15 junio, 2009

HISTORIAS DE IGLESIAS EN RUINAS

Foto cortesía de Victor Nuno

Adormecidas en el pesado sopor de los años, maquilladas de musgo y salpicadas de cicatrices, las paredes ruinosas de estas iglesias son mudos testigos de tiempos mejores. Desgracias naturales, conflictos humanos o simplemente la emigración dejó a estos muros, otrora henchidos de cánticos e himnos, arropados sólo por el lamento del viento.
Toparse con estas ruinas es una experiencia intensa. Sus restauradores prefirieron sólo apuntalarlas como un testimonio de la historia, y es historia lo que transpiran estas paredes.
Esta es una recopilación de cuatro historias, tan lejanas en el espacio, tan olvidadas en el tiempo, tan unidas en su destino.

IGLESIA DE CATARMAN, CAMIGUIN, FILIPINAS.


Oculta en bosques tropicales, pero gozando de una privilegiada posición que domina las paradisíacas playas de Camiguin, se encuentran las ruinas, de la iglesia de Catarman, también conocida como iglesia Gui-Ob.


Se trataba de una iglesia, un campanario y un convento de adobe, que acompañaban al pueblo de Catarman, fundado en 1697. Como comentamos anteriormente en este moleskine, los nativos filipinos no tenían experiencia en edificación de grandes estructuras, por lo que las técnicas constructivas fueron importadas, mayormente de México.


A pesar de sus paredes gruesas, la iglesia fue destruida por un devastador terremoto y una erupción del volcán Daan en 1871. No en vano se ha llamado a Camiguin la isla de fuego, debido a sus numerosos volcanes. Nunca fue reconstruida, y las intensas lluvias, tifones y actividad sísmica de la zona no ha sido generosa para preservarla.

Restos de la torre del campanario. En Filipinas, por lo general se encuentran bastante separadas del edificio rincipal de la iglesia.

CONVENTO DEL CARMEN, LISBOA, PORTUGAL


Este convento carmelita fue construido entre 1389 y 1423 en estilo gótico, gracias al auspicio del caballero portugués Nuno Álvares Pereira.

Plaza de ingreso

El Convento do Carmo como se le conoce en portugués, constaba de tres naves que remataban en un ábside.

Las proporciones de su nave, las arquivoltas de su fachada y los decorados tallados demuestran que era una iglesia prominente y ornamentada.


En 1755 el gran terremoto de Lisboa destruyó gran parte del convento y la iglesia así como su nutrida biblioteca. El techo de la iglesia colapsó, sin embargo aún pueden verse sus arcos ojivales.


Al no poderse reconstruir, el área del altar fue convertida en un pequeño museo donde encontré… ¡oh sorpresa¡ … una momia peruana.


IGLESIA DE SHELDON, BEAUFORT, CAROLINA DEL SUR, EE.UU


Esta iglesia anglicana, originalmente llamada Príncipe Williams, erigida entre 1745-55 en ladrillo y recubierta de estuque, fue la primera iglesia neoclásica erigida en América y que diera lugar al uso del estilo neo-griego en el sur de Estados Unidos. La rodean espesos bosques, típicos del paisaje del sureste norteamericano.


En este caso no fue la fuerza de los terremotos los que echaron abajo su techo de madera a dos aguas, sino la fuerza de las armas y los ejércitos.


Aquí llegó el general británico Augustine Prevost en 1779, durante la guerra de independencia de EEUU, y dado que se creía que los patriotas utilizaban la iglesia como depósito de pólvora, la mandó quemar.


Fue reconstruida en 1826 gracias a la prosperidad que el cultivo de arroz e índigo trajo a las plantaciones del sur, pero debido a la nefasta campaña de Sherman durante la Guerra de Secesión, la iglesia fue quemada de nuevo en 1865.


Es posible conjeturar sobre la disposición de este edificio que aún conserva las cilíndricas columnas que le servían de frontispicio.

