24 febrero, 2008

CASA MILÀ. ANTONIO GAUDÍ.


Resulta interesante comprobar cómo mientras Frank L. Wright ponía en práctica los principios de su arquitectura orgánica (basada en la integración del desarrollo humano con la naturaleza) en sus llamadas casas pradera en Chicago, al mismo tiempo, en Barcelona, Antoni Gaudí partía de conceptos similares para llegar a resultados completamente diferentes.

En efecto, a fines del siglo XIX y comienzos del XX, Europa veía el auge del movimiento conocido como Art Nouveau (tal como se le denominó en Francia y Bélgica. En Alemania se le llamó Jugendstil, Florale en Italia, Modern Style en Inglaterra (por cuyo exponente máximo, Charles Mackintosh, se denomina también Glasgow Style), Sezession en Austria, y en España se le conoció como Modernismo). Este estilo fue una respuesta a la producción en serie de la revolución insdustrial y se caracterizó por la aplicación de líneas curvas y formas naturales.

Antoni (o su castellanización Antonio) Gaudí, fue el máximo exponente del Modernismo en España y en general de la arquitectura modernista en Europa. La obra de Gaudí integra arquitectura, estructura y mobiliario con escultura, y hace a la vez un alarde de ingeniería e innovación estructural dado que el arquitecto estudiaba cuidadosamente las relaciones de las cargas y la geometría de sus edificios.

Muchos autores han señalado que Gaudí se inspiró en las formaciones rocosas de la mítica montaña catalana de Montserrat.
Foto cortesía de Pingüino.

Otros mencionan que Gaudí se habría inspirado en las formaciones rocosas de Cappadocia, Turquía, para la concepción de la casa Milà .
Foto cortesía de David Quarrion


MILÀ Y GAUDÍ.

Pere Milà había visto la impresionante remodelación de la casa Batlló (1904-06) y en tal sentido encomendó a Gaudí, quien gozaba de buena reputación entre la élite barcelonesa, el diseño de un edificio que incluya su propia residencia y de otros 20 departamentos para arrendar. El proyecto debería contemplar además áticos, cocheras, cuadras para caballos y un estacionamiento para automóbiles (uno de los primeros en construirse en Europa).

Para la excepcional construcción de la casa, que se realizó entre 1906 y 1910, Gaudí contó con la posterior participación de varios profesionales, como el arquitecto Josep Maria Jujol (quien sería su más cercano colaborador hasta su muerte) y el constructor Josep Bayo. Así mismo, el exquisito estucado de los techos estuvo en manos de Joan Beltrán y el trabajo en la rejas de metal en los balcones a cargo de maestros los hermanos forjadores Badia.

Dos plantas de la casa

Sin embargo, la obra de Gaudí no fue exenta de polémica. La casa que diseñó en 1905 para la familia Milà fue comúnmente conocida como "la Pedrera", en relación a su apariencia de cantera de piedra. Hoy en día "La Pedrera" no es más un nombre peyorativo, sino un apelativo con el que los barceloneses designan orgullosos a este monumento. La propia dueña, doña Rosario Segismón, quien nunca había estado muy de acuerdo con la arquitectura de su casa ni el diseño de su mobiliario, transformó el interior de la primera planta en un estilo Luis XVII en 1926, a la muerte del arquitecto.

"El verdadero destino de la casa Mila. Caricatura de Joan Junceda, 1925, cortesía de La Pedrera educació"

Concepción

Se trata en realidad de un edifico dual, es decir dos edificios unidos en los que los elementos arquitectónicos se relacionan entre sí. Además de la residencia de los Milà que ocupaba todo el segundo nivel, cada piso estaba compuesto por 4 departamentos.

Se trata en realidad de dos edificios adosados. Modelo en 3D, fuente Sketch up por fernando.

Las habitaciones se organizan al rededor de dos patios que las dotan de iluminación y ventilación. Por tanto, cada departamento gozaba de vista tanto a la calle como hacia el patio interior. Se accede a las viviendas a través de un corredor que sigue el contorno de los patios.

Corredor interior organiza los departamentos en torno a los patios. Foto C. Zeballos

La Fachada

La casa Milà se emplaza en un terreno de 1000 ubicado una esquina, enfrentando al Paseo de la Gracia, una concurrida y amplia vía en una zona de elevado status social (anteriormente este moleskine se ha referido al urbanismo en Barcelona). Gaudí aprovechó esta ubicación en esquina para plantear una impresionante fachada ondulante recubierta en piedra, en las que su ubican con libertad grandes ventanas.

