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15 octubre, 2010

EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE SEVILLA, 1929


En 1929, mientras en Barcelona se llevaba a cabo la Exposición Universal, en Sevilla se efectuaba la Exposición Ibero-Americana. El valor de esta exposición radica en su papel como catalizador de la modernización urbanística de la ciudad, a la vez que en la calidad de los pabellones participantes, presentando muestras de arquitectura ecléctica con rasgos mestizos e indígenas, nunca antes vistas en Europa. Al mismo tiempo, el carácter historicista de la exposición sevillana sirve para poner en contexto el contraste de la radical propuesta de Mies van der Rohe en el pabellón alemán de la feria barcelonesa.

CONTEXTO

Resulta llamativo que en 1929 España haya realizado dos exposiciones internacionales, la de Barcelona y la de Sevilla, en plena crisis económica mundial y con serias repercusiones en el país ibérico durante la dictadura de Primo de Rivera. En realidad, ambos acontecimientos fueron utilizados por este gobierno como pantalla para exhibir la modernización del país. Lo cierto es que Sevilla, es una ciudad históricamente ligada a las Américas, desde su rol en la expedición de Colón (aquél que gritó "¡tierra!" fue Rodrigo de Triana, un barrio sevillano al otro lado del Guadalquivir) hasta ser el lugar donde llegaban los galeones cargados de riquezas del Nuevo Mundo. Por esta razón la ciudad había estado intentando organizar una exposición entre España, Portugal y las ex colonias desde 1909, y por el mismo motivo repetiría otra exposición en 1992, a los 500 años del descubrimiento de América.

UBICACIÓN

Este exitoso evento repercutiría en el diseño urbanístico de la ciudad que, tras ser derribada su muralla circundante, necesitaba un elemento que lidere su crecimiento organizado.

La ciudad de Sevilla, mostrando su antigua muralla.

La exposición se halla al lado del Guadalquivir, consolidando la expansión hacia el sur de la ciudad antigua e integrándola con el gran Parque María Luisa. Urbanamente se organizaba en una trama paralela al Paseo de las Delicias. Perpendicular a ésta se halla la Av. Rodríguez Caso, la cual culmina en la Plaza de España. El otro espacio público de importancia, la Plaza de América, se encontraba en el otro extremo de la exposición, también perpendicular al Paseo de las Delicias.

Fotografía de Sevilla incluyendo el área de exposición. La foto ha sido girada 90 grados hacia el oeste.

“La ciudad se extiende hacia el este a través de la Avenida Luis Montoto y la Ciudad Jardín, hacia el Sur a través del Porvenir, los Hoteles del Guadalquivir (Heliopolis) y la Avenida de la Palmera y hacia el oeste con los planes de arquitectos racionalistas sobre los terrenos de la Inmobiliaria Los Remedios. Junto a estas largas avenidas exteriores, se reforma el interior de la ciudad mediante ensanches como los acaecidos en Mateos Gago o la Calle Laraña, además de la Gran Vía Sevillana: La Avenida de la Constitución. El recinto de la Exposición abarcaba un total de 1.343.200 metros cuadrados, con un recorrido de dos kilómetros y medio.”



ANÍBAL GONZÁLEZ
El gran gestor de la Exposición fue el arquitecto Aníbal Gonzales, quien vino diseñando diferentes componentes urbano arquitectónicos de la misma, incluso décadas antes de su apretura oficial. Lamentablemente murió a los pocos días de la inauguración.
González imprimió a sus edificios un aire basado en el estilo mudéjar, a fin de dar a los pabellones españoles una imagen típicamente española. Esta apuesta por la tradición historicista contrasta con la arquitectura de vanguardia española, especialmente cuando 15 años antes Gaudí había asombrado al mundo con su impresionante Parque Güell. Pero si algo se puede respirar en la exposición sevillana, a diferencia de la vanguardia futurista de muchas otras exposiciones, es el aire de "monumental institucionalidad" que muchos pabellones buscaron transmitir, algo para lo que el eclecticismo fue un lenguaje predilecto, al menos hasta la Segunda Guerra Mundial.
González cumplió en desarrollar edificios en un lenguaje regionalista, aunque eso le valiera la crítica de muchos de sus colegas españoles. Sin embargo, a su muerte, fue despedido en masa por la población sevillana.


