09 noviembre, 2009

BERLÍN Y EL MURO, 20 AÑOS: UNA VISIÓN ARQUITECTÓNICA

La Puerta de Brandemburgo en tiempos del muro.

El mundo conmemora hoy los 20 años de la caída del muro de Berlín. Obviamente, este hecho merece ser analizado desde sus implicancias políticas y económicas (el fin de la Guerra Fría, la caída del comunismo, el desmoronamiento de la Unión Soviética, el inicio de la globalización, el impulso a la Unión Europea, etc). Sin embargo, en el presente post quisiera esbozar algunas consideraciones acerca de lo que significó para Berlín esta separación desde el punto de vista espacial urbano y de la evolución en el diseño y la construcción de la muralla. En su paisaje urbano pueden verse aún muchas cicatrices de aquella dolorosa fractura.
Complementariamente,en las siguientes dos entregas de Mi Moleskine Arquitectónico mostraré sendos exitosos ejemplos del escabroso y a la vez entusiasta proceso de reunificación de esta ciudad: las Galerías Lafayette en la Friederichstrasse y el desarrollo en Potsdamer Platz. Porque Berlín después del muro es también uno de los ejemplos más interesantes a nivel mundial de regeneración urbana a gran escala.




BERLÍN ANTES DEL MURO

Resulta paradójico que Berlín iniciara sus días como una ciudad amurallada, durante el medioevo (1237). Era, sin embargo, una muralla inclusiva, cuyo fin era proteger a la ciudad de los ataques externos y que ofrecía (como en la mayoría de ciudades amuralladas de la época), un sentido de identidad y seguridad a sus habitantes.
 

En el siglo XVII se construyeron dos distritos adicionales, cuyas tramas ordenadas se distinguen del laberinto medieval: Friedrichstadt, al suroeste y Dorotheenstadt al noroeste. La calle Friedrichstrasse se convirtió en una vía conectora principal entre ambos sectores.

En 1734-36, cuando la ciudad se expandió hacia Friedrichstadt, se hizo una nueva muralla, marcada por grandes puertas. La más monumental de ellas, la Puerta de Brandemburgo (1788-91) fue construida como una gran entrada a la ciudad, enmarcando el soberbio bulevar Unter den Linden, perpendicular a la Friedrichstrasse, y el cruce entre ambas vías se convirtió en uno de los nodos más importantes de Berlín, representando el auge de la Prusia de entonces.

Bulevar Unted den Linden en 1691, casi 150 años antes que los que Haussmann hiciera en París. Fuente Wikipedia.


Aquella importancia comercial no disminuyó con los años. En 1882 se inauguró la estación de Friedrichstrasse, una obra maestra de la arquitectura de hierro, que por entonces simbolizaba el progreso industrial y la modernidad.

Estación de Friedrichstrasse en 1900s

Unter den Liden, 1907

En décadas subsiguientes se añadieron más de 30 cines, y esta vía se convirtió en el centro de producción cinematográfica de Alemania.


Cruce de Unter den Liden y Friedrichstrasse en 1913

En los años 20 el paisaje urbano se modernizaba, dando cuenta de la proclividad vanguardista berlinesa.


Izquierda: edificio de Mendelsohn en Friedrichstrasse. A la derecha Unter den Linden en los años 20s.

Uno de estos edificios es esta joyita, un edificio de oficinas obra de Erich Mendelsohn, que encontré cerca de la Friedrichstrasse.


Al inicio de los años 30, tras ascender Hitler del poder, los comerciantes y empresarios judíos que vivían en la zona fueron removidos por la fuerza. Unter den Linden fue decorada como un monumental paseo, flanqueado por águilas imperiales y esvásticas nazis (aún así, Hitler odiaba Berlín y planeaba fundar una nueva capital, Germania, un plan que fue abandonado al estallar la guerra).


Posteriormente, entre 1944-45, el bombardeo aliado (británico, norteamericano y especialmente soviético) devastó Berlín, que fue ocupada por los rusos en abril de 1945.Tras la capitulación germana, Alemania fue dividida en 4 partes: británica, francesa, norteamericana y soviética (otros países sufrieron similar suerte: Corea y Vietnam fueron divididos en partes comunistas y democráticas. Japón se salvó por poco). En 1949 el lado este se convirtió en la República Democrática Alemana y el oeste en la República Federal Alemana.
Berlín, la joya de la corona, se encontraba en lo profundo de Alemania del este, cerca de Polonia, pero fue también dividida en 4 partes por los aliados. Los soviéticos tenían la parte más grande, aproximadamente el 40% de la ciudad y el 30% de su población (1.2 de un total de 4 millones de habitantes).


