23 mayo, 2009

CALATRAVA: ESTACIÓN ORIENTE, LISBOA

Foto cortesía de hugo n

Santiago Calatrava se dio a conocer al mundo mediante sus extraordinarios puentes sobre el Guadalquivir, durante la Expo de Sevilla en 1992. Seis años más tarde, su trabajo también estaría presente en la Expo de Lisboa, merced a la ampulosa Estación de Oriente.


Efectivamente, y en particular gracias a la forma escultórica y poderosa del Puente del Alamillo (que concitaría la atención mundial y sería replicado en múltiples lugares por varias oficinas), la fama de Calatrava como arquitecto-ingeniero-escultor se catapultó. El valenciano demostró que la estructura, tradicionalmente oculta tras la arquitectura, no sólo podía ser expuesta (como en el high-tech), sino que podía tener una expresión por sí misma.

Foto cortesía de PhotoFlex

Las obras del español empezaron a hacerse más complejas, generando esqueletos cuya filigrana recuerda a las nervaduras y arquitrabes de las catedrales góticas.


Sus propuestas se han ido haciendo más sofisticadas, dando cuenta de un manierismo que ha dejado de lado la premisa de que la ingeniería busca por sobre todo economía y eficiencia, para mostrar con alarde la flexibilidad y plasticidad a la que puede llegarse hoy en día gracias a los programas de cálculo y el desarrollo de nuevos materiales.


No obstante, esta sofisticación no ha sido acompañada de una consistencia en las propuestas, resultando en algunos casos en un muestrario de estilos dentro del mismo edificio. Asimismo, la escala humana se ha ido perdiendo en una monumentalidad a veces megalómana.


Aunque, por otro lado, es precisamente monumentalidad lo que los organizadores de la Expo querían expresar en la Estación de Oriente, y es lo primero que percibe el visitante en su arribo a la estación. Además de monumentalidad, fue su funcionalidad, apertura y transparencia lo que hizo que esta propuesta se destacara por encima de la de otros grandes arquitectos, como Nicholas Grimshaw y Ricardo Bofill, a quienes Calatrava ganara en el concurso llevado a cabo en 1994.


Los requisitos no eran sencillos: organizar el transporte de automóviles, ferroviario regional, metropolitano y subterráneo, parada de buses, taxis, vínculo a la autopista, conexiones al aeropuerto y parqueo para 2000 vehículos, conformando un nodo multifuncional que pudiera atender la intensa demanda que acarrearía la Expo. Todo ello trabajado en un conjunto formalmente atractivo.


La propuesta de Calatrava, organizada en una gran T, segregó cada una de esta funciones, vinculándolas a través de galerías, pasajes, escaleras y puentes. Esa especialización fue expresada también formalmente, resultando en un paisaje variopinto en lugar de una propuesta unitaria.



Al llegar, nos recibe un andén, cuya blanca y altísima estructura, formada por un bosque de columnas metálicas que se ramifican formando arcos ojivales, recuerda a una estructura neogótica típica de fines del siglo XIX, como aquella de San Sebastián, en Manila. El techo translúcido y la esbeltez de las columnas contribuyen a la percepción de ligereza de la estructura.


Una experiencia completamente distinta nos aguarda unos pasos más allá, cuando nos adentramos en la estación subterránea y el centro comercial, un espacio semioscuro y cavernoso, donde los arcos de la robusta estructura de concreto se entretejen de una forma casi gaudiana.



Otro gesto diferente lo tienen los accesos a las paradas de buses, al exterior del edificio, trabajadas sobre la base de grandes arcos metálicos y de techo transparente que, culminando en unos grandes voladizos, aterrizan dinámicamente sobre el nivel de la calle.


A ello hay que añadir la gran visera que conforma el acceso al edificio desde la Expo, una forma parabólica metálica que vuela espectacularmente y que recuerda notablemente a las entradas al Metro de París, diseñadas por Hector Guimard en estilo modernista (Art Noveau). La versión de Calatrava, sin embargo, es mucho más ostentosa que la del maestro belga.