EL PARQUE DE MARÍA LUISA

El gran espacio organizador de la exposición era el Parque de María Luisa. Es realmente un placer caminar a través de esta enorme y pintoresca área verde, en la que los árboles y los jardines alternan con fuentes de agua, glorietas y grupos escultóricos.


El parque ya existía antes de la exposición, ya que formaba parte de los jardines privados del Palacio de San Telmo, creados por el jardinero Lecolant. En 1893 la infanta María Luisa Fernanda de Borbón donó estos jardines a la ciudad, siendo posteriormente embellecidos por el francés Jean Claude Nicolás Forestier.

LA PLAZA DE ESPAÑA

Esta plaza, construida entre 1914-1928, es un proyecto de Aníbal Gonzales y se encuentra al inicio del Parque de María Luisa. Abarca una extensión de 50,000 m2, de los cuales 30,000 son área libre.

La Plaza de España en construcción

La plaza está compuesta de tres zonas: la primera es una plaza elíptica, en cuyo centro se ubica una pileta circular, obra de Vicente Traver.

En el borde de la plaza se halla un largo canal de 515 m de largo y unos 15 m de ancho, atravesado por cuatro puentes en arco que simbolizan los antiguos cuatro reinos de España.
La segunda zona es una explanada junto al canal definida por una balaustrada.


La tercera zona es en realidad el impresionante pabellón, el edificio más imponente de toda la exposición.


Al llegar, impresiona el porte de este edificio que nos recibe, formando una semielipse, simbolizando el abrazo de España a las naciones participantes. Los extremos son rematados por dos altas torres de 74 m. Fue también muy agradable recorrer la extensa galería formada por arcos, un recurso común en las plazas de Iberoamérica y que no sólo definen una transición entre el espacio abierto y el público, sino que también ofrecen protección contra el sol o la lluvia.



La piedra rosada ricamente tallada en estilo barroco, contrasta con los ornamentos de azulejos y hierro forjado que adornan el pabellón.

Detalles exteriores del pabellón

Cada uno de estos 48 bancos representa una provincia de España.

Detalles del interior del pabellón.

Una anécdota es que la Plaza España aparece en la Guerra de las Galaxias, Episodio II. Aunque las imágenes fueron editadas digitalmente añadiendo unas cúpulas azules, la forma del pabellón es perfectamente reconocible .



LA PLAZA DE AMÉRICA

También es obra de Aníbal Gonzales, comenzada en 1913. Está definida por 3 edificios: el Pabellón Mudéjar (hoy el Museo de las Artes y costumbres Populares) y el Pabellón de las Bellas Artes (hoy el Museo Arqueológico).


ALGUNOS PABELLONES LATINOAMERICANOS

El pabellón de Chile de Juan Martínez Gutierrez, quien optó por una compleja agrupación de volúmenes, dominada por una torre. Destacó por su lenguaje vanguardista, en estilo Art Decó, adornado con motivos pre colombinos. Hoy es sede de las Escuelas de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos.


El pabellón de Perú, diseñado por Manuel Piqueras Cotolí, se parece a los edificios republicanos de la Lima decimonónica. El estilo de este edificio fue llamado "neoperuano" por la inclusión de elementos típicos del arte prehispánico en el Perú, a pesar de que la fachada y los balcones dejan entrever la influencia española tan vigente en el Perú republicano. Por estas razones fue uno de los pabellones más comentados, dado el "exotismo" de su arquitectura, pero que a la vez que en cierto modo tenía familiaridad con la local. La delegación peruana exhibió una momia que con el tiempo se perdió y traspapeló, y que finalmente está en poder de la Universidad de Sevilla. Actualmente es el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC.


México apuesta por un pabellón simétrico, de planta octogonal superpuesta por cuatro alas diagonales, diseño de Ismael Amábilis Dominguez, trabajado en un historicismo regionalista con iconografía maya-tolteca, cuyas figuras icónicas destacan en su imponente fachada. El pabellón es hoy la sede del Vicerrectorado de Postgrado y Doctorado Universidad Hispalense.


