29 junio, 2008

FOSTER: AEROPUERTO DE BEIJING.


La economía de China es la de más rápido crecimiento en la tierra, a lo que se suma la elección de Pekín como sede de las olimpiadas 2008. A la enorme demanda aérea que implica la población doméstica (1,200 millones de habitantes, 1 de cada 5 seres humanos es un chino) se debe añadir la creciente cantidad de visitantes internacionales. Este enorme flujo de pasajeros sobrepasaba la capacidad de los antiguos aeropuertos, los Terminales 1 y 2, por lo que se decidió construir uno nuevo, el Terminal 3, que a la postre se convertiría en el edificio más grande del mundo.

Perspectiva nocturna cortesía de Foster & Partners

Esta responsabilidad recayó en la oficina del renombrado arquitecto inglés Lord Norman Foster, cuya propuesta proyectada en el 2004, a la vez de haber resuelto correctamente temas funcionales y complicados requerimientos tecnológicos, ofrece también un edificio visualmente muy atractivo, probablemente el aeropuerto más impresionante que haya tenido oportunidad de conocer.

Perspectiva nocturna cortesía de Foster & Partners

Cubriendo una superficie de casi un millón de metros cuadrados, el aeropuerto tiene capacidad para 150 aviones (los actuales aeropuertos de Beijing tienen una capacidad combinada de sólo 30 aviones). Para la construcción de este enorme edificio se tuvo que relocalizar una comunidad entera de 10,000 habitantes. De hecho, a fin de cumplir con el ajustado plazo de 4 años, se contó con el concurso de 50000 trabajadores que participaron en dos compañías constructoras que operaron simultáneamente.

Interesante imagen satelital de Google Earth que muestra al Terminal 3 del Aeropuerto de Beijing en dos etapas diferentes de su construcción. La zona más oscura corresponde a una etapa más temprana.
Planimetría general de los tres aeropuertos. Imagen cortesía de Foster & Partners

La propuesta se basa en dos cuerpos en forma de Y, Terminal 3C y 3E, los cuales miden casi un kilómetro respectivamente, y se hallan simétricamente dispuestos y vinculados a un tercer cuerpo más pequeño, el Terminal 3D .

Planimetría general de la propuesta. Imágenes cortesía de Foster & PartnersMaqueta general ubicada en el propio aeropuerto. La propuesta simbolizaba un gran dragón.
El ingreso al conjunto es remarcado por un enorme arco sosteniendo una lona tensada.

Semejando un gigantesco dragón, un elemento importantísimo en la cultura y cosmogonía china, la cubierta (que aparece chata pero es en realidad de una altura de 7 niveles) se ondula plácidamente, jerarquizando los accesos y estableciendo un suave ritmo que acompaña al edificio.

Vista aérea y sección transversal de la cubierta. Imágenes cortesía de Foster & Partners

Uno de los los aspectos formales más interesantes y que rompen con una eventual monotonía al interior y exterior del mismo, es la presencia 360 protuberancias triangulares que perforan la cubierta, las que, orientadas al sol matutino al sureste, sirven de pozos de luz indirecta al interior del edificio.

Exteriormente, los tragaluces triangulares, también llamados "las escamas del dragón" ofrecen una textura interesante, que contrasta con el suave ondular de la cubierta
Al interior, los tragaluces ofrecen una gama interesante de tonos lumínicos que van desde el rojo al amarillo, colores predilectos por la antigua arquitectura imperial china
Detalle de uno de los tragaluces. Imagen cortesía de Foster & Partners

Además, generosas mamparas laterales (las que, acrecentando el efecto de dinamismo, se inclinan hacia afuera) permiten que el interior se vea inundado de luz.

Las amplias mamparas laterales se complementan con el estudiado efecto de iluminación difusa que es capturada a través de los tragaluces triangulares, resultando en una interior bastante cálido y bañado de luz.

Al interior, la gradación de colores amarillo y rojo del entramado del cielo raso, que son los mismos que se aprecian desde la cobertura exterior, evocan los colores típicos de la arquitectura china, que se pueden encontrar en la Ciudad Prohibida.

Vista aérea de la cobertura recuerda los colores de los palacios de la Cuidad Prohibida.

El efecto al interior es sobrecogedor, ya que esta trama que aparece ligera y ondulante y que se apoya sobre una selva de columnas cónicas blancas, ofrece un espectáculo de luz y sombra impresionante, a la vez que esconde la estructura, cuidadosamente diseñada para soportar fuertes vientos y los efectos de la dilatación por temperatura.