Detalle de la fachada. Foto C. Zeballos

La libertad con la que se desenvuelve la fachada con respecto a la estructura es una referencia de Gaudí de la piel cubriendo el esqueleto.


La composición de la fachada plantea tres zonas diferenciadas:
  • Una base conformada por una galería de gruesas columnas sobre las que se asienta el edificio.
  • El cuerpo de 6 niveles, que mantiene la misma altura que edificios vecinos y en cuyos pliegues de áspera piel se disponen las ventanas asemejando cuevas en una montaña. En estas grandes ventanas, se disponen balcones de fierro que simbolizan elementos vegetales.
  • La cobertura, compuesta por el ático y la terraza, recubierta de mosaicos blancos y que sobresale distintivamente del perfil de la cuadra (esto le acarreó grandes problemas a Gaudí, ya que el Concejo quiso multar a Milà por contruir más allá de la altura permitida).
Detalles de los balcones de fierro forjado cuyas formas contrastan armónicamente con la contundencia de la fachada de piedra.
Fotos C. Zeballos

Interior

La relación entre el interior y el exterior del edificio es muy franca, un aspecto que es enfatizado por la transparecia de las puertas de vidrio y por la presencia generosa de los patios.
El primero de ellos es circular y es muy interesante la sensación de escala al ingresar a este gran tubo y ver hacia arriba, observando el meticuloso trabajo de la fachada interior.

"All the way up" Foto del patio circular cortesía de Douglas T. Mo.

Al ingresar, una escalera monumental conduce al departamento de los Milà, el cual ocupa todo el segundo nivel.

Escalera monumental que conduce al departamento de los dueños.
Foto cortesía de thisismyscope


El segundo patio es un poco más grande y de forma ovalada. Entre ambos patios se encuentra un pozo de ventilación, donde se colocaron los ductos de descarga pluvial. Un gesto similar ocurre en el segundo patio, donde una escalera de servicio parece flotar en medio del ambiente.

Vistas del patio elíptico y detalle de la escalera de servicio de los Milà
Fotos C. Zeballos

Además, Gaudí introdujo el innovador uso de un ascensor exclusivo para los inquilinos de la casa. Las escaleras de servicio se encuentran ocultas en la parte posterior.

Detalle de las escaleras de servicio. Foto C. Zeballos

Estructura

Para la concepción estructural de la casa, Gaudí se basó en la observación del comportamiento de elementos de la naturaleza, que estudió cuidadosamente a través de modelos. Algunos de esos principios son ilustrados en una exposición montada en el ático de la casa.

Gaudí experimentaba con complejos sistemas de pesas unidas por piolas de cuerda para estudiar el comportamiento de las cargas.
Foto C. Zeballos

El edificio se sostiene sobre vigas de hierro y columnas de piedra y ladrillo, " inclinados en función de las líneas de carga para conseguir que trabajen a la compresión pura". Las paredes, se organizan libremente ya que no tienen función estructural.

Al sostener al edificio en columnas, las paredes podían disponerse libremente. Ninguna planta es igual.
Foto de maqueta, C. Zeballos

La fachada es un muro cortina de piedra de montjuïc, que envuelve la estructura principal, "colgado de unos perfiles IPN sujetos a los cantos del forjado, y liberado completamente de cualquier función estrucutral. Se apoya en algunos puntos en el mismo suelo (como en la famosa columna que queda en medio de la calle), pero es un sistema estructural completamente independiente."

Maqueta de las columnas a las que se adosa la fachada como una piel
Foto C. Zeballos

El techo de la cochera se sostiene gracias a una estructura metálica en forma de sombrilla, ubicada bajo el patio circular.

Techo
"Un inmueble debe tener dos techumbres, de la misma manera que una persona tiene cabello y sombrero".

Antoni Gaudi

La casa Milà tiene dos techumbres, el ático y la terraza. La estructura del ático se basa en una sucesión de arcos de ladrillo formando una catenaria, que ayudan a distribuir el peso de la terraza. Esta singular bóveda está compuesta por 270 arcos de ladrillo.

Maqueta de secuencia de arcos en el techo. Los elementos circulares son escaleras, que a su vez almacentaban tanques de agua para abastecimiento.

Estudio de los arcos en catenaria que soportan la terraza.
Fotos de maquetas C. Zeballos

Este bello espacio, que recuerda a la arquitectura religiosa europea (me evoca poderosamente las criptas de la abadía en Mont-Saint Michel) fue destinado por Gaudí para el lavado y secado de ropa.