El pabellón de Argentina, concebido por Martín Noel tiene la apariencia de una iglesia o una gran hacienda. Dominada por una torre que recuerda a un campanario y por un retablo principal, evoca a la arquitectura barroca colonial del siglo XVIII. Ese el el mensaje del proyectista, el tratar de resaltar el vínculo de la ex colonia con la Madre Patria a través de la arquitectura. Hoy acoge la escuela de danza.


El Pabellón de Colombia apuesta también por un lenguaje barroco, pero, a diferencia del edificio argentino, el arquitecto José Granados enfatiza el carácter simétrico de la construcción. Las torres en cúpula de la fachada delantera evocan el fervor religioso de la población, mientras que las de la fachada trasera, con techo a cuatro aguas, evocan la arquitectura de las haciendas cafeteras. Actualmente se encuentra aquí la Escuela Náutica.


La contribución de Brasil, concebida por Pedro Paulo Bernardes Vastos, es diferente a todos los anteriores de influencia hispana. Parte también de un patrón simétrico, pero el lenguaje brasilero, bajo la influencia portuguesa y holandesa, presenta suaves curvas onduladas, ventanas tripartitas y algunas circulares. Hoy acoge los Vicerrectorados de la Universidad Hispalense.


Muchos de los pabellones construidos tanto por España como por los países participantes han sido mantenidos o reciclados y pueden verse hoy, en buen estado. Al ver la riqueza en la decoración de algunos de estos edificios latinoamericanos, no puedo evitar pensar que en esta época México, Brasil y especialmente Argentina eran más ricos que muchos países europeos, aún en proceso de reconstrucción tras la Primera Guerra Mundial y la plaga de influenza; o que Perú, Chile o Uruguay sobrepasaban de lejos la riqueza de países como Corea, Taiwán u otros en el Sudeste Asiático, algunos de los cuales son hoy potencias económicas.

* Para mayor información recomiendo este blog sobre la Exposición Iberoamericana de Sevilla. 1929, por

ACTUALIZACIÓN
(Gracias a la Arq.Natalia Barreda Domínguez por el material enviado)

Cuando visité la Plaza de España, unos años atrás, me dio mucha pena comprobar que no se hallaba en buen estado, y que muchos elementos estaban abandonados.
Por tanto, me da mucho gusto que este importante espacio público ha sido recuperado para la ciudad.


Se han recuperado 20 farolas de cerámica que siguen el modelo original de Aníbal Gonzalez, 220 m de balaustrada y detalles de pavimento original. Se han repuesto otras 16 farolas originales y 22 bancos, se ha peatonalizado la Av. Isabel la Católica y se ha restituido el servicio de barcas por la ría ( Fuente: Diario de Sevilla, 14/10/2010). ¡Enhorabuena!

Puentes e interiores restaurados. Fotos cortesía de Jujo.

VER TAMBIÉN
- EXPOSICIONES UNIVERSALES
En el Pabellón encontramos a este amable músico callejero, con quien tuvimos una amena conversación. Recuerdo que se quejaba de las palomas blancas, que habían sido introducidas y que eran mucho más fuertes que las locales, grises. ¡Quién lo hubiera imaginado!

07 julio, 2010

CASA HUNDERTWASSER - KRAWINA, VIENA


La primera vez que oí hablar de Friedensreich Hundertwasser fue en una exposición póstuma que se hizo en el Museo Nacional de Arte Moderno en Kioto, cerca al santuario de Heian. Me conmovió la primorosa dedicación con la que el artista había hecho sus maquetas, cuidando detalles extremos, de la misma manera que cuando niño me conmovía ver la casita de golosinas de Hansel y Gretel en un colorido libro de cuentos (en realidad no encontré muchas diferencias entre ambas casas), y de hecho me sorprendió saber que algunos de estos proyectos habían llegado a construirse.



Unos años más tarde, un post de mi amigo Martín Lisnovski resumía en una crítica poco constructiva pero muy divertida la primera impresión que me había dado la obra de Hundertwasser. Sin embargo, el post de Martín culmina con un pedido, solicitando alguna razón para defender la obra del pintor austriaco.

