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29 julio, 2011

CHAN CHAN: EL PALACIO CENTRAL (TSCHUDI)


En la anterior entrega comentamos las características generales de la ciudad de Chan Chan, la impresionante capital del reino Chimor, así como sus referencias al paisaje físico y mental. Dentro del conjunto de Chan Chan, visitamos el Palacio de Tschudi (construido aproximadamente en 1400), probablemente el más conocido de todos los diez palacios de esta enorme ciudad de barro. La nueva denominación lo llama Palacio Nik An o Casa Central, ya que habría estado dedicada al dios del mar Ni, y de allí que su vasta decoración tenga preferentemente temas marinos. Las características de este palacio son un referente del resto de estructuras en la ciudad y probablemente constituyen uno de los más finos ejemplos de arquitectura Chimú.


ORGANIZACIÓN DEL COMPLEJO TSCHUDI


La organización espacial del Palacio da evidencia de una clara jerarquía social que se traduce en una concatenación de plazas y recintos que cumplían funciones administrativas y ceremoniales.
Existen 3 sectores: la zona sur, formada por una estructura en U que rodea una gran plaza, la zona central, organizada en torno a una segunda plaza y la zona sur, cerca a una gran poza de agua.

ZONA NORTE


Ingreso

Al aproximarnos al complejo, destaca la altura de la muralla de unos 10 m, hecha de ladrillos de adobe y de sección trapezoidal (a juzgar por otros muros la pared debe tener un ancho de 1 metro en su base). En todas las paredes de Chan Chan existe un zócalo de unos 50 cm de alto.


El ingreso en sí es muy simple; no hay un pórtico u elemento horizontal sino simplemente se ha jerarquizado la entrada por la interrupción de las paredes, acentuando su escala vertical, un recurso común en otras áreas importantes del palacio. Tras ingresar, una doble muralla define una angosta y alargada antesala, que acentúa el efecto sorpresa que tendrá el visitante al aproximarse a la Gran Plaza.


Plaza Principal

Un amplio espacio rectangular de 65 x 75 metros, seco, sobrio, casi ciego, sugiere la imponencia de las ceremonias aquí realizadas. La escala de la plaza es impresionante y su minimalismo actual contrasta con el colorido que habría tenido al realizarse aquí pomposas ceremonias. Pienso que el gran tamaño de las plazas precolombinas (como las de Chan Chan y la plaza hundida en el templo de Quetzalcoatl, en Teotihuacan, por ejemplo) fueron un factor que influyó en que las plazas de las ciudades coloniales americanas sean sustancialmente más grandes que las de las urbes españolas.

Este espacio fue dedicado a la celebración de ceremonias, entre ellas el culto de los ancestros. En la terraza con rampa se ubicaba el señor Chimo y los sacerdotes y fue el lugar sagrado. Por las otras entradas ingresaban a la plaza la gente que iba a participar en la ceremonia: sacerdotes de menor rango, músicos y cantores de los atuendos y el brillo de los metales glorificaban a los dioses chimús.


A lo largo de todo el recinto se pueden apreciar unos relieves artísticos que adornan la plaza y que están dispuestos en un cuerpo medio conformando una textura de líneas horizontales y en la parte inferior una friso que contiene una secuencia de animales estilizados, que según algunos especialistas, podrían representar nutrias o ardillas en periodo de reproducción, que simbolizan fertilidad.


Corredor de Peces y Aves

Saliendo de la plaza, pasamos por un corredor que incluye relieves de pelícanos y peces estilizados.


Por medio de este corredor los señores chimús se desplazaban desde la Plaza Principal hasta las audiencias o templetes. En un principio el corredor tuvo cubierta y fue decorado con pelícanos y diseños escalonados que incluyen peces en movimiento. Las aves estuvieron pintadas de amarillo y negro.

