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17 enero, 2009

EL PARQUE DE LA MURALLA, LIMA


El Parque de la Muralla, contiguo al río Rímac, en el centro histórico de Lima, es un exitoso caso de renovación urbana en un frente ribereño, y al mismo tiempo un esfuerzo por recuperar y mostrar el patrimonio histórico de la ciudad.

Panorámica del Parque de la Muralla. Foto cortesía J. Oviedo.


LA MURALLA DE LIMA

La ciudad de Lima, fundada en 1535 a orillas del río Rímac, fue una de las capitales más importantes de la colonia española en el continente americano, a lo largo de casi 300 años de historia colonial y 180 años de república. Lima guarda ricos ejemplos de patrones urbanísticos y arquitectónicos, enriquecidos gracias al aporte criollo, mestizo y ecléctico, en expresiones propias y únicas que le han merecido que su centro histórico sea declarado patrimonio histórico de las humanidad por la UNESCO a partir del año 1994.

Las murallas de Lima en un plano del año 1750. Imagen Wikipedia

Debido al temor de la incursión de corsarios, y pese a que la capital se encontraba a 40 kms de la costa, el virrey Melchor de Navarra y Rocafull ordenó en 1684 la construcción de muros y bastiones alrededor de la ciudad. Además, las murallas servían de protección contra levantamientos al interior del país y permitían controlar el comercio que ingresaba a la ciudad. Eran también un claro límite entre lo urbano y lo rural.

Detalle de una isométrica colonial señalando el área de la ribera del río y su protección amurallada.

No obstante, las murallas nunca fueron atacadas, y fueron demolidas por José Balta en 1870 para dar paso a la expansión urbana, en cuyo lugar se encuentran ahora las avenidas Miguel Grau y Alfonso Ugarte.


Antigua Estación de Desamparados, al lado del río Rímac.

EL RÍO Y LA CIUDAD

Durante la colonia, los ríos eran concebidos como la espalda de la ciudad, especialmente cuando éstos no eran navegables (tal como lo comentamos anteriormente en este moleskine en el caso de Arequipa y el río Chili). Por ello, la zona ribereña del Rímac fue un botadero donde convivieron capas de basura y viviendas y corrales clandestinos construidos sobre ellas. Los derrumbes eran comunes, especialmente en épocas de crecida del río, y el resto del año estas áreas se volvían a ocupar ilegalmente. Es interesante cómo los arqueólogos han encontrado algunas capas de basura muy peculiares, que coinciden con los terremotos de Lima, cuando muchos escombros y residuos eran botados en la ribera del río.

En los últimos años, sin embargo, Lima ha conocido un saludable esfuerzo por recuperar el área del río en su centro histórico. El primer paso en este sentido fue liderado por el ex-alcalde Alberto Andrade, en cuya gestión se recuperó, a espaldas del Palacio de Gobierno, el área llamada Polvos Azules, una zona de mercadillos bastante deteriorada, para realizar allí un parque al lado del río: la Alameda Chabuca Granda, diseñada por el reconocido arquitecto Javier Artadi (hemos revisado en este blog un caso parecido en la ribera del río Paraná, en Asunción, a espaldas del Palacio de Gobierno paraguayo).


Para continuar ese proceso de recuperación ambiental y social al lado del Río Rímac y ante la disponibilidad de un terreno usado como depósito propiedad de la Policía Nacional, a espaldas del convento de San Francisco y frente a la vía férrea, el actual alcalde Luis Castañeda pensó hacer allí un parque con unas fuentes. Con tal motivo, encargó el proyecto al arquitecto Fernando Romaní, destacado proyectista con experiencia en arquitectura ferroviaria y quien había realizado ya exitosas remodelaciones de parques, como el Parque del Reducto, el Parque Universitario entre otros.


PARTO CON COMPLICACIONES

Al comenzar a excavar sobre las capas de basura a fin de encontrar un terreno sólido donde construir el proyecto, Romaní se dio con la sorpresa de que lo que aparentemente era un murete de 60 cm sobresaliendo en el terreno, tenía un tamaño y proporciones considerables. Sabiéndose ante la presencia de algo especial, congregó a un equipo de especialistas que desarrollaron un proyecto más minucioso, conformado por los arquitectos Alberto Sánchez Aizcorbe, Fernando Jiménez, Oscar Freire y Mirna Soto. Dados los sucesivos hallazgos se que sucedían, el proyecto tuvo que ser reformulado muchas veces y su costo original fue triplicado.