Arcos parabólicos en el ático.
Fotocortesía de amyb

La secuencia de arcos de distinta altura condiciona la ondulante topografía de la azotea, la que se recorre a través de una secuencia de escalinatas. Este detalle es un ardid para evitar el resquebrajamiento de las grandes superficies plantas típicas de las terrazas, un espacio normalmente relegado por los arquitectos en aquella época..

El trabajo de la terraza es impresionante, realmente cautivador, que estimula a recorrerlo y a la vez a observarlo con detalle. Llama la atención tratamiento escultórico los tanques de agua y de las chimeneas, a veces solas o agrupadas, cuyas formas asemejan cascos de guerreros medievales (Me pregunto si George Lucas no se habrá inspirado aquí para la creación del casco de Darth Vader... la referencia es inevitable).

Chimeneas. Foto C. Zeballos

Algunas de las formas escultóricas son cubiertas de estuque, otras de pedazos de cerámica y hasta de botellas.

Originales texturas hecha con restos de botellas y cerámica. Gaudí usaba objetos de desecho para organizarlos como elementos decorativos.
Fotos C. Zeballos

La casa Milà fue la última obra civil ejecutada por Gaudí, antes de centrarse de lleno en el desarrollo de la iglesia de la Sagrada Familia. Fue declarada patrimonio de la humanidad por UNESCO en 1984 y pertenece actualmente a la Caixa Catalunya. En palabras de Michel Tapié, se desprende de La Pedrera un lirismo profundo, tan complejo como sólido, tan misteriosamente poético como formalmente estructurado, tan libremente lírico como pragmáticamente resuelto.

Presionar aquí para ver un video de la visita a La Pedrera con la música del álbum Gaudí (1987) de Alan Parsons Project.




Esta nota ha sido aumentada y corregida gracias a la colaboración de Jaume Prat. Para ver más información, revisar los comentarios.

VER TAMBIEN
- VIVIENDA

- ARQUITECTURA EN BARCELONA

14 febrero, 2008

CASA ROBIE. FRANK L. WRIGHT

“Vivimos en la pradera. La pradera tiene una belleza muy característica. Nosotros debemos reconocer y acentuar esta belleza natural, su tranquila extensión. De ahí los tejados de ligera pendiente, las pequeñas proporciones, las apacibles siluetas, las chimeneas macizas, los saledizos protectores, las terrazas bajas y los muros adelantados que limitan pequeños jardines”
Frank Lloyd Wright

La Casa Robie, construida en 1910, es el exponente más representativo de las llamadas "casas estilo pradera" o prairie style, diseñadas por Frank Lloyd Wright en su casa - estudio en Oak Park. La casa Robie revolucionaría conceptos arquitectónicos a inicio del siglo, y ejercería influencia tanto en Estados Unidos como en Europa. La Casa Robie ha sobrevivido también una agitada historia a lo largo de sus casi 100 años, desde la accidentada fortuna de sus dueños, su casi demolición y su declaración como Sitio Histórico Nacional.

Detalle del juego volumétrico de la casa Robie. Foto C. Zeballos

EL ESTILO "PRADERA"

Siendo niño, Frank fue enviado a trabajar a los campos de su tío en las praderas de Wisconsin.

“Amaba la pradera de modo instintivo por su extraordinaria sencillez: los árboles, las flores, el mismo cielo, un contraste excitante. Me daba cuenta de que, en la pradera, cualquier pequeña altura parece muy grande: cualquier saliente se veía como una saliente enorme, mientras que la anchura era menos importante….. Yo tenía la idea de que los planos horizontales de las casas formaban parte del suelo. Y comencé a poner en práctica esta idea”

Atardecer en las praderas de Wisconsin. Foto cortesía de moe syzclak
Precisamente, las casas del estilo pradera se caracterizan por por su horizontalidad, sus techos de aleros amplios y de baja pendiente, de manera que se integren más armónicamente al perfil plano de la pradera (en contraste con las del estilo victoriano o es estilo Queen Anne, de toda moda en esa época y caracterizadas por sus altos techos inclinados).

Otras características del estilo pradera incluyen el uso de ladrillo visto, los ribetes de madera en el techo y de ventanas con vitrales de motivos geométricos.

Fachada lateral de la casa Robie, mostrando su horizontalidad como premisa compositiva.
Foto cortesía de gurfnik


LA INFLUENCIA JAPONESA

En 1893 se realizó en Chicago la Exposición Universal, también llamada World's Columbian Exposition, conmemorando el IV centenario del descubrimiento de América (presionar aquí para ver un video sobre la Exposición y una interpretación histórica sobre la influencia de ésta en la política exterior de los EEUU). El lenguaje arquitectónico de la exposición era básicamente clasisista, lo que fuera duramente criticado por Wright.