El patrón del diseño de los peces sugiere la forma escalonada de la chakana (de la cual hablaré más adelante) un diseño geométrico que interrumpe la trama horizontal que sirve de fondo y que acompañan el recorrido del visitante con dinamismo pero dentro de un claro orden geométrico. ¿Simbolizarían, ríos, olas, o alguna conexión metafísica entre el mundo marino y el terrestre?

ZONA CENTRAL


Sala del Altarcillo

El patio hundido ceremonial era la antesala de la entrada a las audiencias o pequeños templos que conducían a la Plaza Principal o al Corredor de los Peces y Aves. El tráfico circulaba por rampas y galerías altas que tenían un techo soportado por columnas. Todas las paredes estaban decoradas por representaciones de redes en relieve y estaban pintadas de blanco.


El motivo romboidal o en diamante es característico de Chan Chan y representa las redes de pescar, enfatizando una vez más el simbólico vínculo de los habitantes de esta ciudad con el mar que les daba parte primordial de su sustento.”


Audiencias o templetes


Son espacios dedicados al culto y también a la recepción de ofrendas o tributos a las divinidades. Dentro de cada espacio hubo una construcción en forma de “U”, con nichos que contenían ídolos de madera. La rica decoración (aves, cruces escalonadas, círculos, redes, etc.) da testimonio de la sacralidad de los templetes, donde las ceremonias estuvieron a cargo de oficiantes.

Estas audiencias, cuyas paredes tenían 3 metros de altura y cuya planta era en forma de U, eran las oficinas administrativas de la élite chimú. Destaca nuevamente el tema de la composición en forma de diamante que descansa sobre un zócalo con figuras de pelícanos o figuras geométricas.


Imagino que además de haber sido decorativo, el tema de las formas en diamante habría servido como ventilación de estos ambientes, particularmente en el tórrido verano trujillano, relativamente cercano a la línea ecuatorial. Esta debió haber sido una zona especial, donde habitaban los sacerdotes cada una de las audiencias finamente decorada por bellas mantas y motivos de oro, plata y cerámica.


Chakana

La chakana o cruz andina es un símbolo mágico religioso y es una representación de los tres mundos: el de arriba, el de los hombres y el mundo de abajo. Este es un símbolo frecuente en toda la iconografía peruana precolombina, en este blog hemos mencionado ejemplos de chakanas incas encontradas en Ollantaytambo y Písac.


Huachaque o Pozo ceremonial

Tras escavar 6-7 metros, los chimús encontraban agua proveniente de las napas freáticas y la almacenaban en este estanque (de allí que no necesitaban estar al lado de un río).


Este impresionante pozo era el escenario de ceremonias dedicadas al agua y al culto a la fertilidad. En una fase temprana el pozo ceremonial estaba orientado hacia el sur. Luego, la parte norte fue enterrada y el pozo fue ampliado en su lado oeste y en la dirección hacia el mar. En la parte sur los chimú construyeron un amplia terraza posiblemente designada para funciones religiosas. Luego del abandono de Chan Chan, los sobrevivientes realizaban entierros y ofrecimientos a los dioses.


ZONA SUR


Recinto funerario

Es el recinto más importante y sacralizado del palacio, pues allí se ubicó la tumba del señor Chimo, en el centro de una gran plataforma funeraria y rodeada por 44 tumbas secundarias. Allí se colocó su ajuar funerario consistente en concubinas, oficiantes y muchos bienes que acompañaron al señor a la otra vida.


La cámara mortuoria estaba construida en forma de T y algunos investigadores sugieren que la forma en T de las tumbas habría mostrado una especie de linaje común, ya que es un símbolo que se remontaba al líder fundador Taycanamo. Al morir, el nuevo monarca creaba su propio palacio.

***

Chan Chan, y en particular el Palacio Tshudi o Casa Central, son un interesante ejemplo de adaptación de la arquitectura antigua a su entorno y su paisaje, tanto por el material con que ha sido construido como por sus múltiples referencias simbólicas hacia su medio marino. Es también un elaborado ejemplo de urbanismo precolombino, trazado ordenada y geométicamente , así como una muestra de integración plástica, logrando un armónico diálogo entre planificación urbana, arquitectura y arte.