División de Alemania y de Berlín por los aliados


El lado Este contenía los edificios más importantes: la municipalidad, la Puerta de Brandemburgo, la universidad, la biblioteca nacional, museos, la catedral, el teatro nacional. Sin embargo, los habitantes podían circular libremente, y servicios como los trenes y el correo funcionaban tranquilamente a ambos lados de la ciudad.
 

Berlín en 1949, aún con grandes áreas destruidas por los bombardeos.


EL PRIMER MURO

Numerosas crisis antecedieron a la construcción del muro, como el bloqueo soviético de Berlín Occidental en 1948 o la revuelta de obreros en Alemania del Este en 1953. Pero a pesar de la tensión se hablaba de una sola ciudad, virtualmente dividida en dos sectores, este y oeste. Debe haber sido extraño, sin embargo, en aquellas épocas de tensión en la guerra fría, el cruzar una calle y entrar a otro país, a otra sociedad, a otro mundo.

La presencia de una isla "occidental" en medio del país germano oriental resultaba incómoda para el gobierno comunista como para sus "camaradas" soviéticos. Era una especie de "cáncer capitalista", que interfería con su modelo de sociedad y sus fines políticos. A ello se sumaba la fuga en masa de talentos que fugaba hacia Alemania Occidental: en una década 2.5 millones de alemanes orientales, mayormente técnicos y profesionales formados en ese país, salían para Berlín del Oeste y nunca volvían a casa.


Desde el punto de vista de Alemania del Este, la construcción del muro era la única alternativa para contener eficazmente este éxodo. Aún así, nadie en Occidente anticipó una movida de tal naturaleza.

La medianoche del 13 de agosto de 1961 se inició el sorpresivo alambrado de la ciudad, montado sobre postes de concreto. La respuesta de occidente no pasó de un enérgico reclamo y el punto más tenso de la crisis se dio el 27 de octubre de 1961, cuando tanques norteamericanos se estacionaron frente a frente en el Punto de control C (Checkpoint “Charlie”), ubicado sobre la Friederichstrasse. El mundo sería otro hoy si a alguno de ambos frentes se le hubiera escapado un tiro.
 
Alta tensión en Checkpoint Charlie, 27 de octubre de 1961.

Pero Kennedy no quería una guerra, especialmente cuando el poderío militar del bloque comunista cuadruplicaba el de las potencias occidentales. Con esta anuencia entonces se inició la construcción de la primera generación del muro de Berlín.



Este primer muro se construyó con todo lo que hubiera a mano en la ciudad, aún repleta de escombros tras los bombardeos. La división fue tan brutal, ciega y represiva que no respetó edificios, iglesias, bulevares, parques, líneas de ferrocarril, puentes y todo lo que tuviera en frente. Pero lo más doloroso es que dividió familias, amigos, vecinos, padres de hijos, a los que incluso se les prohibía saludar a lo lejos a sus parientes en el oeste.


Puerta de Brandemburgo con el muro.

Uno de los casos más tristemente célebres es el de la calle Bernauer, donde se erigía un edificio de vivienda justo en el límite del muro. Como menciona el pastor Manfred Fischer, la gente viviendo al interior del edificio que asomaba por la ventana tenía la cabeza en el lado oeste y los pies en el este. Poco después las ventanas en 87 edificios en la Bernauerstrasse fueron tapiadas. Posteriormente los edificios fueron demolidos para dar paso a la segunda generación del muro.




LA SEGUNDA GENERACIÓN DEL MURO

El primer muro de Berlín probó ser ineficiente en su intento de controlar los intentos de escape de la gente. Era relativamente fácil pasar por encima o debajo (ni siquiera tenía cimientos), o hasta destruirla embistiendo algún camión contra él.