Pero entre los pabellones de la exposición, se encontraba por primera vez un edificio japonés, el Ho o den, una réplica a mitad escala de un templo del mismo nombre. Wright quedó muy impresionado por las caracteristicas de la arquitectura tradicional japonesa, su flexiilidad espacial, la simpleza y sinceridad de sus materiales, los largos aleros y la forma cómo ellos dejaban ingresar la luz al interior del espacio. Wright elogió esta arquitectura como "más cercana a lo moderno" y acorde a "la idea espiritual de lo natural y la simplicidad orgánica" (paradójicamente mientras Wright se maravillaba de la arquitectura tradicional japonesa, los propios nipones del periodo Meiji le daban la espalda, apostando por modelos importados).

Pabellón Ho o den en la Exposición Universal de Chicago de 1893

Aquél fue el inicio de una fluída relación entre Wright y Japón, que diera sus frutos tanto en la aplicación de principios de la arquitectura tradicional nipona en las casas pradera, incluida la casa Robie, así como en la construcción de proyectos de Wright en Japón, tales como el Hotel Imperial en Tokio y o la casa Yodoko en Kobe.

LOS ROBIE Y FRANK LLOYD WRIGHT

El fabricante de bicicletas Frederick Robie y su esposa Lora querían una casa fuera de lo convencional y en tal sentido contactaron a Frank L. Wright en 1908 para que ejecute el diseño. Los Robie eran el tipo de cliente favorito de Wright: sin restricciones en el bolsillo ni en las ideas. Wright comentaba que entre ambos había una "definitiva comunidad de pensamiento".
La construcción de la casa comenzó en 1909 y se concluyó mayormente en mayo de 1910, aunque faltaban algunos detalles cuando la familia Robie se mudó en setiembre-octubre de ese año. La casa quedó completa a principios de 1911.

Frederick y Lora Robie

LA PROPUESTA

Ubicación

La casa Robie se encuentra en una esquina, el barrio de Hyde Park, cerca a la Universidad de Chicago. La construcción de la casa fue chocante para los vecinos, los que la llamaron "buque de guerra", por sus proporciones alargadas y grandes terrazas.

La casa Robie se encuentra ubicada frente a la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago, proyecto del arquitecto uruguayo-norteamericano Rafael Vignoly. Vignoly tuvo mucho cuidado en producir una volumetría que dialogue con el notable edificio que tenía al frente.
Foto cortesía de
gurfnik

Composición volumétrica

El mérito principal de Wright en el diseño de esta casa es haber roto con el esquema de "la casa como una caja" conteniendo habitaciones que eran otras "cajas dentro de la caja". Por el contrario, el espacio interior es fluído y transparente, permitiendo el ingreso de luz sin obstrucción de las vistas. Esta "explosión de la caja" permite un gentil retranqueo de las masas que se despliegan a lo largo y ancho del terreno.
La composición se basa en dos barras adyacentes que se maclan en un volumen central, presidido por la chimenea, en torno a la cual los ambientes se disponen e interconectan.

Esquema volumétrico de la casa Robie. Fuente Sketch up.

La volumetría aprovecha las amplias terrazas y dramáticos aleros para lograr una morfología maciza y contundente pero a la vez hueca y ligera. Este juego de grandes aleros y terrazas sería utilizado por Wright con maestría es un famosa Casa de la Cascada.

Detalle del juego volumétrico de la casa Robie. Foto C. Zeballos


Programa y distribución

La casa se organiza en dos alas, manteniendo la zona pública hacia la calle y la zona de servicios en la parte más interna.

En los servicios de la primera planta o planta baja se hallan el garage para 3 automóviles y zonas de lavandería y calderos. La zona más pública está definida por una sala de billar y una sala de juegos para niños, separadas por una chimenea. En ambos ambientes Wright optó por exponer el sistema de vigas estructurales en el techo, con el fin de dar mayor sensación de altura a los ambientes (la casa de 3 niveles tenía la misma altura que las casas vecinas de sólo 2 niveles).