VER TAMBIÉN
- ARQUITECTURA MOCHE

- ARQUITECTURA TRADICIONAL EN EL DESIERTO
Junto a nuestra amable guía en el Palacio Tschudi, Chan Chan

25 julio, 2011

CHAN CHAN, LA CIUDAD DE BARRO MÁS GRANDE DEL MUNDO

Foto cortesía de pirindao

A menudo, cuando se habla de arquitectura y urbanismo precolombinos en Sudamérica se evoca únicamente la imagen de Machu Picchu. Sin embargo, Chan Chan, la capital del imperio Chimor, fue la ciudad más grande de América Prehispánica -y de hecho la más grande hecha de barro en el mundo- y antecede en varios siglos a la ciudadela de los incas. Ubicada en el desierto costeño del norte peruano, Chan Chan manifiesta en su planificado y racional urbanismo, en la monumentalidad de sus espacios, en la solemnidad de sus muros y en la riqueza abstracta de sus decorados, una manera muy diferente de entender la arquitectura, la ciudad y el territorio de la que tenían los incas . Por estas razones Chan Chan ha sido considerada Patrimonio Mundial por la UNESCO aunque también ha sido incluida en la lista de patrimonio en riesgo.

The ravages of time. Foto cortesía de now and here.

ANTECEDENTES

Los siglos II al VIII habían visto el desarrollo de importantes culturas, como la Moche, cuyas impresionantes pirámides o huacas hechas de adobe dominaron el desértico paisaje de las costas al norte del Perú. Tras el colapso de los Moche, una nueva cultura heredó algunas de sus características a partir de 850: el reino Chimor o Chimú. Poco a poco, su influencia se extendió desde cerca al Ecuador por el norte hasta Lima por el sur, teniendo influencias de otras culturas contemporáneas, como Cajamarca y Wari.
Los chimús fueron diestros en el arte de la orfebrería, en la planificación de ciudades y en el desarrollo agrícola en áreas desérticas, cultivando un área mayor a la que se cosecha hoy en día.


A diferencia de los incas, que adoraban principalmente al sol, la principal divinidad de los chimús fue la luna y las estrellas, a quienes estudiaban para determinar sus ciclos agrícolas.
“…hacían cálculos anuales a través de las estrellas, más no a través de la luna o el sol; según ellos estas estrellas les proporcionaban alimento y hacían fructificar los sembrados. Observaban el tiempo en que las estrellas salían y determinaban que era en ese momento cuando el año se iniciaba”.
Crónica de Calancha, siglo XVII


El centro de este reino fue la ciudad de Chan Chan, en su época majestuosa e imponente a partir de 1150, pero que fuera destruida por los incas en su avance hacia el norte en 1470. El odio que los chimús tenían a los incas, así como la leyenda de Tacaymayo (el fundador mítico de Chan Chan que llegó del mar junto a sus huestes) fueron factores que facilitaron la tarea a los conquistadores españoles, que llegaron a estas costas 52 años después.


EMPLAZAMIENTO

"La Ciudad del Sol Radiante" (chan significa sol en idioma quignam y sus repetición indica un superlativo) debe su nombre al caluroso clima que se experimenta en las costas de Trujillo, al norte del Perú. Sin embargo, la ciudad se encuentra a 8 km del valle del río Moche, y llama la atención la distancia a este valle, históricamente cultivado por los moches y otras culturas. ¿Cuál es la razón de este emplazamiento?