Proceso de renovación urbana del Parque de la Muralla y del Malecón del río

Para la ejecución del parque se mudó un tugurio de más de 70 familias invasoras a otra ubicación y se emprendió la recuperación de una importante media manzana “la casa de las trece puertas” colindante a dos importantes monumentos: el Palacio de Gobierno y la estación de trenes Desamparados (ferrocarril a la sierra central del país a 300 km de la capital y 4,000m de altura). Las familias de la media manzana renovada, fueron capacitadas y trabajaron arduamente en las labores de reconstrucción percibiendo un sueldo por su trabajo además de recibir las casas nuevas y créditos inmobiliarios para acabar de pagar por ellas.

Tugurios en la Casa de las 13 puertas antes de su recuperación



El río fue reencauzado, se instalaron barrajes para evitar la basura y crear espejos de agua permanentes en el estiaje. Se restauraron los puentes más antiguos de la ciudad hacia El Rímac: el colonial Puente de Piedra, y el Puente Ricardo Palma, el primer puente republicano de fierro (que es el verdadero puente de la famosa canción de Chabuca Granda, que llevaba a la guapa limeña “Flor de la Canela” hasta la “Alameda” de Los Descalzos en el barrio colonial de El Rímac.

El equipo tuvo la tarea de convencer a un escéptico Instituto Nacional de Cultura de que aquello era en realidad restos de la muralla de Lima, ya que según muchos libros de historia la muralla circundaba la ciudad excepto en el área del río, donde existían sólo tajamares o muros de protección para épocas de crecida. Luego de que documentos y excavaciones demostraran la autenticidad de la muralla, los proyectistas tuvieron que afrontar el problema opuesto, un sobre protector INC que muchas veces se opuso a determinadas tareas, retrasando la ejecución del proyecto.


Además, tuvieron que convencer al alcalde de que no se construyera una enorme fuente en el lugar, cuya humedad hubiera dañado la propia muralla (al final el alcalde construyó las fuentes en el impresionante Parque de la Reserva, que espero reseñar en este moleskine en un futuro). Sin embargo no tuvieron éxito en impedir la colocación de la llamada estatua de Francisco Pizarro, cuya escala monumental sobrepasa las proporciones más bien conservadoras del parque. Esto es una muestra de que aquí como en muchas partes, la intromisión política puede contravenir criterios técnicos.

EL PROYECTO

Con un area de 25 000 m2 y 6000 m2 de áreas verdes, el parque se desarrolla en dos plataformas, que dan cuenta del volumen de excavación entre ambos niveles de las mismas. Durante el recorrido, el usuario interactúa visualmente con los restos históricos y el paisaje fluvial.


El nivel superior balconea hacia el río y permite observar restos de la muralla y de antiguas edificaciones de vivienda. Partiendo de un jardín circular (que en un principio se había pensado como fuente) el espacio es una concatenación de pequeñas placitas zurcidas por una pérgola de madera que evoca la ligera arquitectura de la costa peruana.



El nivel inferior es una explanada desde la que se puede acceder a equipamientos complementarios al parque, como un restaurante y un pequeño museo. Es notable que a pesar del lenguaje contemporáneo elegido por los autores, la arquitectura no busca protagonismo sino se subsume al aterrazado.
Si bien el uso de taludes evoca a códigos arquitectónicos de muralla, la sobriedad en los edificios no cae en estilismos ni modas si no más bien escoge un vocabulario atemporal.



Este nivel es contiguo a la línea del tren, por lo que es posible gozar del espectáculo del paso del tren a la sierra.


El tema del tren ha sido incorporado al parque con este lúdico elemento infantil. A su lado discurre el tren de verdad

LA ESTATUA DE PIZARRO

La estatua que hoy descansa en el Parque de la Muralla, fue realizada por el estudiante norteamericano Charles Cary Rumsey (1879-1922), representando a un conquistador anónimo.

