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17 octubre, 2011

MARIO BOTTA: GALERÍA WATARI-UM, TOKIO

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"En la Babel de los lenguajes urbanos que cambia diariamente, quise probar la "durabilidad" de una imagen primaria, fuerte, una arquitectura generada por la lógica interna propia del edificio".
Mario Botta

Watari-Um es una pequeña galería de arte diseñada con maestría por el arquitecto Mario Botta en un difícil terreno triangular cerca a Roppongi, en Tokio. De fachada severa , el edificio acoge un espacio dinámico a pesar de su aparente solidez. Desde su construcción entre 1985-90, y a pesar de su modesto tamaño, ha sido un referente tanto en el paisaje urbano de Tokio como en la cultura artística de la ciudad.

ANTECEDENTES

Shikusho Watari era una mujer enamorada del arte. En su juventud recorría los museos deleitándose con las exposiciones instaladas, arrastrando luego a sus hijos a visitar diversas muestras culturales. Su incansable afición la llevó primero a montar una pequeña tienda de arte moderno, para luego de unos años aventurarse a algo inusual: construir su propio museo en el área de Harayuku, Tokio. Para este fin contrataría los servicios de un reconocido arquitecto europeo: Mario Botta.


Botta, arquitecto suizo nacido en Medrissio, estudió arquitectura desde los 15 años, trabajando con importantes maestros de la arquitectura moderna como Le Corbusier, Louis Kahn y Carlo Scarpa, quienes influyeron decisivamente en su trabajo. Desde 1970 en que instaló su oficina en Lugano, Botta ha venido produciendo diversos edificios de gran calidad a nivel internacional. Su trabajo ha merecido reconocimiento mundial y ha sido varias veces profesor invitado en Europa, Asia, Norte y Sudamérica. Mario Botta ha tenido un rol importante en la revitalización de la arquitectura moderna, frente a las exacerbaciones formales de algunos posmodernistas.

Croquis cortesía de Mario Botta

UBICACIÓN

La Galería Watari-Um es un edificio ubicado en un difícil lote triangular de 160 m2 en el Boulevard Olímpico, junto a una torre anodina y aplastante, en un contexto urbano variopinto y caótico.

EnlaceContexto urbano del museo, localizado en una esquina triangular.
Ver ubicación en Google Maps


CONCEPTO

Irena Sakellaridou, entre otros autores, ha enfatizado el sentido de permanencia como mensaje principal del edificio, rodeado de un entorno que es , por contraste, efímero y agresivo, como el de Tokio. Para transmitir esta imagen de solidez, el arquitecto suizo combina formas puras, abstractas y geométricas con un extraordinario uso de la luz, tanto en la iluminación interior de los espacios como en la definición de las superficies exteriores.

Axonométrica cortesía de Mario Botta

La composición volumétrica es una lección de arquitectura urbana. El arquitecto divide el frontis en dos elementos: la esquina y el plano de la fachada.


El primero, constituye una escalera en forma de quilla, la cual mantiene una de sus aristas recta, consolidando a su vez la calle lateral.
Detalle de la escalera, foto cortesía de Pino Mosi

Ambos lados de la escalera
Hacia la avenida principal la escalera se curva, separándose del volumen principal y contrastando dramáticamente con la sobria rectitud del resto del edificio.



La separación de la escalera convierte la fachada en un plano escenográfico de proporciones cuadradas, al que se adorna con una serie de estrías horizontales alternadas de concreto y granito. En este segundo elemento Botta adopta uno de los recursos más utilizados en su vocabulario: la simetría.


Es así que sustrae ambas esquinas inferiores para dar lugar a los accesos al edificio, y practica una hendidura vertical central que contrarresta la horizontalidad de las franjas que adornan la pared. Personalmente, encuentro similitud entre la composición de esta larga ventana y los elementos de las columnas clásicas (base, cuerpo y capitel). Precisamente, a manera de capitel Botta corona esta alargada abertura con un volumen cilíndrico que asoma sobre el ras de la fachada.

Estas dos fotografías están separadas por 8 años. Sorprendentemente, la más reciente es la segunda. Parece que al Watari-um le han dado una buena lavada de cara.

Para darle una sensación de ligereza, el arquitecto corona el cilindro practicándole pequeñas perforaciones circulares en su parte superior.


Las esquinas del triángulo, que dada su agudeza no permitirían el desarrollo cómodo de alguna función, son aprovechadas por el arquitecto como pozos de luz indirecta, brindándole además, un efecto de ligereza al plano de la fachada.




Adicionalmente, entre las bandas horizontales, Botta ha camuflado ranuras de iluminación que permiten dar interesantes efectos de luz al interior del edificio.



Todos los detalles han sido cuidadosamente estudiados, como es el caso de esta puerta, en los que nuevamente el arquitecto suizo recurre a su predilección por formas geométricas y puras. El cuadrado y el círculo se aúnan de forma simple pero contundente, reforzando aún más su pureza con la sobriedad y nobleza del material.