Detalles de la Hundertwasser Village, ubicada frente a la casa.

Es así que, una vez en Viena, me dispuse a visitar algunas de las obras del artista para tratar de entenderlas, en especial la Hundertwasserhaus Wien, y si bien no creo estar en la capacidad de defenderlas, esta entrada es un modesto intento por explicarlas.


SOBRE FRIEDENSREICH HUNDERTSWASSER


Si se enfoca la obra del artista desde una perspectiva puramente arquitectónica es probable que la encontremos epidérmica, superficial, decorativa y superflua. En su lugar habría que enfocarla más como un ropaje artístico puesto sobre un edificio (algo parecido a las instalaciones de Christo pero permanentes), pero con un mensaje estentóreo y llamativo: dar calor humano a los edificios.


Nacido como Friedrich Stowasser en 1928, este pintor vienés fue un rabioso opositor al Estilo Internacional, que caracterizó las unidades de vivienda construidas en Austria de la postguerra, ya que las consideraba faltas de humanidad, forzando a los seres humanos a vivir en cajas de zapatos. "El ornamento puede ser una mentira, pero no es un delito ", decía criticando la famosa obra de Adolf Loos. En ese sentido, coincidía en mucho con la filosofía del postmodernismo de los 70s y 80s.

Fue además un temprano promotor de la defensa de la ecología, llegando a protestar desnudo contra las armas nucleares. Proponía el extenso uso de vegetación en las viviendas, para así devolver a la naturaleza parte del terreno utilizado en una edificación. Es cierto que ya Le Corbusier había propuesto similares ideas desde la orilla del racionalismo, y que no necesariamente un edificio tiene que ser invadido por una jungla para ser ambientalmente eficiente (como algunos edificios de Norman Foster, por ejemplo), pero la obra de Hunterwasser buscaba ser provocadoramente llamativa y dar un mensaje ambientalista efectista que cualquier persona pudiera entender (hoy el mensaje ecologista está en boca de todos, 30 años atrás no lo era tanto).


Esta protesta y su ideal de volver a la naturaleza fue plasmada en todas sus obras, pero fundamentalmente en su estilo de vida. No aceptó pago por su trabajo en la Hudertwasserhaus, y cuando murió en Nueva Zelandia fue sepultado, de acuerdo a su deseo, envuelto sólo con un lienzo. Sobre su tumba se plantó un árbol como símbolo de que su vida continúa.

LA CASA HUNDERTWASSER – KRAWINA

La casa se ubica en la esquina de las calles Löwengasse y Kegelgasse, en el Tercer Distrito vienés. La volumetría de la edificación, aunque en un estilo diferente, mantiene la altura del edificio adyacente, pero se descompone en la esquina. El proyecto del conjunto habitacional fue iniciado en 1980 y su construcción finalizó en 1986. Consta de 50 departamentos, 4 locales comerciales y un consultorio, ocupando un área de 3556 m2.



Uno de los aspectos más curiosos de la casa (como si no hubieran ya muchos) es su tenencia. Este no es un emprendimiento privado sino una obra pública y el edificio pertenece a la ciudad de Viena. En 1977 el alcalde de la ciudad Leopold Gratz ofreció a Hundertwasser un predio donde pudiera llevar a cabo sus ideas con libertad. El alcalde también contrató a los arquitectos profesionales Peter Pelikan y Josef Krawina para que desarrollaran el proyecto básico de arquitectura.

La casa Hundertwasser-Krawina recién inaugurada

Krawina fue uno de los primeros en proponer terrazas ajardinadas en Viena, y compartía una preocupación por reforzar el vínculo entre el hombre y la naturaleza. El arquitecto y el artista propusieron 16 terrazas individuales y 3 terrazas comunes.

La casa es diferente en cada una de las 4 estaciones.

Además de las terrazas hay algunos “’arboles inquilinos” que crecen al interior de las casas y que salen hacia afuera. Por tanto la vegetación tiene un rol importante desde el punto de vista ambiental (purificando el aire y mejorando el microclima), estético (ofreciendo un colorido follaje estacional que esconde su protagonismo sólo en invierno) y propagandístico (como evidente mensaje ecologista).