En 1927 el alcalde de Trujillo, España (ciudad natal de Pizarro) la vio en un catálogo y le pareció que podría representar a Pizarro, por lo que encomendó a la viuda de Rumsey una copia de la estatua para su ciudad, de la que se hicieron dos copias más, una de las cuales llegó a Lima, siendo colocada provisionalmente en la Plaza Mayor. Son muchos los detalles de la estatua que no concuerdan con la imagen de los conquistadores españoles, pero lo más curioso es la enerdecida controversia entre quienes sostenían que no debía mantenerse la efigie del destructor del imperio incaico y otros, entre ellos Mario Vargas Llosa, que defendían su localización. Todo ello por una estatua que ni siquiera fue hecha basada en el Pizarro histórico, y que llegó al Perú sin haberle sido previsto un sitio de llegada.


PROYECTOS A FUTURO

Algunas críticas al parque han enfatizado la falta de un plan ordenador de áreas verdes a la hora de su ejecución y concepción. Creo que si bien esto es cierto, el éxito social del parque viene teniendo un efecto catalizador a su alrededor, el cual permitirá el desarrollo de planes futuros.
Luego de la construcción del parque de la Muralla, se construyó un parque contiguo llamado el malecón del río, que cuenta con una serie de atracciones infantiles. Adicionalmente, a los 400 m de área ribereña se piensan adicionar otros 2 km de parques.

Vista del río Rímac y e nuevo Malecón del río, al lado del Parque de la Muralla. Foto cortesía J. Oviedo.

Recientemente, se ha inaugurado un grupo de viviendas contiguas al parque, las que, al margen de críticas a su propuesta formal y espacial, constituyen un plausible ejemplo de recuperación social. En la Municipalidad Metropolitana de Lima, se ha concesionado un servicio de teleférico que saldrá dentro de un año desde este parque hacia la cumbre del remozado Cerro San Cristóbal a 1,500m de distancia y 400m de altura, el que constituye el cerro mirador y el punto geográfico más alto ciudad fundacional.
Un teleférico unirá el río con el emblemático Cerro San Cristóbal, que hoy presenta un colorido que me evoca al Caminito de La Boca, en Argentina. Plano cortesía de J. Oviedo

Quizás, en el Perú no se cuente con los altos recursos económicos de otros países, ni el entorno urbano que permita audaces intervenciones, pero creo que el Parque de la Muralla es un interesante ejemplo de renovación urbana, restauración e inserción de arquitectura moderna en un contexto histórico.

Foto cortesía de Roxio Milagros


VER TAMBIÉN

- PARQUES TEMÁTICOS
- ÁREAS RIBEREÑAS (WATERFRONT DEVELOPMENT)


Agradezco la valiosa colaboración del urbanista Mag. Arq. José Oviedo Lira en la elaboración de este post mediante textos, mapas y fotografías.

Agradezco también la generosa información provista por el Arq. Fernando Romaní, uno de los autores del proyecto, y por su amable explicación en el mismo parque junto a su esposa.

01 febrero, 2007

LA IGLESIA SOBRE EL AGUA


TADAO ANDO: CHURCH ON THE WATER.
ENGLISH VERSION.


"Pienso que un espacio sacro debe estar de alguna manera ligado a la naturaleza, lo que no significa que tenga que ver con el animismo o panteísmo."

Tadao Ando

Envueltas en una estética carente de ornamento, muchas de las obras de Tadao Ando basan su riqueza en la relación del edificio con la luz y la naturaleza. En ese sentido, su Iglesia sobre el agua, diseñada en 1985 y construida en 1988, es una de sus más logradas realizaciones en las que utiliza a la naturaleza como elemento involucrado en el diseño. En ella, Ando logra crear un microcosmos en el que combina de manera simple pero magistral conceptos sobre lo profano y lo sacro, lo artificial y lo natural, lo cerrado y lo expuesto, el vacío y el infinito.

Foto cortesía de ellen's attic

REFERENTES

Como fruto de su auto aprendizaje, Tadao Ando suele tomar referencias en la arquitectura occidental, pero sin abandonar las raíces de la tradición arquitectónica japonesa, particularmente en el uso de la luz, en el orden geométrico y en la ascética estética del budismo Zen.

La idea de conectar espacios de culto con el agua como un vínculo entre lo sagrado y el paisaje tiene un precedente notable en el santuario de Itsukushima en Miyajima, cerca de Hiroshima. En el santuario, el torii o pórtico es localizado en medio del agua constituyendo unos de los tres escenarios más bellos de Japón (de acuerdo a los propios japoneses).