El investigador Dr. Masato Sakai, en su libro "Reyes, Estrellas y Cerros en Chimor. El proceso de cambio de la organización espacial y temporal en Chan Chan", ensaya una interesante teoría, basándose en el detallado estudio de las estrellas, las cuales eran utilizadas por los chimús para calcular los ciclos agrícolas. Según Sakai, en Chan Chan se desarrolló un sistema de ceques parecidos a los del Cuzco (sistema de líneas sagradas que radiaban de la capital inca y se conectaban a huacas o elementos sagrados). "Éstos habrían utilizado un sistema de organización espacial de su ciudad como medio para acumular información"

El complejo de la ciudadela está compuesto por 10 sectores, cada uno desarrollado por un rey diferente, y por ende, si bien cada uno tiene una clara planificación, no se percibe un diseño integral de toda la ciudad, más allá de su orientación hacia el mar. Estos son, en orden de antigüedad: Chayhuac, Tello y Uhle, Laberinto, Gran Chimú, Squier, Velarde, Rivero, Bandelier y Tschudi.


Sakai parte de la ubicación de un observatorio hecho por el primer rey chimú en Chayhuac, equidistante y casi en ángulo recto con el Cerro Prieto y el Cerro Blanco (donde se encuentran las Huacas del Sol y de la Luna hechas por los mochicas), que a su vez coincidía con la salida de la estrella Sirio, identificada como antepasado de la clase alta. El gesto, además, significaba una continuidad entre las culturas chimú con sus antepasados, los mochicas.

Método para ubicar el sitio del observatorio, basado en Sakai, 1998. Hacer clic para ampliar.
“El observatorio habría sido el centro de la organización espacial de Chan Chan y desde allí se habrían determinado las posiciones de los mausoleos y de los templos. Se utilizaron dos sistemas: el “sistema de eje cerro” y el “sistema de eje del este”; al combinarse ambos, pueden relacionarse mediante equiángulos los templos, los mausoleos y las estrellas”.
“El segundo rey, utilizando el eje del este, construyó los templos estelares simétricamente en dirección a la salida de las estrellas. El tercer rey, creando un nuevo sistema, construyó su mausoleo en simetría con los templos estelares, utilizando como eje al Cerro Prieto”.
Los reyes sucesivos buscaron mantener la continuidad de sus ancestros.

Disposición de las estructuras creadas por el primer rey (izquierda) y segundo rey (derecha) y sus relaciones con elementos del paisaje y cuerpos celestes, por el Dr. Masato Sakai. En su libro "Reyes, Estrellas y Cerros en Chimor. El proceso de cambio de la organización espacial y temporal en Chan Chan", el autor realiza un pormenorizado estudio de las construcciones realizadas por los 10 reyes chimús.

Considero esta teoría muy interesante (y el libro altamente recomendable) pues pienso que da cuenta de una dimensión fundamental en la arquitectura prehispánica peruana: la profunda relación de los hechos arquitectónicos y urbanos con el paisaje y la cosmogonía que los rodeaba, expresada en referencias a estudios astronómicos relacionados con los ciclos de la agricultura.

ORGANIZACIÓN

Existen tres tipos de arquitectura: arquitectura monumental, conformada por ciudadelas que fueron residencia de la clase alta y a las huacas o templos; arquitectura intermedia, corresponde a construcciones de adobe donde vivieron los miembros de la baja nobleza y los curacas locales y arquitectura popular, es la más simple, ubicada en las afueras del complejo y asociada a construcciones de caña y barro utilizada por los artesanos, campesinos, trabajadores y pescadores.

Las ciudadelas se caracterizan por contar con tres tipos de estructuras: audiencias , almacenes y pozos. Las audiencias tenían forma de U y eran locales administrativos de la élite Chimú. Son las que cuentan también con mayor decoración.
Los almacenes, que al parecer no guardaron gran cantidad de alimentos, sino más bien productos especializados considerados un lujo.



MATERIAL: EL ADOBE
El adobe es un material hecho de barro mezclado con arena, cascajo y a veces fragmentos de cerámica, dispuesto sobre moldes y endurecido tras secarse al sol.

