30 noviembre, 2009

MUSEO NACIONAL DE COREA, SEÚL.


El nuevo Museo Nacional de Corea (del Sur, aunque la muestra trata de una sola Corea), en Seúl, es el museo más grande de Asia, y el sexto en el mundo. De su fascinante colección de más de 150,000 objetos sólo se muestran 11,000 a la vez. En cuanto al edificio,  inaugurado en el 2005, fue diseñado por el arquitecto surcoreano Chang-Il Kim de Junglim Architects & Engineers Ltd, ganador del respectivo concurso, y presenta un lenguaje contemporáneo, aunque inspirado en elementos de la arquitectura tradicional coreana.




UBICACIÓN

El Museo Nacional de Corea se fundó en 1945 en terrenos del Palacio Gyeonbokgung, aunque tiene antecedentes ya desde 1908, dos años antes de la ocupación japonesa en Corea (1910-45). El museo tuvo otras cuatro locaciones (incluyendo la aborrecida y ya demolida Casa del Gobiernador General Japonés).



A partir del 2005 la nueva sede del museo se estableció en el parque  Familiar de Yongsan. Yongsan es una enorme base militar norteamericana ubicada en Seúl. En 1992 se devolvió un área de 30 hectáreas con fines recreativos, que se convirtió en un enorme parque.



El emplazamiento del edificio e el terreno responde a antiguos patrones de la geomancia coreana:  montañas visibles en la parte posterior y un estanque de agua en la parte anterior del edificio corresponden a los elementos yin y yang (positivo y negativo, masculino y femenino). De hecho, unos 500 m al sur se encuentra el río Han.



El museo en el 2002, en plena construcción.


El museo en el 2009. Imágenes Google Earth.

Además, el edificio se ubica en la parte posterior del lote, enfrentando al sur, buscando balance y armonía según los principios del confucianismo. Esto permite el desarrollo de una plaza de acceso, en la cual se ha trabajado una aproximación del edificio lateralmente, salvando las diferencias topográficas del terreno.



EL PROYECTO

El museo está desarrollado como una gran barra lineal de 43 m de alto, 186 m de ancho y 404 m de longitud. esta barra recubierta en granito enmarca una plaza techada, cuyo cielorraso ha sido recubierto de una parrilla metálica que encierra instalaciones de iluminación y sonido. En realidad se trata de dos edificios diferentes vinculados por esta plaza: el ala este (que contiene las salas de exhibición y los depósitos) representa el pasado y el ala oeste (que alberga oficinas, áreas de exhibición especial, el Centro de Educación y el Museo de los Niños), simboliza el futuro.



Maqueta del conjunto. Vista delantera.


Vista posterior.

Según los proyectistas, la plaza abierta simboliza el espacio típico de la arquitectura tradicional coreana, llamado maru, de piso de madera y que servía para vincular varios ambientes.

Este gran pórtico urbano que enmarca la vista de la montaña Namsan, atrapa un enorme cono truncado de vidrio que sirve de ingreso al ala este del museo (Kisho Kurokawa también plantéo un cono como ingreso a su Centro Nacional de Arte en Tokio, pero la escala es totalmente diferente). Este cono, tiene una cobertura en forma de cono invertido (y que da la sensación de ser una nave espacial), que permite la iluminación indirecta al espacio.



Fachada posterior, mostrando el cono de ingreso.

El dinámico espacio cónico define un enorme salón de recepción, que además de su porte monumental, distribuye a otros ambientes como boletería, cafetería, librería, etc., y al que balconean algunos ambientes de las galerías.






A partir de ahí una oblonga nave rectangular vertebra las dos  alas de exhibición. Este espacio, cuya iluminación estudiada conversa con el suave matiz del mármol color beige que recubre el interior del edificio.




Este lobby alberga dos impresionantes monumentos: una columna de piedra cuya base es una tortuga y la Pagoda Gyeongcheonsa (1348), de diez pisos, también hecha de piedra.





A ambos costados se ubican las galerías, organizadas en tres niveles y vinculadas por puentes.


En el primer nivel se halla la muestra histórica, que abarca diversos objetos de arte coreano, que datan desde el Paleolítico y que recorren miles de años de la historia coreana. Particularmente notables son el área del Neolítico y el Salón dedicado al reino Silla, al cual nos referimos anteriormente en este blog.




