En anteriores entradas he comentado la tragedia que sufrió el pueblo japonés merced al bombardeo atómico de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki y de los conmovedores monumentos que hacen honor a estas tragedias. Pero, para ser justo, quisiera comentar ahora el otro lado de la moneda, el poco conocido rol de la Isla del Corregidor en la cruel y devastadora invasión japonesa a Filipinas.
UBICACIÓN
Corregidor es una isla en forma de renacuajo (algunos de mentes imaginativas pueden idear otras similitudes), ubicada al ingreso de la bahía de Manila, y por lo tanto en una posición estratégica ideal para defender la capital de Filipinas. La isla tiene 6 km de largo por 2.4 de ancho y tiene unos 9 km2.


EL NOMBRE DEL CORREGIDOR
Tanto el guía que nos mostró la isla como numerosas fuentes otorgan el origen del nombre de la isla a la palabra “corregir”, y dado que en este bastión había una prisión, varios autores sugieren que era el sitio donde se “corregían” a los delincuentes.
Sin embargo, y ésta es una percepción personal, pienso que no es lo mismo “corregidor” que “corrector”. En Sudamérica, los virreinatos españoles se dividieron en corregimientos, que eran unidades geográficas político administrativas. Cada una de ellas estaba a cargo de un corregidor, que era en otras palabras un prefecto, quien no estaba necesariamente a cargo de una cárcel. No he encontrado sin embargo ninguna fuente que corrobore que en el caso Filipino un corregidor hubiera tenido el mismo papel.
Sin embargo, y ésta es una percepción personal, pienso que no es lo mismo “corregidor” que “corrector”. En Sudamérica, los virreinatos españoles se dividieron en corregimientos, que eran unidades geográficas político administrativas. Cada una de ellas estaba a cargo de un corregidor, que era en otras palabras un prefecto, quien no estaba necesariamente a cargo de una cárcel. No he encontrado sin embargo ninguna fuente que corrobore que en el caso Filipino un corregidor hubiera tenido el mismo papel.
ÉPOCA COLONIAL ESPAÑOLA.
Durante la colonia española (1565-1898), la isla no sólo sirvió como fortaleza y cárcel, sino como un punto ideal para dar alarma en caso de que naves enemigas se acercaran a Manila. Por sus excelentes características defensivas fue el último reducto español en caer durante la guerra contra Estados Unidos, que sellaría la “independencia” filipina de España. Sin embargo, después de haber luchado juntos filipinos y estadounidenses contra españoles, los Estados Unidos traicioneramente se anexaron las Filipinas como colonia.
EPOCA COLONIAL NORTEAMERICANA
Luego de la ocupación estadounidense (1898-1941) y desde 1903 las instalaciones en la isla fueron reforzadas, construyéndose el Fuerte Mills, un hospital y otras instalaciones subterráneas.

El 7 de diciembre de 1941 Japón atacó por sorpresa la flota norteamericana en Pearl Harbor, Hawai, con el fin de neutralizar cualquier influencia estadounidense en sus planes de conquista sobre las colonias norteamericanas, francesas, británicas y holandesas en el Sudeste Asiático. En respuesta, aviones norteamericanos bombardearon pequeñas bases japonesas en Okinawa.
Al día siguiente, el 8 de diciembre, Japón atacó las Filipinas en una cruel ocupación que costó más de un millón de vidas y que forzó al ejército norteamericano a huir.

La isla del Corregidor fue el último reducto que los estadounidenses defendieron, hasta que finalmente cayó en manos niponas el 9 de Abril de 1942 (poco antes, el general Douglas Mac Arthur, a cargo de las tropas americanas pudo huir a Australia, no sin antes pronunciar su famosa frase “I shall return” (Regresaré).
LA RETOMA DE LA ISLA
Efectivamente, MacArthur volvió tres años después, y rentre el 16 al 26 de fbrero de 1945 recuperó la isla luego de un extenso bombardeo y un ataque coordinado con la resistencia filipina, que fue,nuevamente el último bastión de la ocupación japonesa.
No fue sin embargo una empresa fácil, ya que los japoneses, fanatizados con la consigna de morir antes de rendirse, prefirieron volarse en pedazos, haciendo estallar 30 toneladas de explosivos, acarreando consigo la vida de varios soldados norteamericanos. Otros muchos se enterraron vivos en los pasajes subterráneos de la isla. Algunos de los sobrevivientes nipones se mantuvieron con vida involuntariamente, pues la explosión los aturdió y no pudieron suicidarse.
Esta es la principal razón por la que algunos justifican los bombardeos atómicos a Hiroshima y Nagasaki, ya que una ocupación convencional de Japón hubiera cobrado muchas más vidas, especialmente de soldados norteamericanos.
MONUMENTO A LOS CAÍDOS
En 1968 se completó el Memorial a la Guerra del Pacífico, que es un domo blanco, algunas esculturas, parques y restos de las fortificaciones son monumentos a los soldados norteamericanos y filipinos que murieron en la isla.

Hoy en día Japón y Filipinas gozan de muy buenas relaciones, aunque cuando los filipinos hablan de su historia aún es posible palpar el dolor que les causó aquella guerra, tal vez más que cualquier otra de su agitada historia.
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