La presencia del adobe en Chan Chan, a diferencia de la piedra inca, se debe a una obvia disponibilidad de material en la desértica costa peruana, carente de piedra y madera en grandes cantidades. El adobe, además, tiene propiedades térmicas (fresco en verano y temperado en invierno) y un costo de producción relativamente bajo, aunque requiere un continuo mantenimiento, particularmente en una zona periódicamente afectada por las lluvias de El Niño.


Las ciudadelas fueron construidas usando muros de adobe sobre cimientos de piedra unidos con barro, más anchos en la base y angostos en la cima. Para construir pisos, rellenos de paredes, rampas y plataformas, se emplearon adobes rotos, junto con tierra, piedras y otros desechos. La madera se usó para hacer postes, columnas y dinteles. También se usó la caña el carrizo y la estera. Los techos fueron confeccionados entretejiendo atados de paja.



Algunas sensaciones, a veces contradictorias, emergen de la visita a Chan Chan. La amplitud de sus plazas ceremoniales, la estrechez de algunas de sus calles en comparación con la altura de sus muros y que pareciera estimular o limitar la circulación según el caso, la organización y secuencia de espacios y la rigurosa ortogonalidad y planeamiento de su trazo, orientado mayormente de norte a sur.


Probablemente el complejo más famoso es el Palacio Central o Tschudi. En la siguiente entrega compartiremos nuestras impresiones sobre algunas de sus más importantes características arquitectónicas. Hasta entonces.

VER TAMBIÉN
- ARQUITECTURA MOCHE

- ARQUITECTURA TRADICIONAL EN EL DESIERTO

30 julio, 2010

MUSEO TUMBAS DEL SEÑOR DE SIPÁN


El descubrimiento de la tumba del Señor de Sipán, gobernante de la cultura Mochica en Perú, es, junto con los Guerreros de Terracota en Xian, China, uno de los más importantes hallazgos arqueológicos delas últimas décadas. La portada del New York Times, entre las muchas publicaciones internacionales que le dedicaron artículos, resaltaba la frase “Hazte a un lado, Tut” en referencia a la famosa tumba egipcia de Tutankamón.


El Museo Tumbas Reales del Señor de Sipán, en Lambayeque, al norte del Perú, obra del arquitecto Celso Prado Pastor, muestra en detalle los contenidos de este hallazgo y es (lo digo sin chauvinismos) uno de los más emocionantes museos históricos que haya visitado, tanto por la extraordinaria calidad de la muestra que allí se expone, como por la museografía, que recrea la aventura de los arqueólogos que descubrieron el más importante tesoro funerario de las Américas.

Foto cortesía de Michael Tweddle

EL DESCUBRIMIENTO DEL SEÑOR DE SIPÁN

El prestigioso arqueólogo Dr. Walter Alva, entonces director del Museo Brüning en Chiclayo, fue informado de la recuperación de diversas joyas y artefactos de manos de saqueadores. Entre ellos se encontraban impresionantes piezas de oro de la cultura Moche que habían sido encontradas en la zona de Huaca Rajada, cerca de Sipán, al norte del Perú. Era 1987, y el Perú atravesaba por una dura crisis económica, además del azote del terrorismo. La limitada dotación policial no se daba abasto para controlar el saqueo constante de las tumbas. Entonces, con un poco de apoyo privado y mucho entusiasmo, Alva y un grupo de arqueólogos iniciaron excavaciones arqueológicas en la zona antes mencionada.


Imagino la emoción de este estoico equipo al encontrar la tumba intacta de un gran Señor Moche, el equivalente al Inca de esta cultura, ya que tenía poderes administrativos y religiosos. El monarca había sido enterrado con un impresionante atavío de joyas de oro y plata, pero además con sus esposas, un niño, dos llamas, un perro, un soldado (al que se le había amputado una pierna) y un vigía, dispuestos en sucesivas cámaras hechas de madera de algarrobo.


No solamente se encontró una tumba sino, posteriormente, un total de 18 esqueletos ataviados, que permitieron dar un nuevo enfoque al conocimiento que se tenía de la cultura Moche.