Al mismo tiempo, la Iglesia sobre el agua encuentra en la capilla de la Universidad Técnica de Otaniemi, Finlandia, diseñada en 1957 por Kaija y Heikki Siren, su referente occidental más inmediato.


EL LUGAR

La iglesia se encuentra ubicada cerca a Tomamu, en el corazón de la isla de Hokkaido, al norte de Japón. En realidad es una pequeña capilla que pertenece al hotel Alpha Resort, especializado en organizar la perfecta luna de miel para recién casados.

 Vista del paisaje circundante. Las "cicatrices" en los cerros son pistas de esquiar.


En Japón es común que los hoteles ofrezcan espacios para bodas cristianas, sintoístas y budistas, según la preferencia del cliente. El Alpha Resort está compuesto de varios equipamientos hechos en una arquitectura que remeda la del norte europeo y organiza sus habitaciones en unas grotescas torres de interior kitsch, que se yerguen espantosamente sin ninguna consideración a su entorno ni ningún tipo de integración al paisaje (y a las que por ende todas las publicaciones de arquitectura se han esforzado en ocultar).


Ando, entonces, pareciera empezar organizando su capilla de espaldas a estos esperpentos, separándola por una pared en L, estableciendo un recinto sacro aislado de lo mundano y enfocando todas las visuales hacia un bosquecillo de árboles de haya ubicado al frente del templo en el que discurre también un arroyuelo.

Iglesia del agua y arroyuelo. Foto cortesía de Shinkenchiku-sha

EL PARTIDO

La arquitectura de Ando se fundamenta en un claro orden geométrico. La composición de la iglesia sobre el agua se basa en la intersección de dos volúmenes (un prisma de base cuadrada de 15 m de lado y un cubo de 10 m de lado) que comparten una esquina en un área de 5 x 5 m.


Esquemas cortesía de Tadao Ando Architect & Associates

El aspecto más notable es que Ando ha sustituído la pared frontal del templo, en la que generalmente se disponen imágenes divinas de determinado significado religioso, con una representación más viva y elocuente de la representación del Creador: la naturaleza misma. De esta forma se provee un escenario vivo, multicolor y siempre cambiante, que va desde las paletas sepias en otoño, los glaucos matices del invierno, las floridas manchas en primavera, los intensos verdes en verano.

El conjunto se separa del hotel, como dijimos, por dos brazos en L de 39.45 m y 75.425 m ubicados al este y sur respectivamente, permitiendo al usuario descubrir la iglesia al rodearla e ingresar por el extremo norte.

El estanque al frente de la iglesia es un rectángulo de 45 x 90 m, dividido en cuatro plataformas de 15 m, establece un recinto virtual, una plaza acuática perfectamente visible pero con la que el usuario no puede establecer contacto físico y que comunica la iglesia con la naturaleza. Al mismo tiempo el espacio de la capilla se extiende al exterior, manteniendo un vínculo visual y simbólico con la cruz de metal localizada en medio del estanque. El hecho de trasladar a la cruz fuera del interior de la iglesia de hecho incrementa su impacto visual.

Esquema cortesía de Tadao Ando Architect & Associates

EL PROYECTO


Tras rodear la pared en L, el visitante asciende y desciende unas pequeñas escalinatas que rodean un espacio definido por cuatro cruces, las que definen un cubo virtual entendido como un espacio divino que se dispersa hacia los puntos cardinales. El espacio interior a las cruces es una pequeña placita de techo de vidrio, en la que se hallan dispuestas unas bancas en su perímetro.

Foto cortesía de Philip Jodidio

Las cruces, de 50 cm de espesor se hallan dispuestas de tal manera que sus vértices extremos se separan por apenas 5 centímetros, aumentando el dramatismo de la composición.


En una referencia más etérea a la forma primigenia que les dio origen, las cruces se hallan envueltas por un cubo transparente, una estructura de metal recubierta con cristal laminado.


Tadao Ando, resume así la experiencia de la aproximación desde el cubo de luz a la capilla: "La aproximación al conjunto se realiza siguiendo la trayectoria del muro exento y ascendiendo por una suave ladera hasta llegar a la zona de acceso, definida en sus cuatro lados por un vidrio mate blanco. Este recinto de luz, en el que se alzan cuatro cruces contiguas, se mezclan la luz solar, -intensa y directa-, y la luz filtrada a través del vidrio mate, envolviendo a los visitantes en un sutil contraste que da solemnidad al lugar.
 