La ondulante y colorida cobertura contrasta armónicamente con la regulada trama de columnas cónicas que pueblan el espacio interior

En uno de los extremos, abrazada por los brazos de la cobertura en Y, se encuentra una cobertura elíptica en forma perla, que alberga la estación de trenes, y que vendría a ser la "cabeza" del dragón. Este digno espacio es una elongada cubierta de planta elíptica la cual parece apoyarse únicamente en dos puntos medios, que aparecen parcialmente sepultados en el césped. Amplias mezanines cubiertas de luz albergan restaurantes y servicios que seguramente se verán repletos en cuanto las obras de la estación sean concluidas.

Vistas exterior e interiores de la estación de tren, prácticamente concluída. Completamente bañada en luz (tal vez demasiada para los meses de verano) esta estructura parece querer tomar vuelo, al apoyarse solamente sobre sus puntos medios.

Al ascender de ella, el visitante es recibido por un enorme e imponente voladizo (también el más largo del mundo) que vuela 35 metros sobre la fachada. Supuestamente aquél voladizo debería tener el doble de ancho, pero ello hubiera oscurecido notablemente el ingreso al edificio.

Foyer de ingreso. Imagen cortesía de Foster & Partners

El manejo espacial al interior del edificio lo hace atractivo y variado, evitando monotonía mediante la inclusión de puentes, mezanines, dobles alturas, fuentes y recursos de interiorismo que evocan la arquitectura tradicional del país.

A pesar de la modernidad que caracteriza al edificio, es frecuente encontrar elementos típicos de la iconografía y arquitectura tradicional china, los cuales no necesariamente se contraponen con la contemporaneidad de la arquitectura de Foster. La estructura se comporta como una especie de gran continente, al interior del cual los elementos contenidos se disponen con cierta libertad de acuerdo a su propia funcionalidad e imagen formal.

Un coloso de estas dimensiones atrae la atención de arquitectos al rededor del mundo, pero... ¿qué hay de los pobres usuarios, que cargando pesadas maletas (y a veces con pocos minutos para tomar el avión... la historia de mi vida) que tienen que recorrer enormes distancias que un terminal así implica? Para ello, se han instalado 175 escaleras mecánicas, 437 pasarelas móviles y 445 ascensores, conectados a un tren que comunica los terminales.

Además, Foster & Partners trabajó con la firma de ingenieros ARUP quienes pusieron énfasis en el diseño antisísmico, al tratarse de una zona de alta actividad telúrica. Para ello, se enterraron 20,000 pilares de acero, debido a la alta freaticidad del terreno. Además, la cobertura se apoya en aproximadamente 1000 uniones flexibles que permiten un juego muy libre según la dirección de la onda sísmica.

La múltiple trama del cielo raso esconde la intrincada estructura compuesta por armazones de acero montados sobre una serie de uniones flexibles

Pero si la enorme estructura impresiona por lo que vemos, también lo hace por lo que no vemos. El enorme y sofisticado sistema de entrega de equipaje (capaz de entregar organizadamente 300 equipajes por minuto, a lo largo de 70 km de fajas transportadoras), que cuenta además con sofisticados equipos de detección anti terrorista. El tráfico de aviones también es controlado por equipos de última generación, a la vez que se han incorporado numerosos recursos de energía renovable para reducir su enorme impacto ambiental.

Sofisticados equipos están a cargo del tráfico aéreo. Sin embargo, parece que están todavía no se hallan en completa operación, pues estuvimos esperando turno para despegar por cerca de una hora. Esperamos que para las olimpiadas este problema se haya resuelto.

No es la primera vez que Foster & Partners diseña un aeropuerto. Ya lo había hecho en Stansted, Inglaterra. Pero no cabe duda de que su proyecto en la capital china, por su inmenso tamaño, calidad espacial y formal, organización funcional, desarrollo tecnológico, preocupación ambiental y especialmente por su simbolismo socio político, el espectacular Terminal 3 de Beijing sea hasta ahora la obra cumbre de este notable arquitecto.

VER TAMBIEN/SEE ALSO:

- ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA EN CHINA
.
- OTROS TERMINALES
¡Youkoso Junzo!

3 comentarios:

Inversiones en oro dijo...

La arquitectura es sin duda un arte que no muchas personas pueden tener, me gustan mucho tus blogs porque presentan verdaderas artes de arquitectura.

Anónimo dijo...

Q ganas tengo de verlo en persona. Gracias por la entrada.

Carlos Zeballos dijo...

Buen viaje! Que lo disfrutes