Al interior, el edificio se organiza libremente en torno a un cilindro que contiene la caja de ascensores.


Al ingresar, el visitante es recibido por una tienda-librería, que se extiende hasta el sótano.

Interior del museo, en la zona de la tienda, detalle de la escalera.
Foto cortesía de Watari Um

Un pequeño café balconea hacia la librería, dando mayor sensación de amplitud al espacio.

El pequeño café, ahora infectado con la viruela de Yayoi Kusama. Hacia la izquierda hay un pequeño balcón desde donde se contempla la biblioteca.

Las salas de exhibición se encuentran en el segundo tercero y cuarto pisos, mientras que en el último piso se hallan las oficinas y la residencia de los propietarios. El espacio es tan reducido que hay que acceder a las galerías por ascensor, la famosa escalera de la esquina es usada sólo para emergencias.


***

Desde el punto de vista cultural, el museo Watari-Um en la actualidad tiene una actividad constante en la difusión del arte contemporáneo, entre sus más variados géneros. En mi primera visita, había una muestra de camisetas de todas partes del mundo, además de fotografía, escultura y otros.


Ocho años años después he regresado al Watari-um y encontré una exhibición retrospectiva del arte de Yayoi Kusama en los 60's.

Dots obsession, por Yayoi Kusuma

Desde el punto de vista urbano arquitectónico, y usando palabras del propio Mario Botta, el edificio “emerge como una iglesia románica en medio de la gran confusión y la gran diversidad que lo circunda”

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05 octubre, 2007

MARIO BOTTA EN SAN FRANCISCO

Foto cortesía de Al Hikes

"Creo que los museos de hoy son como las catedrales de ayer: son lugares para la "comunicación", donde podemos ver obras de arte con la intención de asimilar e interpretar los mensajes que ellas nos envían."
Mario Botta

En 1995 se completó en San Francisco el primer museo diseñado por el arquitecto suizo Mario Botta (diseño 1989). El San Francisco Museum of Modern Art era en ese momento el museo de arte contemporáneo más grande de los Estados Unidos, con 21,000 metros cuadrados. El SFMOMA se localiza cerca a los Jardines y Centro de Arte de Yerba Buena, diseñados por Fumihiko Maki.


Irena Sakellaridou, estudiosa de la obra del maestro suizo y colaboradora de Botta, reconoce tres objetivos principales en el diseño del SFMOMA: 1) El crear un museo que sea un símbolo para la ciudad, sin un estilo definido pero con una imagen clara y contundente. 2) El permitir que la arquitectura permita al visitante una lectura clara de la organización espacial del edificio. 3) El uso de la luz como componente fundamental y siempre cambiante en la percepción del espacio.


LA COMPOSICIÓN URBANO ARQUITECTÓNICA

Lenguaje postmodernista que sin embargo rechaza los órdenes clásicos por una interpretación más conceptual del historicismo. Investigadores como Parkinson establecen paralelos entre la obra de Botta y las obras renacentistas de Leon Battista Alberti.

Santa Maria Novella en Florencia, obra de Leone Battista Alberti. Algunas reminiscencias del Renacimiento, como la simetría de la composición, el uso de franjas y el óculo central pueden ser observadas en la obra de Botta. Foto C. Zeballos

El museo es un edificio meramente horizontal, asentado en el terreno, en contraste con los rascacielos que lo rodean que son meramente verticales, en busca del cielo. Además el edificio contrasta con las fachadas vidriadas de sus vecinos, mostrando una cara masiva e introvertida.

De esquema geométrico claro y simétrico, lenguaje postmodernista y minimalista, aunque con una precisa destreza en el manejo de los materiales. La ausencia de vanos le dan una imponencia como si de una fortaleza o un templo antiguo se tratara. El mensaje es solidez, fuerza, y hasta cierto punto monumentalidad. Desde otro punto de vista, estos mismos atributos le han merecido críticas, describiendo al edificio como pesado y simétrico.

Masividad y retranqueo de volúmenes en contraste con la verticalidad de los edificios colindantes. Foto C. Zeballos

Sin embargo, es difícil no rendirse ante la magnífica orquestación de elementos compositivos, la claridad de la geometría, la riqueza en el manejo de los detalles y materiales así como de la luz inmaterial.

Riqueza de texturas, luz y sombra en la fachada lateral del museo.

Detalle de las texturas del museo. Foto cortesía Olvid head

Es una estructura de acero recubierta de paneles de concreto prefabricado recubiertos ladrillo, lo que crea interesantes patrones de sombra en la superficie del edificio.

Foto cortesía de my bloody self

El elemento más llamativo de la composición es sin duda el cilindro cortado en diagonal, decorado con estrías de granito gris y negro, contrastando con la superficie de ladrillo.

Detalle del cilindro central trabajado con estrías de granito gris y negro. El lucernario está diseñado como una trama en diagonal.
Foto cortesía de BD 9000


Originalmente el cilindro había sido diseñado con árboles en su cénit, a la manera de la Catedral de Evry, que fue contemporánea al museo.

