enchapes de cobre, bronce y esmaltes.




Por dentro el espacio es centralizado, no es una iglesia de celebración sino más bien parece un gigantesco mausoleo, con una estrella en su parte central marcando el sitio del atentado.


Hacia un costado, como es tradicional en las iglesias ortodoxas, se encuentra un iconostasio que es una estructura que define un espacio privado donde se encuentra el santuario. Éste fue construido en un mármol rosa y exuberantemente decorado con plata, bronce, piedras preciosas y semipreciosas. La puerta central, llamada puerta santa, es de acceso únicamente para los sacerdotes.




Al interior el espacio se eleva no solamente por la concavidad de las cúpulas, sino fundamentalmente por la prolífica decoración de los mosaicos. Estos mosaicos fueron donados por distintas regiones de Rusia y cubren una superficie de más de 7000 m2, lo que la convierte en el decorado con mosaico más grande del mundo.







  LA AMENAZA DE SU DESTRUCCIÓN 
Al admirar la belleza de este monumento, no pude dejar de pensar en la suerte que tenemos en poder verlo. En 1930, tras la revolución soviética, se decidió su demolición, tal como ocurrió en muchas otras miles de iglesias rusas. Si bien fue saqueada y deteriorada, la iglesia no fue destruida en aquel entonces, pero se reprogramó su demolición para 1941. Curiosamente, los obreros e ingenieros que tenían a cargo su demolición fueron llamados al frente militar ante la embestida alemana de la Operación Barbarrosa.

 Esta pared fue dejada sin restaurar para mostrar los daños durante el asedio de Leningrado

Durante el largo asedio que sufrió Leningrado la iglesia se salvó de los bombardeos nazis, aunque fue utilizada como depósito de verduras, lo que le valió el sobrenombre de “Iglesia de las Patatas”. Ya en la postguerra, en 1956 nuevamente la iglesia fue programada para demolición para dar paso a una ampliación vial.


Únicamente a partir de 1968 y gracias a un entusiasta funcionario, se logró nombrarlo como monumento nacional. 


A partir de 1970 comenzaron las labores de restauración gracias a los ingresos de la antigua catedral de San Isaac, paradójicamente convertida en el Museo del Ateísmo.




La restauración duró aproximadamente 37 años y fue culminada en 1997, mucho después de la caída de la Unión Soviética, aunque UNESCO declaró la iglesia patrimonio Mundial ya desde 1990 .


VER TAMBIÉN
- IGLESIAS PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD.


21 junio, 2013

LA BIBLIOTECA CENTRAL DE SURREY

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En épocas recientes las bibliotecas han dejado de ser simples almacenes de libros para cumplir un rol social y de apoyo a la comunidad. Tal es el caso de la Biblioteca Peckham, en Londres, la Mediateca de Sendai por Toyo Ito o la Biblioteca Central de Seattle, proyecto de OMA. El caso que hoy nos ocupa es la nueva Biblioteca de Surrey, concebida como un aglutinador de la comunidad y un espacio para la investigación y la interacción social.



Surrey es la segunda ciudad más grande del conglomerado de Metro Vancouver. Con sus 460,000 habitantes, ha sido sin embargo largamente postergada en su desarrollo económico. Sin embargo, esa situación está tratando de revertirse gracias al desarrollo de megaproyectos que buscan revitalizar el área central y fomentar el desarrollo de inversiones así como mejorar la calidad de vida de sus habitantes.



El proyecto emblemático de este desarrollo es la nueva Biblioteca del Centro de la Ciudad de Surrey (Surrey City Centre Library), diseñada en un terreno anguloso por Bing Thom Architects, quienes ya habían llevado a cabo un exitoso proyecto en las inmediaciones una década atrás, llamado Central City, una efervescente mezcla de espacio público, universidad y centro comercial.



La biblioteca presenta un perfil icónico y sus paredes inclinadas expresan exteriormente el dinamismo que también caracteriza el espacio interior. Sacando provecho a un  terreno de complicada geometría, el edificio de paredes inclinadas, pronunciada quilla y amplias ventanas de tono azulado asemeja un barco o una artesanía de las naciones primigenias.


"El diseño evolucionó de las necesidades naturales del sitio y de la función que atañe a la biblioteca"



Pero ¿cómo se entiende la función actual de una biblioteca? Dada la versatilidad que ofrecen hoy los medios electrónicos y la digitalización más frecuente de material impreso, el libro como objeto viene cediendo su importancia como el elemento nuclear de la biblioteca. Por el contrario, los libros comparten ahora su protagonismo con los lectores, quienes además de leer establecen relaciones de comunicación y discusión entre ellos.



Por este motivo el edificio incluye además de 100,000 volúmenes, áreas de reunión para 120 personas, un centro de enseñanza, zonas de lectura colectiva e individual, aulas de cómputo, cuarto de meditación, sala para adolescentes y áreas de recreo para niños. Además, los espacios se organizan con flexibilidad y han acomodado con éxito eventos sociales para la comunidad.

Sótano y primer nivel
Segundo y tercer nivel
 Cuarto nivel y techos.


Secciones. Imágenes cortesía de Bing Thom Architects.

Esta ha sido la premisa que ha llevado a concebir la biblioteca sobre la base de  dos tipos de espacios interrelacionados: aquellos más abiertos, que conforman una gran plaza, anfiteatros y terrazas donde la comunidad puede socializar e interactuar, y aquellos más privados, que contienen las colecciones de libros y espacios más íntimos para la inverstigación y el estudio.





Esta dualidad de espacios es caracterizada además por el tipo de iluminación. La gran plaza central se ilumina ampliamente por grandes ventanas que establecen un diálogo franco con el exterior. Los juegos de terrazas y parapetos incorporan dinamicidad al espacio, y promueven al mismo tiempo, integración visual entre los distintos niveles de la biblioteca.




Un pequeño anfiteatro acompaña el ascenso a los niveles superiores, hecho en materiales simples como concreto visto y madera. Este espacio congrega a la comunidad para actividades sociales de mediana envergadura, o simplemente es un lugar para sentarse y leer en grupo.




 Vistas y detalle del anfiteatro, que permite reunir a la comunidad para actividades sociales

Corona el espacio una claraboya de forma trapezoidal. Curiosamente, no se trata de una típica claraboya abierta, sino más bien de una especie de anillo en torno a un trapecio, que permite un control difuso de la iluminación. Este detalle ofrece un reto técnico y estructural, a fin de sostener este gran trapecio que pareciera estar flotando, rodeado por un aura transparente.

 

Otro reto constituye la construcción de las paredes, que que describen una trayectoria curva y a la vez están inclinadas hacia afuera, que además de su carácter dinámico ofrecen sombra al exterior.


No obstante esta complejidad, un estudio computarizado permitió resolver de manera eficiente la estructura y utilizar un tipo especial de concreto que permitiera un acabado fino, sin necesidad de revestimiento. Estas características le han permitido obtener la calificación LEED como edificio "verde".




Los proyectistas involucraron a la comunidad no solamente como objeto del edificio sino como actores participantes del proceso de diseño del mismo, a través del uso de redes sociales y talleres colectivos, e incluso al trabajo en equipo con estudiantes secundarios para crear y discutir parte del mobiliario interior.


La biblioteca es parte de un conjunto urbano mayor que se encuentra actualmente en construcción, y que espero compartir con Ud. en el futuro, cuando se haya terminado.

VER TAMBIÉN
- BIBLIOTECAS


 Junto a mi buen amigo, el arquitecto peruano Santiago Díaz. Honestamente ese mobiliario no era muy cómodo para leer.