Pero es en la fachada donde el artista llevó a cabo sus ideas. Buscó que cada departamento difiera del otro buscando su individualidad dentro del conjunto, y para ello se valió de diversos colores, texturas, mosaicos, formas y posición de ventanas, etc.


Sin embargo los colores no fueron impuestos por Hundertwasser, ya que cada usuario tenía derecho a pintar su fachada libremente desde su ventana, hasta donde le alcanzara el brazo.


Es bastante curioso que una parte de la fachada reproduce el antiguo edificio que existía en el solar, pero aparece como si hubiera sido rasgado, como quien remueve una vieja capa de pintura.


Por otro lado, algunas partes son de un gris oscuro, marcando las zonas comunes de la casa: el café terraza, el jardín de invierno, el cuarto de juegos, las circulaciones y los locales comerciales.

Vistas de las circulaciones desde el patio interior

Además de sus variados colores, la fachada es ornamentada con columnas, cúpulas acebolladas (símbolo de religiosidad y comunes en edificios circundantes), imágenes de bolos y leones (el solar está ubicado en la esquina de las calles Löwengasse y Kegelgasse, que significan Calle del León y De los Bolos respectivamente) y otras alegorías.



Delante del edificio se encuentra una plaza presidida por una fuente. Llama la atención la topografía ondulante del piso y es que busca recrear el desnivel de los suelos de los bosques. "Un piso ondulado es una melodía para los pies", solía decir el pintor. Los pisos han sido trabajados con ladrillos reciclados, mosaicos e incluso trozos de lápidas.


Frente a la pileta se ubica un portal que conduce hacia un patio interior. Curiosamente, encima de él, en vez de rellenar la bóveda, se utiliza su desnivel como parte del salón de juegos.

Salón de juegos

Al interior, las zonas comunes, como salas de juego, pasillos y escaleras fueron detalladamente decoradas por el pintor. Incluso los baños han sido trabajados de forma especial.


Por lo demás, el artista dio libertad a los usuarios no sólo de pintar sus fachadas y el interior de sus casas, si no de sus pasillos (si intento hacer algo así en mi departamento mi casera me mata).


Por supuesto, uno podría pensar que tal obsesión por la individualidad habría de ser una pesadilla para los constructores pero, según el propio Hundertwasser, ellos estaban siempre muy entusiastas de participar en una obra diferente a las estandarizadas. De hecho, si bien el artista trabajó apasionadamente muy pendiente de los obreros, les dejó expresar su propia creatividad en algunas de las obras artísticas del conjunto. Lo que sí hubo que cerrar el acceso a miles de curiosos que impedían el desarrollo de las obras, y hubo más de un choque entre los distraídos conductores que quedaban anonadados ante tan particular construcción.


¿Gaudí? Pienso que no, hay demasiadas diferencias con la obra del maestro catalán. No todo lo que tiene mosaicos rotos es gaudiano. Gaudí fue fundamentalmente un vanguardista (por algo se llamó a su estilo “modernismo”). Hay una gran diferencia conceptual entre el carácter experimental, la concepción integral, el manejo del espacio y la osadía estructural de la Casa Milá, que expresa una pasión por la naturaleza pero buscando su esencia geométrica y lógica, utilizando técnicas y materiales novedosas a principios del siglo XX, y el colorido y romántico ropaje postmoderno de la Casa Hundertwasser, que me evoca más a una pintura de Gustav Klimt pero en los años 80. Una estridente epidermis que recubre un edificio por lo demás convencional, y que de este modo refleja las ideas de Hundertwasser al llamar a la vivienda “la tercera piel” humana (siendo la primera nuestra piel y la segunda el vestido).


Eso no desmerece, por cierto, el hecho de que la Hundertwasserhaus sea el tercer sitio más visitado en Austria, aunque sólo por afuera, y sobre todo que sus 200 residentes, apartados de las hordas de turistas y envueltos en este mundo fantástico creado para ellos y en cierto modo por ellos, estén felices de vivir allí. Y he aquí un buen punto a su favor.


La Hundertwassehaus en un sello postal austriaco.

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