Vista de la catedral de Evry, Francia. El museo de San Francisco originalmente era coronado por árboles. Foto cortesía de Drift Words

Las estrías son también repetidas varias veces en el edificio, ya sea en as columnas, del ingreso, el tratamiento de pisos y detalles interiores.

Detalle del atrio principal y el tratamiento estriado de los pisos. Foto cortesía de J. Simplina

Este tratamiento evoca el de algunos algunos edificios del renacimiento.

Torre de la catedral de Siena, Italia. Foto C. Zeballos

El eje central de la composición simétrica es recalcado por una fina incisión que se practica transversalmente al edificio, que nace en el cilindro hasta llegar a la entrada al museo.

Detalle del cilindro. La fina ventana vertical que nace en el cilindro general aquí una entrada a la azotea. Dicha fractura continuará luego en la fachada hasta la entrada al museo. Foto cortesía de Tiger Lylie

LA ORGANIZACION ESPACIAL

"En los museos, el reto real consiste en descubrir el balance perfecto donde la arquitectura y el arte se enriquecen uno al otro" decía Botta.

El edificio se organiza alrededor de un atrio central, que, aislado del exterior, se halla rodeado por galerías y otros espacios.

Al ingresar, el visitante es recibido por el magno espacio del atrio. Foto cortesía de schipull

Detalle del atrio de ingreso. Foto cortesía de J. Simplina

Mientras las galerías se extienden horizontalmente, confinadas dentro de las masivas paredes del edificio, la escalera bajo el óculo y el espacio que la rodea es un componente meramente vertical que vincula los pisos horizontales.

Sección transversal del museo. Imagen cortesía de Mario Botta Arquitectos

El juego de luz y sombra proveniente del lucernario se superpone con la geometría cartesiana de las escaleras.

Detalle interior de las escaleras bajo el óculo. Foto cortesía de J. Simplina

En el primer nivel el arquitecto organiza varias funciones como una librería, cafetería y auditorio al rededor de una piazza interior. Además se incluye un auditorio y otros servicios generales. Una escalera monumental ubicada debajo del óculo de luz interconect el atrio con los niveles superiores.
En el segundo nivel se encuentra la galería de exposición permanente en una serie de espacios iluminados desde el techoi por luz natural. En la exposición permanente se incluyen trabajos de Paul Klee, Jackson Pollock, Marcel Duchamp, Henri Matisse entre otros.

El tercer nivel alberga fotografías, entre las que destacan las de Richard Barnes, y trabajos en papel.

Los últimos dos pisos, de mayor altura, están destinados a exhibiciones temporales así como a objetos a gran escala de la exhibición permanente.

EL MANEJO DE LA LUZ

Muchos grandes maestros han utilizado la luz natural como elemento básico en la concepción de sus museos, entre ellos Meier, Pei y por supuesto Ando. Igualmente Botta hecha mano a una serie de recursos lumínicos para establecer una atmósfera agradable en el interior del SFMOMA. De hecho, para encontrar una referencia más directa, el uso de la luz natural por Botta es clara influencia de su maestro Kahn.

Juego de luz y sombra, un elemento recurrente en la obra de Botta.

Para lograr la iluminación de las galerías, las terrazas se retanquean para facilitar el ingreso de la luz a través de lucernarios.

Vista interior de una de las galerías y el detalle de la iluminación cenital. Foto cortesía de Pino Musi.
Sección de las galerías.

Pero por supuesto, el elemento lumínico principal proviene del cilindro, permite el ingreso de una cascada de luz hacia el atrio central y las galerías colindantes,

Detalle del lucernario principal, cuya trama metálica produce interesantes de luz y sombra efectos a lo largo del día. Foto cortesía de SFMOMA

Esta farola es el elemento compositivo más conspicuo del edificio y se transforma en una gran ventana hacia la ciudad. Es una fuente de luz al interio del museo durante el día y un faro hacia la ciudad durante la noche.

El SFMOMA es una linterna durante la noche. Foto desde Yerba Buena Gardens cortesía de kumasawa.

Otro interesante detalle es la inclusión de un fino puente metálico que cruza el espacio vacío y que, como un contraste entre lo material y lo etéreo, da al visitante la sensación de estar flotando en esta nave de luz.

Detalle del puente metálico sobre las escaleras y bajo el óculo. Foto cortesía de J. Simplina

Mario Botta, tal vez injustamente, no goza de la popularidad de hace 12 años. Los medios no dan hoy la cobertura a sus obras como lo hacían antaño. Sin embargo, el Museo de Arte en San Francisco sigue llenándose de gente como cuando se el museo se inagurara en 1995, tanto que se le ha encargado una ampliación del mismo. "El arquitecto trabaja en el territorio de la memoria", decía Botta al cumplirse los 10 años del SFMOMA. definitivamente este museo ha logrado convertirse en parte de la memoria colectiva de San Francisco.

Satisfecho Mario Botta recorre su obra a los 10 años de su inauguración.

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