25 octubre, 2009

BOUDHANATH STUPA , NEPAL


La estupa Boudhanath es uno de los templos budistas más sagrados de Nepal, y pa ra algunos el equivalente de la Meca en el Budismo en el Mundo. Ubicado a unos 10 km del centro de Katmandú, Boudanath atrajo principalmente a muchos monjes tibetanos que escaparon de China tras la revolución de Mao, y cuyas túnicas carmesí destacan en un vecindario surrealista, repleto de monasterios, tiendas, bandeloras multicolores, muchedumbres y cánticos, fragancias de incienso y alguna que otra vaca sagrada. Este crisol cultural, histórico y religioso es Patrimonio cultural de la UNESCO desde 1979.

Vistas del vecindario que rodea al monumento.

LAS ESTUPAS

Una estupa o stupa es un monumento budista que proviene de un montículo de tierra, forma que tenían las antiguas tumbas en Asia. Y es que en las primeras estupas se guardaban las reliquias de Buda, y hoy se siguen guardando de manera simbólica. Las primeras estupas se construyeron en el siglo III a.C. por el rey indio Ashoka, y de allí se expandieron por el Asia.



Una estupa está compuesta de 5 elementos, cada uno de los cuales representa uno de los elementos cósmicos: una base cuadrada (tierra), una cúpula semiesférica (agua), una aguja cónica (fuego), una luna creciente (aire) y unos discos concéntricos o chakras. Se dice que también era una forma abstracta de representación de Buda coronado y meditando sobre un trono, ya que en un principio y hasta el contacto con Alejandro Magno y la cultura helénica, las representaciones antropomórficas del Buda estaban prohibidas (ver un ejemplo de una escultura temprana de Buda aquí, en el Museo Miho, Japón).

En China, Corea y Japón la estupa evolucionó como pagoda, que aunque con forma diferente comparten los 5 elementos simbólicos.



En este moleskine hemos reseñado anteriormente algunas estupas importantes, como en Ayutthaya, Tailandia y en Borobudur, Indonesia. Esta última comparte con Boudhanath el patrón geométrico del mandala.

HISTORIA DE BOUDAHNATH


La más grande estupa de Nepal tiene un origen incierto, pero la mayoría la datan del reinado del rey Manadeva (464-505) o Sivadeva (590-604). Cuenta la leyenda que una pobre mujer se acercó al rey a pedirle un terreno para hacer una estupa. El rey le dijo que le daría el terreno que quepa dentro de una piel de búfalo. La mujer, entonces, cortó la piel de búfalo en delgadas tiras y con ellas circundó una gran área donde ahora se asienta Boudanath.


Este lugar se encontraba en la ruta entre el Tibet y Katmandú, por lo que históricamente ha habido una gran relación entre ambos pueblos. Luego de la invasión del Tibet en 1959, miles de tibetanos huyeron a Nepal y muchos se asentaron en esta zona, que se halla repleta de monasterios.

Vistas del vecindario. Coloridas casas rodean al monumento.


CONFIGURACIÓN


Boudhanath presenta la configuración de una estupa tradicional. Como es común en las mandalas tibetanas, Boudanath presenta cuatro Budas en los puntos cardinales, además de un quinto ubicado en el centro. Esto es también representativo de los 5 elementos.


La base está compuesta por tres grandes plataformas en forma de cruz que van decreciendo en tamaño, como una pirámide escalonada.


Luego, dos plataforma irculares soportan la gran cúpula de la estupa.
Recorrer esta blanca semicircunferencia fue para mí una experiencia inusual, ya que en la mayoría de estos monumentos el acceso está restringido (en casi todas las religiones).



Alguna vez caminé sobre la cúpula de una iglesia, pero fue una experiencia diferente. Era como estar "fuera" de algo, y no "en" algo. Además, aquella vez era obvio de que se trataba de una situación excepcional, y requerí del permiso del párroco. Aquí era sin embargo una experiencia cotidiana, algo que todo el mundo puede hacer, y se espera que lo haga. Las enormes proporciones de la estupa permiten recorrer sus superficie, sentarse, contemplar el entorno construido o las majestuosas montañas nepalís, o simplemente acercarse y tocar el pináculo sagrado.

Vista desde la gran semiesfera, desde donde se pueden ver otras estupas menores. Sobre el vecindario se proyecta la gran sombra del monumento.


Precisamente esta torre es el elemento más distintivo de Boudhanath, un gran monolito de color dorado, decorado con representaciones simbólicas.

En la base cúbica que sostiene a esta torre piramidal se halla la omnipresente figura de un para de ojos azules, que miran no sé si son severidad o con placidez, y que se repiten en las cuatro caras de la caja. Entre ellos, en vez de nariz, y con la forma de una oreja o un signo de interrogación, se encuentra el carácter que en nepalí significa "1" y que representa la unidad.



Luego se yergue la pirámide dorada de 13 pisos, simbolizando la escalera a la iluminación.


La torre es coronada con un baldaquín dorado, revestido de telas de colores, principalmente amarillo.


Finalmente el monumento se corona, a 36 m de altura, con una aguja dorada, que como dijimos, simboliza el éter.

Del baldaquín nacen radialmente una serie de banderolas multicolores, que si bien en un principio sugieren un aire de fiesta patronal, no tarda uno en darse cuenta de que cumplen un propósito más que decorativo: estas piezas de tela contienen mantras y oraciones, tan importantes como los vitrales en las catedrales góticas.


Foto cortesía de James Wainrwright
Foto cortesía de lsprasath

El impacto urbano de la estupa en su vecindario y en el propio paisaje es enorme, aunque al acercarse peatonalmente por la entrada ubicada al norte no se perciba en su real magnitud.

Vista de la entrada desde la estupa. Nada fuera de lo común.

En una rara y afortunada ocasión, tuve la oportunidad de fotografiar a Boudanath desde la ventana del avión, que es una perspectiva que seguramente los boddhisattvas o ángeles celestiales deben disfrutar a menudo.


VER TAMBIÉN

- ARQUITECTURA BUDISTA

- ARQUITECTURA EN NEPAL

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno el blog.... hace tiempo que lo consulto y creo que es muy interesante y disfrutable. Reitero, muy bueno!!!! Sigan adelante, lo disfrutamos mucho y descubrimos cosas que no sabíamos que existían. Es un muy buen viaje que realizamos al verlo.

Carlos Zeballos dijo...

Muchas gracias. Esa es la idea de este blog, invitar a los lectores a que me acompañen en este periplo.
Saludos

RominaViz dijo...

Me encanto el blog, caí de casualidad y ya casi al final me sorprendi con un par de caras conocidas, !Qué alegría!. Te felicito está muy interesante.

Begoña dijo...

¡Enhorabuena por el post,Carlos! Además has transmitido entre lineas la bella experiencia que debiste vivir en ese fantástico país. Pero dime ¿cómo consigues siempre hacer semejantes fotos en los aviones? aunque claro, es tu hábitat natural jaja. Un besazo.

Carlos Zeballos dijo...

Jaja... mira, en realidad las posibilidades de tomar una buena foto desde un avión son muy pequeñas: o te toca el asiento del medio, o es de noche, o está nublado... pero si tienes la suerte de sentarte en la ventana en medio de un precioso día soleado, ten casi la seguridad que tendrás una magnífica vista hacia el ala...
Por eso creo que en esta ocasión el Buda me dio una poca de suerte...
Besos!