25 agosto, 2011

PRINZ APATOTEL, KIOTO


El Prinz Apatotel, creación de Shin Nishibori (1992) es una interesante mezcla de alojamiento, café, galería y biblioteca de arte ubicada cerca a la Universidad de Arte y Diseño en Kioto, Japón. El Prinz es una versión mucho más modesta y asequible del Benesse House de Tadao Ando en Naoshima, que también comparte el concepto de hotel galería.


El Prinz se ubica en un área urbana dentro del paisaje relativamente compacto de esta zona kiotoita. De allí que resulte llamativa la gran cantidad de áreas verdes que contiene el proyecto, casi 50% del área del mismo, y que se encuentran virtualmente separados de la vía pública por sólo una valla de vegetación.



El Prinz consta de dos galerías (una en cada nivel), café, biblioteca y dos habitaciones para alojamiento, además de jardines y terraza en el techo.



Otro aspecto singular radica en que las zonas sociales (café, cocina y biblioteca) se encuentran sumergidas medio nivel bajo tierra, lo que ayuda a mantener una armoniosa composición en la fachada.



La composición minimalista y simple se ve "decorada" por un juego de luces que pinta la fachada y el jardín y cuya textura de círculos va cambiando de posición y rotación (una versión móvil de lo que hizo Toyo Ito en su Teatro Za Koenji)



Desde afuera se aprecia la composición volumétrica en dos barras, separadas por una estrecha escalera.

Vista diurna y nocturna de la escalera

En un lado, Nishibori ubica la cocina y los servicios higiénicos y al otro la biblioteca. Lejos de ocultar la cocina, el arquitecto exhibe el proceso del arte culinario mediante un gran ventanal expuesto hacia la calle. En contraste, la biblioteca sólo es vista a través de una estrecha ranura horizontal.


La biblioteca otorga al usuario la posibilidad de degustar un potaje o bebida mientras revisa alguno de los volúmenes dedicados a arte, fotografía o decoración. Esta es la única zona pública cuyo interior está recubierto de madera, lo que de cierto aire de solemnidad.



El área del restaurante se ubica en la parte más profunda del lote, en el que se distinguen dos zonas diferenciadas: la primera, más interna, es el área de la galería, que invita al comensal a interactuar con las obras de arte expuestas.



La segunda es una zona más en contacto visual con el jardín, ubicada bajo una claraboya que enfatiza la linealidad de la composición y divide el espacio virtualmente de manera eficaz.


Por supuesto, el área del jardín fiunciona como una extensión del restaurante cuando el clima lo permite.


En la planta superior, el Prinz contiene otra galería y dos habitaciones para quien quiera disfrutar de la experiencia artística por más tiempo. Dos grandes mamparas relacionan los aposentos con el jardín, que puede ser contemplado desde una posición elevada.


Las habitaciones son cómodas para estándares japoneses, y la decoración, elegante, austera y minimalista, destaca por la sutileza de los detalles. Singular atención merece la cama, una plataforma que parece estar levitando, gracias a la interesante extensión de su base de madera.


Detalle de los baños. A pesar de su simpleza, se logran efectos lumínicos indirectos interesantes.

Y bueno, la comida es buena y relativamente acequible, y aunque alguna vez nos tocó el peor camarero de Japón, el servicio ha mejorado mucho últimamente.

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Junto a Tsukiko san y sus paisajes invernales. Para simular la nieve usó... azúcar!!!! (astuta muchacha). Bueno, eso hasta que las hormigas encontraron este "paradise winter resort".


En una rica cena con Angélica, Pilar y Giancarlo, mis queridos Perujines.¡Gracias por su compañía, amigos!

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