El siguiente vídeo da cuenta de este descubrimiento.


Luego de 1500 años los vestigios del monarca estaban bastante deteriorados, por lo que para su recuperación y restauración se contó con la cooperación alemana.


Mientras tanto, había que buscar un terreno para construir un museo apropiado que albergara semejante descubrimiento (no faltaron funcionarios que quisieron acondicionar edificios existentes, pero Alva insistió en que se llevara a cabo un museo ad hoc).


Museo Tumbas del Señor de Sipán durante su construcción. Foto cortesía de MTSS.


La cooperación suiza donó una quinta parte del presupuesto, pero al ser requeridos más fondos el restaurado Señor de Sipán inició un recorrido por Norteamérica, Asia y Europa, convirtiéndose en una exposición bastante concurrida durante su periplo. Finalmente el gobierno peruano completó la partida presupuestal y donó un terreno de 7 has. en l Lambayeque, pequeña ciudad que sin embargo cumplía las condiciones requeridas para acoger este equipamiento, y que sería beneficiaria del gran impacto que el museo supondría.

Junto al Dr. Walter Alva en Lambayeque. Sencillo y amable, a él le debemos tanto el descubrimiento de la tumba del Señor de Sipán, como la gestión y promoción del Museo de este patrimonio.

EMPLAZAMIENTO
El museo se ubica en la pequeña ciudad de Lambayeque, a 10 km de Chiclayo. Dada la generosidad del área del terreno el edificio se retira de la vía, lo cual favorece su contemplación.
Precisamente, el arquitecto se vale de los estacionamientos y de un amplio jardín de césped para establecer un ámbito espacial intermedio entre el museo y la vía principal.


CONCEPTO
Es obvia la inspiración del proyectista en temas mochicas: las rampas, los taludes, la forma piramidal y masiva del edificio, el color, el uso de una plaza hundida previa, etc. son reminiscentes de la arquitectura monumental moche. No me pareció, sin embargo, que en general el arquitecto haya caído en el facilismo de copiar elementos icónicos y adosarlos como pastiches en un edificio anodino. Por el contrario, me parece una obra de arquitectura contemporánea, con expresión y sintaxis propias, y cuyo homenaje al legado histórico ha pasado por un estudiado proceso de abstracción.


La fachada del lado Este es de color rojizo, masiva y corpulenta, rítmicamente dividida por unas bruñas amarillas, que acompañan la pendiente y al mismo tiempo evidencian la pensada modulación del edificio. Los colores del conjunto recuerdan también a los utilizados en la Huaca de la Luna.

Foto cortesía Monarcaxx

Vista nocturna del muso antes de su inauguración, cortesía de ARKINKA.

La fachada resalta la forma de los prismas que se engarzan a 45 grados, dejando leer la geometría cuadrada de su generatriz. En ellos se ubican cinco esculturas de bronce que replican los estandartes hallados en la tumba.


A la fachada este se contrapone la cara sur, más escultórica y transparente, que enfrenta a la plaza hundida. Aquí se hace clara la colisión de los prismas que generan entre sí el espacio para una mampara trabajada con una trama metálica azul girada, que conforma la salida del museo. ¿Sería ésta acaso una referencia a los paños que se encuentran en los murales de la Huaca de la Luna?


En todo caso, hay quienes critican esta puerta por tener un lenguaje “postmodernista” o también por evidenciar que el edificio es hueco, y no macizo como una auténtica pirámide moche.


Personalmente creo que el tema del estilo de la puerta es secundario. Lo que sí, si alguna crítica tuviera que hacerle al edificio es que la espectacular parafernalia volumétrica del exterior no se evidencia claramente desde el interior, y como se podrá evidenciar en el estudio de las plantas, la organización espacial es bastante simple, aunque por otro lado devela un gesto de humildad del arquitecto, al declinar cualquier protagonismo del continente a favor del precioso contenido.