En el segundo y tercer nivel están las muestras de Bellas Artes, incluyendo además colecciones de otros países de Asia, como China, India, Japón, Vietnam, Tailandia, etc.




Uno de los objetos que más llamó mi atención fue esta imagen de este Buda proveniente de Pakistán (antes India). Esta es una de las representaciones más antiguas de Buda, cuando la cultura india entró en contacto con la griega a través de Alejandro Magno (antes de eso las representaciones de Buda eran prohibidas). Por eso Buda aparece aquí con rasgos occidentales. Compárese con otros Budas de épocas posteriores (mostrados en este mismo post), de rasgos típicamente asiáticos.


Hacia el oeste se encuentran instalaciones complementarias del museo. El museo de los Niños también presenta una pequeña plaza circular interior iluminada cenitalmente por un lucernario.





Algunos de los recursos utilzados en el vocabulario del edificio, me recuerdan a los de Richard Meier, particularmente el Centro Getty: el manejo de los planos, la secuencia espacial, la superposición de geometrías curvas y rectas, etc.



Además del museo infantil, se encuentra aquí un auditorio, un teatro, un Centro de Educación, Biblioteca y otros equipamientos relacionados con la educación, que suman un área de casi 15,000 m2, en comparación con los 27,000 m2 del área de exhibición.

En cuanto al exterior, ha sido trabajado extensivamente siguiendo los patrones clásicos del paisajismo coreano, incluyendo cascadas, cursos de agua y áreas verdes que buscan expresar, según los autores, un concepto de armonía entre el edificio y la naturaleza.



VER TAMBIÉN:
- MUSEOS DE HISTORIA


Junto a Oki, Tomohiko y Chris. Es interesante visitar un museo junto a tres arqueólogos, y supongo que para ellos también llevar a un arquitecto. Así, el interés en la visita adquiere un equilibrio entre el contenido y el continente.

4 comentarios:

juan diez del corral dijo...

Es comprensible el odio de los ocupados a la arquitectura de los ocupantes pero la arquitectura colonial le da mil vueltas a la actual. Una pena por tanto la desaparición de la Casa del Gobernador japonés. Separar los significados arquitectónicos de los políticos no es tarea fácil pero por no hacerlo se ha perdido un gran patrimonio arquitectónico. Pensémoslo de otro modo: el actual museo que nos traes aquí (tan bien documentado como siempre en tí) ¿no es fruto acaso de otro tipo de nuevo colonialismo, el de la no-arquitectura acrítica y global? Desde España se ve mucho mejor en Seul la arquitectura ecléctica pero ordenada del XIX que los tics de Meier. La arquitectura con escultura intermedia que la humanice que no esos fríos y desescalados paramentos de mármol del más caro. Y sobre todo para ver piezas de arqueología.
Un cordial saludo.

Carlos Zeballos dijo...

Hola Juan, gracias por tu comentario, tan interesante como siempre.
Sobre el edificio colonial (que no se ubicaba en el lugar de este museo), fue aborrecido no por su arquitectura sino por lo que representaba. La dominación japonesa en Corea fue brutal y abusiva, y a ella se debió entre otras cosas que el país se cercene en dos, no sin antes haber sido devastado en una guerra absurda y dolorosa. Por eso el sentimiento anti-nipón está presente aún hoy en muchos sectores.
Por supuesto, la arquitectura no tiene culpa en ello, y coincido contigo que aquél conjunto debió haber sido preservado, como muchos otros ejemplos de arquitectura colonial japonesa, no sólo en Corea, sino también en Taiwán.
Un abrazo, es siempre un gusto leerte

Begoña dijo...

Carlos, fué una enorme suerte ver el museo junto a unos arqueólogos ¡qué piezas tan increibles las de las fotos!...cuando quieras amplías el post. Muchas gracias desde España, cuídate mucho.

Carlos Zeballos dijo...

Gam sa ham ni da! Realmente espectacular la muestra, la riqueza histórica de Corea es impresionante, a pesar de haber sido relativamente pequeña. Durante le época de Silla muchos coreanos emigraron a un primitivo japón, e impresionaron a los locales con su desarrollo cultural.
Besos
(a propósito, he tenido que activar la verificación de palabra en los comentarios debido a una ola de spam... mil disculpas por las molestias)