En sus paredes pudimos observar restos de sus materiales de construcción, entre ellos conchas marinas, tomadas despreocupadamente de restos neolíticos y molidas como argamasa.


SAN AGUSTÍN DE ALCOMAN, ALCOMAN, MÉXICO.


En las proximidades del complejo prehispánico de Teotihuacan, el conjunto de San Agustín de Alcoman, compuesto por una iglesia y un convento, fue uno de los primeros monasterios en el continente americano, iniciado en 1524 por un fraile franciscano y construido por los frailes agustinos de la tercera orden entre 1539 y 1560.



La iglesia se halla precedida por un atrio que evoca a las plazas ceremoniales precolombinas, y cuyo concepto luego sería retomado en algunos proyectos urbanísticos de Luis Barragán.


Su fachada plana es de estilo plateresco, dividida en tres cuerpos y coronada por una pequeña espadaña triangular que alberga tres campanas.


“En términos generales, la iglesia se compone de una espaciosa nave, tres capillas, bautisterio, antesacristía, sacristía cubierta con bóveda de cañón y pieza de servicio doméstico. Por su parte, el monasterio se forma del claustro grande, la capilla doméstica, el claustro chico, sala de profundis, despensa, refectorio, cocina, portería, el portal de los peregrinos y varias piezas donde se ha formado un museo de pinturas y se exhiben objetos arqueológicos y etnográficos. Además, tiene trece celdas, varias galerías y cuartos destechados.”(Fuente: www.vatican.va)
Detalle de una de las celdas

El estilo colonial de sus habitacionesme recordó mucho al monasterio de Santa Catalina, en Arequipa, Perú. En el interior pueden observarse algunos frescos en las paredes y bóvedas de algunas habitaciones, así como grupos esculturales.
El espacio interno se organiza en torno a claustros de dos niveles. Personalmente, me da la impresión de que el segundo nivel es posterior, ya que las columnas de la arquería inferior no coinciden con las de la galería superior, ni en tamaño ni en estilo.

Dos vistas del claustro de la cruz. Llaman la atención lo extendidas que son sus gárgolas

El gran problema para este monasterio fueron las inundaciones. La primera se registró en 1629, pero otras inundaciones se sucedieron en 1645, 1763, y en 1772, que es la que motivó el abandono del pueblo. Como puede verse en la fotografía, aún pueden notarse vestigios del agua que alcanzó una altura de más de un metro y medio.


El monasterio fue abandonado, sin embargo fue restaurado y declarado monumento nacional en 1933. Hoy en día es un museo de arte colonial.

VER TAMBIEN
- OTRAS IGLESIAS EN RUINAS (ENLACES EXTERNOS)
- ARQUITECTURA GOTICA
- ARQUITECTURA RELIGIOSA BARROCA COLONIAL
- ARQUITECTURA RELIGIOSA NEOCLÁSICA

Junto al arquitecto Paco Pérez, su esposa Carla y sus simpáticos niños Érika, Diego y Jimena, a quienes conoci mediante este blog. Su generosidad y amabilidad para con un desconocido, son muestra de la calidez y hospitalidad mexicanas.

3 comentarios:

Begoña dijo...

La momia tiene una cara de susto...se le debió caer la iglesia encima durante el terremoto :D

Anónimo dijo...

me gusto muchissimo.
aca en el sur de brasil estan las ruinas de la iglesia de sao miguel arcanjo, en las missiones jesuiticas, construido en 1735. neste sitio hay un pequeño museo diseñado por lucio costa, creador del modernismo en brasil. cosa buena! abrazo

Carlos Zeballos dijo...

muito obrigado!
me gusto mucho el sur de Brasil Critiba y Porto Alegre, pero no tuve oportunidad de visitar las ruinas de las misiones jesuitas, que son muy hermosas.
Espero hacerlo algun dia
Saludos