Fachadas y cortes del museo.

La plaza hundida, además de ser una expansión a la salida del museo, es otra referencia a la arquitectura moche. Sin embargo, un elemento contemporáneo es la modulación, que se hace evidente en la trama amarilla de los pisos y que corresponde con las bruñas del conjunto.


Otro elemento interesante en el volumen es la rampa, que ha sido separada del volumen principal por un puente para no quitarle pureza a la volumetría del museo.


La organización museográfica del edificio no es simplemente un conjunto de joyas expuestas, sino que conduce al visitante a través de un recorrido que intenta replicar la experiencia del descubrimiento de la tumba por los arqueólogos. Para ello el arquitecto se sirve de un recurso fenomenológico: conduce al visitante al tercer nivel a través de la rampa, a la manera de los antiguos centros religiosos como la Huaca de la Luna, para luego ir descendiendo al interior del museo hasta terminar el recorrido en la plaza hundida.


DISTRIBUCIÓN

La rampa culmina en una marquesina que evoca el mismo lenguaje de la puerta de salida sur.


Posteriormente, se ingresa a una cámara oscura, que evoca a alguna galería subterránea. La atmósfera general del museo es oscura, por momentos un tanto ófrica, en contraposición a otros museos generosamente iluminados por luz natural.


Pero es esta semi penumbra la que permite admirar, por contraste, los artefactos de metales y piedras preciosas, puntual y dramáticamente iluminados para tal fin. No se trata solamente de un aspecto estético, sino funcional, ya que la luz solar daña los objetos mostrados.


La muestra está organizada en 10 temas. Al ingresar por la tercera planta se ubican temas sobre la Cultura Mochica y la circulación va conduciendo al visitante en una muestra ubicada en S y que lo pone en contacto con aspectos generales de esta cultura, como arquitectura, pesca, orfebrería, etc. así como su particular cosmogonía. Hay también equipamientos de apoyo, como una sala de vídeo que se halla adosada lateralmente.


Tercera planta

Tras descender por unas escaleras laterales hallamos la segunda planta, que se desarrolla en torno a la Tumba del Señor de Sipán, que ocupa el centro del espacio y conforma el eje de la muestra.


En este nivel también desarrollan temas como el Santuario de Sipán y las Tumbas Reales, la Investigación Arqueológica, la, la Tumba del Sacerdote. Es en este nivel donde se pueden ver algunas de las joyas más impresionantes de toda la colección, trabajadas en oro y plata o también la increíble restauración de los collares de pequeñísimas cuentas que adornaban el pecho del Señor.

En el nivel inferior se puede ver también la Tumba del Señor de Sipán abierta en un lado. La acompañan otras tumbas, La Tumba del Viejo Señor de Sipán, temas de conservación y restauración y la tumba saqueada.
Tumba del Viejo Señor de Sipán, probablemente un ancestro del Señor principal.

Primera Planta

Hay también aquí una detallada recreación del mundo mochica hecha con maniquíes animados y juegos de luces. Estos maniquíes hiperrealistas, realizados por Edilberto Mérida y Eva Centeno, se hicieron usando modelos reales buscados en las zonas rurales de la región, teniendo en cuenta características antropomórficas de los huaco retratos moche.


BONUS

A unos 50 m del museo los investigadores han realizado una reconstrucción de un barrio mochica, utilizando la evidencia provista de la cerámica y el arte de esta cultura. Utilizando barro y madera de algarrobo y colores presentes en otras ruinas, se hallan habitaciones sencillas, de techos ligeros, paredes lisas y aberturas que facilitan la ventilación. Un interesante complemento al muso para tener una experiencia más real del modo de vida y la vivencia del espacio de esta antigua cultura americana.


VER TAMBIÉN
- CULTURA MOCHICA
- MUSEOS HISTÓRICOS

Nuestro agradecimiento al Sr. Rivadeneyra y su familia por su gentil hospitalidad.