En 1963 la segunda generación del muro se edificó tirando la antigua improvisada pared y reemplazándola por una serie de bloques de concreto apilados horizontalmente, de manera que pudieran resistir el embate de vehículos. Para 1965 el diseño del muro de Berlín evolucionó en un sofisticado sistema, que consistía en dos tapias de concreto de 3 a 4 metros de altura coronadas con alambre de púas, separadas entre 30 a 40 m entre sí.
 
El cuadrado rojo corresponde a Checkpoint Charlie. La línea roja y azul definen la franja de la muerte. Friedichstrasse es cortada perpendicularmente por el muro.

Entre ellas se hallaba la franja de la muerte: una malla metálica adicional con alambre de púas equipada con alarmas, una zona de minas terrestres, ametralladoras y, para los que pensaban escapar en vehículo, barreras antitanque hechas de rieles y diques. El terreno era periódicamente rociado con químicos para evitar que crezca hierba.



Numerosas torres de vigilancia y búnqueres de concreto completaban el sistema. Las condiciones en estas últimas eran muy duras: sin baños, calefacción o cocinas.

TERCERA GENERACIÓN DEL MURO

Fue construida en 1968 basándose en bloques de concreto armado, entrelazados con vigas de acero, sobre los que se pusieron alambres de púas. Se añadieron también equipos de escucha subterránea que pudieran detectar túneles subterráneos y se minaron los desagües.



CUARTA GENERACIÓN DEL MURO

En 1975 se ideó una forma de hacer el muro más eficiente, pero añadiendo un efecto "estético" que disminuyera la imagen de campo de concentración que tenía el cerco. Para ello se instalaron 45,000 bloques de concreto en forma de L, resistentes a la intemperie y la contaminación, que reeplazaron las antiguas paredes.


Cada bloque tenía 1.2 m de ancho por 3.6 m de alto. La base de la L se extendía 1.8 m para resistir posibles embates. En el tope de los muros se retiró el espantoso alambre de púas para reemplazarlo por una sección tubular de concreto, similar a un tubo de desagüe.



Además como parte del maquillaje estético se removieron las ametralladoras y las barras antitanque.

A fin de poder contrastar mejor posibles fugitivos las paredes fueron blanqueadas, lo que en Berlín Oeste se convirtió en una irresistible y prolífica fuente de graffiti.



LA CAÍDA

Al cumplirse los 25 años del muro en 1986 se hicieron planes para crear un muro con la última tecnología disponible: microondas, sensores electrónicos y de calor.


Pero para entonces el suelo político se sacudía bajo su base. A la Perestroika de Gorbachov siguió la independencia de hungría, que se convirtió en una puerta de escape para cientos de miles de alemanes que fugaban a través de Checoslovaquia. Cuando el borde checo se cerró Alemania del este se conmocionaba con millares de gente protestando, demandando libertades y el fin de la opresión. El gobierno comunista se caía a pedazos.

El 9 de noviembre de 1989 se declaró la libertad de tránsito entre Berlín del Este y el Oeste. Fue todo tan rápido que no lo podíamos creer. Miles de berlineses se lanzaron a demoler las paredes, o tal vez a quedarse con un pedazo de ellas.

En poco tiempo la muralla fue destruida, aunque quedan algunos tramos como muestra del horror y la opresión y el horror de aquellos años.


Muchos berlineses ayudaron a echar abajo el muro. Solo queda una huella marcando su antiguo trayecto.



Las siguientes fotos las tomé en el tramo que está al lado de otro escenario horrorifico: los restos del cuartel de la Gestapo. Esta zona se ha llamado Topografía del Terror.







Mientras tanto, Checkpoint Charlie se ha convertido en un museo, y en la Friedrichstrasse puede verse la caseta de control , con la foto de un soldado soviético hacia un lado y de uno americano al otro.


 

A partir de 1990, mientras amigos y familias se reencontraban, quedaba la gran tarea de unir dos pedazos de ciudad, que durante 28 años habían evolucionado de forma diferente. Tal como en muchos otros países del bloque comunista, la arquitectura moderna, en su variante más funcionalista e impersonal, había contribuido crear un paisaje taciturno y anodino, a cercenar rasgos de personalidad e individualidad entre sus habitantes. Muchos de estos bloques fueron demolidos, reciclados hasta crear paisajes irreconociblemente vivaces. Sobre ellos trataremos las próximas entradas.