En la segunda planta, el ala de servicios está compuesta por la cocina y las habitaciones de los sirvientes, los que, al estar unicados encima de las cocheras (algo inusual para la época) tuvieron un aislamiento contra incendios especial.
Pero sin duda los ambientes más interesantes de la casa son la sala y el comedor, dos espacios separados por la chimenea pero vinculados visualmente. Dichos recintos gozan de una gran amplitud espacial, sin paredes que obstruyan la visual del exterior, la que recuerda la amplitud de la pradera y a la vez permiten el ingreso generoso de luz al interior. Sin embargo, gracias a los aleros, están diseñados de tal forma que protegen la privacidad de los habitantes al interior.
Para lograr aquellos enormes aleros, Wright fue pionero en la utilización de acero en la estructura de la casa, a través de dos grandes vigas que discurren longitudinalmente a lo largo de la casa, anclándose a la chimenea. Wright optó por cubrir las zonas laterales de las vigas, dejando un área de mayor altura en el centro, lo que produce un efecto espacial en ambos ambientes. El uso de tiras de madera perpendiculares al sentido de la habitación y de bombillas eléctricas dispuestas rítmicamente reducen la sensación de longitunalidad del oblongo espacio.
Sendos ambientes terminan en una proa angulada que refuerza aún más la idea de que el espacio se extiende hacia el exterior.

Vista de la sala. Nótese cómo la chimenea no es un muro ciego sino que permite la integración espacial con el comedor.
Foto cortesía de jaminneb

Vista del comedor con el mobiliario diseñado por Wright. Fuente Wikipedia.

En el tercer nivel se encuentran los dormitorios, que ocupan un área cuadrada, ubicada cerca a la chimenea y sobre el área de la cocina y la sala. Desde aquella atalaya, los dueños de casa disfrutaban de espléndidas vistas con absoluta privacidad.

Circulación.

El acceso a la vivienda es indirecto, acorde al pedido explícito de los Robie. Presionar aquí para ver un estudio de la composición y circulación de la casa.



Entrada indirecta a la casa. Foto C. Zeballos

Vitrales y mobiliario.

Los vitrales multicolores de la casa Robie utilizan un patrón geométrico agulado. Críticos han asociado el manejo de las diferentes tonalidades de luz con el efecto similar que se produce en las pantallas shoji de la arquitectura japonesa. Hay 175 vitrales en la casa.

Vistoso conjunto de los vitrales. Foto cortesía de Simon Glynn vía galinsky

Detalle de uno de los vitrales. Fuente Wikipedia

Detalle del trabajo en los vitrales. Foto cortesía de usonian

Wright también diseñó el mobiliario para la casa. Al respecto, recuerdo el comentario de la guía que hizo el tour: "el mobiliario diseñado por Wright es típicamente muy vistoso, pero frecuentemente muy incómodo".

Juego de comedor de la casa Robie.

Otros elementos llamativos son los enormes maceteros que adornan la fachada, hechos de de piedra caliza, contrastando con el ladrillo de los muros y que se han convertido en iconos de la casa Robie.

Detalle de uno de los maceteros. Foto C. Zeballos

¿UNA CASA EMBRUJADA?

Además de su calidad arquitectónica, la historia de la casa Robie ha tenido su lado infausto.
Los Robie sólo vivieron en la casa 14 meses y tuvieron que venderla debido a deudas contraídas tras la muerte de George, el padre de Frederick Robie. David Lee Taylor, el segundo dueño, murió de una grave afección al riñón apenas 10 meses después de haberse mudado a la casa. Marsha, la hija de Marshall y Isadora Wilber, los siguientes dueños, murió a los 25 años. Los Wilber abandonaron la casa en 1926.
La casa fue vendida en ese año con todo su mobiliario al Seminario Teológico de Chicago, el que lo usó como residencia estudiantil. En 1957 la casa estuvo a punto de ser demolida para construir una residencia más grande, pero un airado Frank L. Wright de 90 años se opuso firmemente a ello. Afortunadamente la casa fue comprada en 1958 por la inmobiliaria Webb & Knapp, quien en 1963 donó la casa a la Universidad de Chicago, siendo declarada como Sitio Histórico Nacional.

Artículo de periódico promoviendo la defensa de la casa Robie para evitar su demolición.

Desde 1997 la casa está a cargo del Frank Lloyd Wright Preservation Trust, y el edificio viene siendo objeto de una millonaria restauración, que culminará en el 2010, precisamente para el centenario de la casa. Curiosamente, según Ruthie Kott de la Universidad de Chicago, operarios que trabajan en la restauración de la casa han escuchado pasos extraños, puertas que se cierran misteriosamente y hasta la figura misteriosa de una mujer parada en el umbral de la puerta.
Me pregunto si la restauración de 8 millones de dólares incluye también los servicios de algún chamán.

VER TAMBIEN
- OTRAS OBRAS DE FRANK L. WRIGHT/
OTHER WORKS BY FRANK L. WRIGHT

- VIVIENDA UNIFAMILIAR