Imágenes 3D Carlos Zeballos
En el corte, la pared curva es de concreto, pero la hice transparente para que se vea el detalle de la escalera.

Del recinto parte una escalera, oscura y curvada, que conduce a la repentina visión de una quinta cruz y del lago azul oscuro. El horizonte separa el cielo de la tierra, lo sagrado de lo profano. El paisaje va cambiando gradualmente de apariencia, en una transición en la que los visitantes pueden sentir la presencia de la naturaleza y de lo sagrado. la luz del sol, el lago y el cielo continuarán entonando distintas melodías.
"

Foto cortesía de Philip Jodidio

Al lado de la capilla se ubica un pórtico de concreto de 6.2 m de alto, sosteniendo una viga que se extiende 15.9 m. Este pórtico simbólicamente refuerza la idea de transición de lo profano a lo sacro, mientras que funcionalmente acoge la mampara corrediza que limita entre la capilla y el estanque. De esta forma, cuando el clima lo permite, es posible correr la mampara maximizando la relación íntima de la capilla con su entorno. Para no interrumpir la continuidad de la superficie acuática, el carril de la mampara se encuentra ligeramente sumergido, siendo imperceptible a la distancia. Este detalle me pareció muy especial y original, hasta que visité la Casa estudio de Luis Barragán en México, y descubrí de dónde se había inspirado Ando para hacer su mampara.



En una esquina de la capilla, contigua a la escalera semicircular y discretamente escondidos bajo el cubo de luz se acomodan tres salas de espera así como servicios higiénicos, dispuestos en torno a un espacio cilíndrico de vidrio que recibe iluminación cenital a través de cuatro superficies vidriadas (aquellas que conforman el piso de la plaza de las cruces).


La capilla se separa de la zona de espera por una grada semicircular que ayuda a definir el cilindro de la entrada. De allí el visitante es conducido a la sala de espera que es el cilindro que se ve en la foto y que está inscrito debajo del cuadrado de las 4 cruces. Debajo de esta planta se ubican los calderos para calefacción. No olvidemos que la iglesia está en Hokkaido, donde se pueden llagar a inviernos de -30 grados.

Croquis básico de la primera planta de la iglesia. De haber sabido en aquel entonces que mi moleskine se convertiría en un blog, había hecho los dibujos más prolijos... sorry!


EL INTERIOR

El interior de la capilla es de una impecable sobriedad. Cinco filas de bancas de madera dispuestas en pares a cada lado de la sala, de un simplísimo diseño, son acompañadas por dos sillas diseñadas por Ando, que recuerdan al mobiliario de Charles Renie Mackintosh y unos floreros de forma cónica invertida dispuestos sobre un armazón de madera.


Las paredes de la capilla alojan unas fenestraciones que proveen una fuente lumínica estableciendo una pauta junto a la retícula del concreto visto, típica de las construcciones de Ando. El piso es recubierto por losas de granito negro.


DETALLES

La región de Hokkaido es famosa por su clima frío, debido a los vientos que descienden de Siberia. Para tal efecto, a las paredes de 25 cm de concreto se les ha añadido un recubrimiento térmico de 5 cm y otro interior de 60 cm, logrando un espesor de 90 cm. Las paredes fueron vaciadas in situ y una técnica especial mezcla y de vibrado le da al concreto una suavidad única, como si estuviera recubierta de vidrio, a la vez que permite a la luz reflejarse y desmaterializarse provocando un múltiple juego conforme varíen las horas del día o el día del año.

La poza de agua, hacia la cual descienden suaves colinas de césped, se halla dividida en plataformas de 15 m que se escalonan junto a la pendiente y desaparecen en un colector al final del estanque. De esta manera se añade a las cualidades visuales del estanque, el murmullo de las pequeñas caídas de agua.

"Quiero darle al poder de la naturaleza una presencia en la sociedad contemporánea y proveer de este modo la clase de lugares estimulantes que hablan directamente a cada sensación del hombre como un ser vivo, corpóreo. Es más, recuperar de los estratos de la historia no la forma o el estilo, sino la visión esencial de la naturaleza y la vida que discurre desde su raíz. El espíritu de la cultura, en otras palabras."



- ARQUITECTURA RELIGIOSA CONTEMPORÁNEA