Entrada al Metro de París, por Hector Guimard

Foto cortesía de PhotoFlex

Tal vez lo más triste de todo sea que la estación debió haber sido el gran punto visual de ingreso a la Expo, tal como lo concibió el arquitecto valenciano. Sin embargo, toda esta parafernalia, sin duda costosa y complicada de construir, se ve oculta tras un centro comercial anónimo, el Centro Vasco da Gama (antes Puerta del Sol), que es el edificio que se ve desde la expo y que bloquea la obra de Calatrava.


El propio Siza, cuya propuesta sobria, solvente y magnífica sin necesidad de aspavientos (precisamente como contraposición a exabruptos formales), expresó su queja sobre la agresión al edificio de su colega español.

"En la Expo hay cosas ya irrecuperables, como la estación de Calatrava, que está ahogada, avasallada por otro edificio permanente e impresentable"
P.-¿Se refiere a la Puerta del Sol?
R.-Sí, el centro comercial. Le llaman la Puerta del Sol: es la puerta de la noche, una lástima. Calatrava debe de estar muy triste, no se ha respetado la delicadeza de su proyecto.


Me extraña que Calatrava no les haya metido juicio a los organizadores de la Expo de Lisboa, tal como lo hizo con el ayuntamiento de Bilbao por modificar un pedazo de baranda de su puente y unirlo a una pasarela diseñada por Arata Isozaki. Se nota que don Santiago se quiere mucho.

Aun así, es indudable que la Estación de Oriente de Calatrava es uno de los edificios más conspicuos de todo el conjunto de la Expo.

VER TAMBIÉN
-
OTRAS OBRAS DE SANTIAGO CALATRAVA


- TRANSPORTE - TERMINALES - AEROPUERTOS.
Histórica foto de Santiago Calatrava y Félix Candela.
Humor por Steve Duenes

13 comentarios:

Begoña dijo...

¡BRAVO! Un besote español

Carlos Zeballos dijo...

Gracias! Te devuelvo uno peruano

ShaelKoNef dijo...

me senti como jonas dentro de la ballena dentro de el

y el volado que tiene por entrada... 20m?

Carlos Zeballos dijo...

Es que el volado de la entrada es la boca de la ballena, pues...

Begoña dijo...

Carlos, te aviso que en el ¡HOLA!(ya sabes, revista del corazón española) de esta semana Nº3382 hay un reportaje de la bellísima Villa Trianon, obra maestra de Tersling(XIX-XX). Creo que no hay mucho más sobre el tema, y por 2 euros vas a ver en todo su esplendor esa "casita"...

Carlos Zeballos dijo...

¡Gracias! Pues 2 euros están mejor que los 3690 que cuesta alquilarla una semana, ¿no?
Saludos

Begoña dijo...

Jaja creo q debe costar bastante más. Desde que la ví me da la sensación de que vivo en la caseta del perro.

Begoña dijo...

¡Ay va! Si es que tiene "imitadoras", un poquitín horteras por cierto. La genuina (villa Arethuse-Trianon) se alquila (sin precios a la vista) en alexandra-lloyd.com. Te lo digo por si te interesa para pasar el mes de agosto con tu familia...

Carlos Zeballos dijo...

Bueno, imagínate mi casa en Japón, es como el ataúd del perro.
Gracias, pero creo que si tuviera 3600 euros para gastarlos en vacaciones, preferiría irme a un crucero o algo así, jajaja.
Besos

PauloF dijo...

A very good "Moleskine", not like mine, full of sketches and notes on work := ...thank you for blogging the foto :)

Photoflex

~do you have an account on Flickr ?

PauloF dijo...

... the BW photo is not mine, credits are mistaken

...if u have a flickr count u can blog my photos directly, you don´t need to copy/paste the small size

saludos

viagra online dijo...

Wow! La estacion oriente en Lisboa es realmente una maravilla arquitectonica. Me fascina el que tiene muchas irregularidades. Me encantaria tener la posibilidad de visitar algun dia.

Anónimo dijo...

Hector Guimard fue um arquitecto francés, no belga.