
LUIS BARRAGÁN: CHAPEL OF THE CAPUCHINAS.
ENGLISH VERSION
“…En proporción alarmante han desaparecido en las publicaciones dedicadas a la arquitectura las palabras belleza, inspiración, embrujo, magia, sortilegio, encantamiento y también las de serenidad, silencio, intimidad y asombro. Todas ellas han encontrado amorosa acogida en mi alma, y si estoy lejos de pretender haberles hecho plena justicia en mi obra, no por eso han dejado de ser mi faro.”
Luis Barragán, discurso de aceptación del premio Pritzker
Mis gentiles anfitriones, la familia Pérez, me conducen por las graciosas callecitas adoquinadas y llenas de vegetación que, alejadas del ruido de la metrópoli mexicana, definen la Colonia Tlalpan.
“Vamos a ir a una capilla que es Patrimonio de la Humanidad de UNESCO, donde hice mi Primera Comunión” dice la hijita mayor. Intrigado, imaginé que iríamos a alguna de las soberbias iglesias coloniales de enorme valor patrimonial en México. Grande fue mi sorpresa cuando nos detuvimos frente a un portón adusto enmarcado en un muro que configuraba una fachada de lo más sobria y anónima.
Para mi sorpresa, tras el muro adusto resultó encontrarse la famosa la Capilla y Convento de la Capuchinas Sacramentarias, obra del maestro Luis Barragán. Barragán es el más famoso arquitecto mexicano y junto a Oscar Niemeyer el único arquitecto latinoamericano en haber obtener el prestigioso premio Pritzker de arquitectura. De hecho, cuando Jay A. Pritzker le concedió el premio fue por considerar que me Barragán se había dedicado a la arquitectura “como un acto sublime de la imaginación poética”.
Dueño de una profunda religiosidad, el maestro dota sus obras de placidez y serenidad, utilizando un vocabulario formal netamente mexicano, un expresivo carácter tectónico de los materiales, un sublime manejo de la luz y un estudiado pero sencillo tratamiento del espacio.
Sin embargo, la producción de Barragán no es muy prolífica, debido principalmente a que durante una buena etapa de su vida el maestro fue muy selectivo en aceptar sus encargos. Sin embargo en 1953, aceptó con gusto el proyecto de ampliación del claustro y la capilla de las madres Capuchinas.
“Queríamos que el proyecto lo haga Barragán, pero no teníamos dinero, así que fuimos a su oficina a hablar con él.” nos relata la religiosa que nos hace de guía. “Él accedió gustosamente no solamente a hacer el proyecto, sino a financiar parte de su construcción”.Para la ejecución de la obra, que se extendió por 7 años, el arquitecto se dedicó con mucho entusiasmo y pasión para definir los muchos detalles que la componen.
“Nosotras no sabíamos qué estaba haciendo, confiamos completamente en él. Hasta que una mañana de primavera, el 24 de abril de 1960 se inauguró la capilla. Fue para nosotras sorprendente, bellísima, muy austera, casi sin imágenes, adelantándose al Concilio Vaticano II” recuerda la religiosa.
Al ingresar, nos recibe un pequeño patio semi hundido, de paredes blancas, en una de las cuales está empotrada una cruz monumental.

Como contraparte, una serenísima pileta en cuyas aguas nadan flores blancas, da escala humana al espacio. A mano derecha una celosía en trama amarilla acompaña una escalinata que conduce a una capilla secundaria que mencionaremos más adelante. La simpleza pero contundencia del detalle y el color de la grilla amarilla reflejándose sobre el agua que lame la piedra negra es simplemente sobrecogedor.

Al otro extremo de la pileta se encuentra el ingreso a la capilla, al que accedemos tras ascender por unas breves escalinatas de piedra. En este pequeño espacio de madera, una larga y sencilla banca de este material, pareciera flotar perpendicular a la pared, pero es en realidad sostenida por unos soportes de metal invisibles.


La luz, que atraviesa unos vidrios amarillos ubicados en una trama en el coro, inunda al espacio de un color acaramelado, y presenta una capilla austera, con paredes de texturas toscas y de colores ocres intensos, con pisos de madera y en cuyo altar se encuentra un trabajo escultórico, los rectángulos dorados de Mathías Goeritz.

Me invade la sensación de profunda espiritualidad que transmite este sobrio pero cálido espacio. Precisamente el color de la pared hace que la luz adquiera matices que produzcan sensaciones de placidez y serenidad.

Al costado izquierdo, recibiendo una luz lateral se ubica una cruz de madera, que es iluminada indirectamente desde un ventanal alargado. El efecto es dramático, acentuado por una cuña triangular que se incrusta en el espacio (ver planta).


Al costado derecho, separado por una celosía de madera en forma de grilla de color blanco, se encuentra una capilla lateral que suele ser utilizada por las familias de las monjas.
Desde una rendija superior la luz baña generosa el ambiente, a la vez que descubre la enorme altura de los muros, una triple altura que le da monumentalidad a la capilla.
Exquisitos detalles ubicados en el pequeño corredor contiguo a esta capillita como una ventana cuya luz amarilla se dibuja sobre la pared de madera (muestro una foto exterior de la ventana), el confesionario, el mobiliario y las puertas, demuestran la prolijidad con la que el maestro mexicano concibió esta obra.

La visita culmina nuevamente en el patiecito, en el pasillo contiguo a la pileta, separado por la celosía amarilla y por un banco empotrado que pareciera levitar, como los que hemos visto varias veces al interior de la capilla.
Religión y Mito
¿Cómo comprender el arte y la gloria de su historia sin la espiritualidad religiosa y sin el trasfondo mítico que nos lleva hasta las raíces mismas del fenómeno artístico? Sin lo uno y lo otro no habría pirámides de Egipto y las nuestras mexicanas; no habría templos griegos ni catedrales góticas ni los asombros que nos dejó el renacimiento y la edad barroca; no las danzas rituales de los mal llamados pueblos primitivos ni el inagotable tesoro artístico de la sensibilidad popular de todas las naciones de la Tierra.
Luis Barragán

Quisiera agradecer la gentilísima atención del Arq. Francisco Pérez V., su esposa Carla y sus hijos Érika, Diego y Ximenita, sin cuyo generoso concurso mi visita a través de obras arquitectónicas en México y a este edificio en particular probablemente no hubiera pasado de un anhelado sueño.
VER TAMBIEN/SEE ALSO:
- CAPILLAS, CONVENTOS, MONASTERIOS CRISTIANOS.
- La Iglesia sobre el Agua/The Church on the Water, Tadao Ando
- La Iglesia de la Luz / The Church of Light, Tadao Ando
- Capilla en Rokko/ Chapel in Rokko, Tadao
- Monasterio de Santa Catalina, Arequipa.