Vientos de Cambio, por Scorpions, una canción representativa de aquella época.


VER TAMBIÉN


- BERLÍN Y EL MURO


- MURALLAS Y DIVISIONES



Foto cortesía de Mr. Glen

15 comentarios:

arq. Martín Lisnovsky dijo...

Muy Buen Informe. Muchos Aplausos, Carlos!!! Me parece que a esta altura "Mi Moleskine Arq" se merece un libro compilatorio (o varios...)
Un Abrazo

Aldo Facho Dede dijo...

Impecable querido amigo, como siempre.
¡Felicitaciones!
Un fuerte abrazo,
Aldo

Anónimo dijo...

Hola Carlos, hace un tiempo decubri su blog y sencillamente me parece increible, un paraiso para un estudiante de arquitectura lleno de curiosidad, me parece que en cada entrada haces un trabajo magnifico, y como comentan por aqui... esto se merece ser plasmado en un libro.
Por otra parte, la ultima clase de urbanismo, a tratado de Berlin y tenia que buscar el plano de la berlin amurallada, asi que muchas gracias.
Un saludo desde Barcelona

Montse - Asturies dijo...

Fantastico post, espero leer la continuación.
Saludos.

Carlos Zeballos dijo...

Amigos:
Muchas gracias por sus palabras, realmente emocionan y motivan. Hay ocasiones en la fábrica urbana, más allá de un determinado estilo, tiene que ver con la felicidad, libertad y hasta la vida (o la falta de éstas) de las personas. El muro fue una de construcciones horrorosas.
Espero que las siguientes entradas me salgan más optimistas.
¿Un libro? Hummm es una buena idea, aunque habría que pensar de qué se trataría... y si alguien lo compraría, jaja... sugerencias son bienvenidas.
Un gran abrazo.

César Yáñez dijo...

Gracias por compartir estos apuntes con nosotros. Un abrazo y estare esperando la segunda parte.
César Yáñez

Carlos Zeballos dijo...

Muchas gracias mi querido César.. En la próxima entrada encontrarás una cara conocida.
Un saludo!

mundochurrillo dijo...

Inaugurar mi blog con un post sobre Berlín me ha permitido conocer el tuyo, donde se mezclan dos de mis temas preferidos. El descubrimiento de lugares nuevos y la arquitectura, que es algo que me apasiona desde el punto de vista de un profano en el tema. Seguiré este blog, sin duda.

Carlos Zeballos dijo...

Mundochurrillo
Felicitaciones por el post y bienvenido a la blogósfera.
Por lo que leo me doy cuenta que hay muchísimas cosas que me faltaron ver... habrá que volver algún día.
Mucha suerte y nos seguimos leyendo.
Un saludo

Begoña dijo...

Carlitos, interesantísima esta serie sobre Berlín. Y, a propósito de éste post, una persona que estuvo destinada en la Embajada de España en esas fechas me comentó cómo fueron momentos de mucha emoción -"todo el mundo se abrazaba y lloraba,nunca me abrazaron tantos desconocidos"-y de mucha tensión -"se esperaba una reacción del bloque soviético: misiles, atentados..."-. El derribo estaba programado y fué algo "oficial", aunque hubo ciudadanos que contibuyeron con sus piquetas como todos sabemos, "fueron dos dias de celebraciones en la calle y grandes borracheras de cerveza...al estilo alemán" Todos estos comentarios me los fué haciendo al hilo de tu post: ¡Gracias!

Carlos Zeballos dijo...

Así es amiga... me has hecho recordar una canción de aquella época, Vientos de cambio, de Scorpions. He subido la canción al post.
Como se diría en japonés, cuando ves o escuchas algo después de tiempo, Natukashii!

Alfro dijo...

y cada vez siguen creciendo los muros en las fronteras es patético! mexico hace unos años y ahora palestina.

Liposuccion dijo...

Me encanta toda la historia del muro!

Realmente son imagenes hermosas..Te felicito por el post!
Que lindo estar alli!

Uno de mis mayores placeres es viajar

Carlos Zeballos dijo...

Muchas gracias.
Realmente es impresionante cómo ha cambiado el paisaje en 20 años
un saludo

viagra online dijo...

El muro de berlin sigue siendo uno de los simbolos más representativos de la cultura alemana!